“Harris debería de dejar de financiar el genocidio en Gaza y centrarse más en las políticas que afectan a la generación Z”
La inmigración y el aborto son los asuntos que más han influido en la decisión de Gabriella Crespo, inmigrante cubana de segunda generación, de votar al Partido Demócrata
Gabriella Crespo recuerda que en la escuela sus compañeros le preguntaban si había nadado hasta Estados Unidos. La realidad es que ella nació en Florida y fue su familia la que emigró de Cuba en 1960. Primero se establecieron en Illinois, luego se trasladaron a Alabama y finalmente acabaron en la ciudad de San Petersburgo, en la bahía de Tampa que tanto ha sonado estos días tras el paso de los huracanes Helene y Milton. Aunque su familia permanece en Florida, ella se mudó a Chicago hace un par de años y votará desde allí para las elecciones de este 5 de noviembre, tras estar inscrita en Georgia en 2020 y en Florida en 2016. Como hizo las últimas veces, dará su voto al Partido Demócrata. La inmigrante de segunda generación de 27 años, que prefiere expresarse sobre política completamente en inglés, considera que el candidato republicano y expresidente Donald Trump es un fearmonger (alarmista), y aunque apoya las propuestas de la vicepresidenta demócrata Kamala Harris, le insta a que cambie la política de su partido hacia Gaza.
Pregunta. ¿Ya ha decidido su voto para el 5 de noviembre?
Respuesta. Sí. Votaré temprano y por Harris.
P. ¿Qué es lo que más ha influido en su decisión?
R. Caminos hacia la ciudadanía y derechos de las mujeres. Tengo muchos amigos que son DACA y Trump trató de destripar el programa cuando estaba en el cargo. Con Harris, hay promesas de ciudadanía. Además, el acceso a la atención sanitaria reproductiva está disminuyendo en el sur, donde vive mi familia y muchas de mis amistades. La plataforma del Partido Demócrata quiere garantizar que las mujeres mantengan el acceso a esos derechos.
P. Si tuviera al expresidente delante, ¿qué le diría?
R. Eres un alarmista y realmente malo en tu trabajo.
P. ¿Y a Harris?
R. Deja de financiar el genocidio en Gaza y céntrate más en las políticas que afectan a la generación Z.
P. ¿Qué es ser latina en Estados Unidos para usted?
R. Significa ser fuerte y resistente. Significa tener una cultura rica y una profunda conexión con tu familia y tus raíces.
P. ¿Alguna vez ha sentido prejuicio o racismo por ser latina?
R. No como adulta. Cuando era niña sufría prejuicios al hablar español en público o se burlaban de mí porque mi familia hablaba español. También me preguntaban mucho si había nadaba desde Cuba a Estados Unidos.
P. ¿Qué le gusta de este país?
R. Me gusta que aquí vivan todo tipo de personas y que formen comunidades entre ellas, y también me encanta que eso signifique que tenemos acceso a comidas de un montón de culturas diferentes.
P. ¿Qué cambiaría de Estados Unidos?
R. Creo que este país se creó para que ciertas personas fracasaran, y es algo que salta a la vista. Mi familia llegó a este país sin nada y tuvo la suerte de poder abrirse camino; creo que gran parte de ello se debe a que somos blancos. Lo más acuciante, en mi opinión, es la vía de la escuela a la cárcel. Decidir desde una edad temprana que no merece la pena invertir en la educación de alguien por su raza o por el código postal en el que creció es inconcebible. Es algo realmente trascendental, ya que influyen muchas cosas. Así que cambiaría los sistemas sistémicos de pobreza y racismo del país.
P. ¿Cómo se imagina dentro de 10 años?
R. Espero que los derechos de la mujer se codifiquen y dejen de estar en peligro, y que estemos más cerca de una democracia más perfecta.