La desaparición del antropólogo forense Juan Carlos Tercero: sin pistas, avances ni información

La ausencia del experto en criminalística subacuática desvela que en México no hay nadie a salvo, ni los familiares que buscan a sus desaparecidos, ni los funcionarios públicos que se encargan de eso

Juan Carlos Tercero Aley antropólogo forense, está desaparecido desde el 6 de abril 2023 en Nayarit.RS

Han pasado 100 días de la desaparición de Juan Carlos Tercero Aley. No pierda el ánimo de seguir en esta columna después de leer ese primer enunciado. Ya sé que los medios mexicanos estamos plagados de ausentes, pero si a cada uno de los que nos faltan le ponemos nombre, apellido, una cara, cada familia que busca esperaría que su desaparecido estuviera en la portada de los diarios de circulación nacional e internacional hasta que regresara. Juan Carlos es un desaparecido dis...

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Han pasado 100 días de la desaparición de Juan Carlos Tercero Aley. No pierda el ánimo de seguir en esta columna después de leer ese primer enunciado. Ya sé que los medios mexicanos estamos plagados de ausentes, pero si a cada uno de los que nos faltan le ponemos nombre, apellido, una cara, cada familia que busca esperaría que su desaparecido estuviera en la portada de los diarios de circulación nacional e internacional hasta que regresara. Juan Carlos es un desaparecido distinto, México ya tiene tantos que, aunque todos son igual de importantes, hay algunos que tienen historias inverosímiles, Juan Carlos es uno de ellos.

Tercero Aley se dedicó los últimos 35 años de su vida a buscar a desaparecidos. Desde el 10 de abril nadie sabe nada de él. Juan Carlos es un antropólogo forense, de 59 años, especializado en criminalística subacuática, buscaba personas bajo el agua, se sumergía para encontrar pistas, datos, esperanza. Pionero en esa materia, impartió cursos, conferencias e impulsó un proyecto de capacitación a gobiernos, para enseñarles a buscar pistas bajo el agua y evitar su degradación. Capacitó al Colegio de Antropólogos de Perú, más recientemente a la Fiscalía de Quintana Roo y estaba por incorporarse a la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas de Nayarit, sin embargo, el día que firmaba su contrato para convertirse formalmente en servidor público… desapareció.

Oficialmente, se considera desaparecido el 6 de abril porque fue el último contacto que se tuvo con él, pero sus allegados creyeron que podría haber estado simplemente ocupado porque esos días estaba realizando búsqueda en campo en Tepic; luego se atravesó el fin de semana y hasta el lunes se encendieron las alarmas, recuerda Marisol Madero, directora de la Red Nacional de Prevención y también compañera de trabajo de Juan Carlos. Si bien el antropólogo forense trabajaba siempre en casos delicados, nadie a su alrededor supo de algo que comprometiera su seguridad o que estuviera preocupado por algo, ni que hubiera recibido alguna amenaza por el tipo de trabajo que realizaba.

Tras la desaparición, su hermana interpuso la denuncia, se publicó la ficha de búsqueda y todo el gremio se ha dedicado desde entonces a exigir su localización: familiares, amigos, alumnos; en México, Perú, Argentina, también varios organismos internacionales de antropología. Incluso la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de su Comité contra la Desaparición Forzada lanzó un llamado a México para localizar a Juan Carlos Tercero y ordenó que la búsqueda se apegue a los principios internacionales. Pero ni siquiera llegar hasta esta instancia ha sacado del letargo a la legendaria burocracia mexicana, que a la fecha ni siquiera ha entregado a la familia una copia de la carpeta de investigación con folio TEP/076/2023.

Y me quiero detener en esto último, la Fiscalía de Nayarit ha hecho hasta lo imposible para que la familia no cuente con una copia de la carpeta de investigación, a pesar de que es un derecho básico de los familiares.

Designada como vocera formal del caso ante los medios para preservar la seguridad de la familia, la maestra Marisol Madero subrayó que resulta revictimizante que la Fiscalía estatal no les haya entregado hasta la fecha la carpeta de investigación, que solo un familiar (su hermana) haya podido verla -solo por unas horas- así como los motivos por los que se la han negado a María Antonieta Castañeda, pareja del maestro Tercero, la razón: “ella no es formalmente su esposa”.

“No ha habido absolutamente ningún cambio, se esperaba que con esta petición y este llamado por parte de la ONU el caso cobrara relevancia y fuera jalado a nivel federal, sin embargo, no fue así, no se tuvo éxito en ese sentido. Para que se pueda atraer a nivel federal el caso, la fiscalía de Nayarit tendría que acreditarse como incompetente y hasta el momento no lo han querido hacer. Entonces el caso no ha podido ser atraído por la Federación, justamente porque Nayarit no se ha desistido de seguir con el caso. Y realmente, pues, hasta el momento no ha cobrado relevancia el hecho de que la ONU se hubiera manifestado al respecto”, lamentó Marisol Madero. Y lo lamenta porque la incompetencia de la fiscalía local ha quedado en evidencia después de tres meses y medio, sin una sola pista, ninguna información relevante del caso.

Solicitamos su versión a la Comisión Estatal de Búsqueda, pero no obtuvimos respuesta. Quien sí atendió nuestra solicitud fue la Fiscalía estatal, a través de su Fiscalía Especializada en Investigación de Personas Desaparecidas. La Fiscal Yayori Villasana dijo que, a casi cuatro meses de la desaparición de Juan Carlos Tercero, no tienen un solo indicio de su paradero.

Marisol Madero nos describe lo inverosímil: “Sabemos que en México la urgencia de localizar a las personas que están en calidad de desaparecidas es exactamente para todas las víctimas; sin embargo, esto se vuelve irónico porque para Juan Carlos era su trabajo, este justamente era su trabajo, colaboraba para las instituciones que están hechas para encontrar a los desaparecidos y ¿qué mensaje se le está mandando a la sociedad? Si justamente a una persona que se dedicaba a esto, que elaboraba y colaboraba con estas instituciones, se le está dando este trato a sus víctimas, ¿qué le puede esperar a la sociedad que en muchas ocasiones ni siquiera tienen conocimiento de cuáles son sus derechos? Eso es un mensaje muy fuerte”.

La experta en Criminología Educativa subrayó que, si bien, el trato que han recibido de la Comisión de Búsqueda de Nayarit ha sido humano y empático, tampoco ha podido dar una respuesta efectiva a este caso porque depende de los insumos que la Fiscalía les provea.

Nadie está a salvo en México, ni los familiares que buscan a sus desaparecidos, ni los funcionarios públicos que se encargan de eso. La tragedia no acaba ahí, el desaparecido se ha convertido en el primer escalón hacia abajo, hacia la puerta de una Fiscalía que hace todo para NO encontrarlos.

Al cierre de la edición de esta columna, la Fiscalía estatal prometió entregar la carpeta hoy mismo, el día que se publica esta columna, más de 100 días después, hoy nadie les cree.

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