Resta y división
Un fantasma recorre España y México: la aversión a todo lo que sea sumar y multiplicar… voces, voluntades o beneficios y pugnar por la división como constante
Un fantasma recorre España y México: la aversión a todo lo que sea sumar y multiplicar… voces, voluntades o beneficios y pugnar por la división como constante. De un lado del charco le han abierto las puertas a la Extrema Derecha (con mayúsculas) que buscan restar a todos los que definen como sus Otros, censurar al desdoblamiento o multiplicación emocional y artística y rebajar o limitar la ancha definición de Cultura. Del otro lado del mismo charco se empoder...
Un fantasma recorre España y México: la aversión a todo lo que sea sumar y multiplicar… voces, voluntades o beneficios y pugnar por la división como constante. De un lado del charco le han abierto las puertas a la Extrema Derecha (con mayúsculas) que buscan restar a todos los que definen como sus Otros, censurar al desdoblamiento o multiplicación emocional y artística y rebajar o limitar la ancha definición de Cultura. Del otro lado del mismo charco se empoderan algunos trasnochados aún hipnotizados con empeños de la Izquierda Extrema (también mayúscula) con retórica sonámbula, aspiraciones dogmáticas y afanes de masificación militante.
Curiosamente, los extremos oceánicos parecen clonarse, pero de manera inversamente proporcional; es decir, la baba fascista peninsular de quienes actúan como falsos descendientes de conquistadores estiran el brazo derecho con una rigidez muy parecida a la enloquecida agitación del puño izquierdo equivocadamente indigenista cuando sus agitadores llevan en los nombres y apellidos el pecado de su penitencia. En medio, se perdió el mestizaje real que une a España con México y que florece desde hace cinco siglos en la biología y arquitectura, la prosa y poesía, las canciones y comidas… gracias al necio empeño por subrayar la división y el ciego afán por la resta.
En España campea ya un tufo de cervecería alemana de los años veinte del siglo pasado y los engañosamente inofensivos machistas que siguen cantando cara al Sol… pero dejemos esa radiografía como materia pendiente y concentrémonos en el neblumo que amenaza ahora a México, particularmente en la inminente instalación de una supuesta reforma educativa e imposición de millones de ejemplares de libros de texto escolares y gratuitos. Dejemos también aparte el revoltijo inexplicable donde la demencia desatada ha amalgamado el inmenso poder impune del crimen organizado y el narcotráfico en funcional convivencia con la exagerada concesión al Ejército, la bendición de las iglesias evangélicas, el populismo de dádivas masivas, la constante verborrea matinal con escapadas beisboleras con desayunos en Palacio con el hombre más rico del mundo, amenazas tartamudas contra la libertad de expresión y la frágil confianza crédula de que las ahora mayorías laxas serán siempre mansas masas de ganado lanar. Todo cabe en un jarrito moreno… hasta que se quiebre por el mango.
Concentrémonos en la inminente imposición de los mentados libros de texto y la sigilosa gelatina ideológica con la que gotea el radical y desconcertado cambio de contenidos de los libros de texto para educación Primaria y Secundaria. Se pavimenta ya lo que será educación primate y segundona en este afán de no haber evitado erratas y errores, desdeñar consensos y consultas con los propios maestros e investigadores y peor aún, padres y madres de las familias que ya se enfilan al herraje. Es mucho pedir y quizá ya tarde para soñar que se convocase a una Gran Convención por la Educación donde pudieran exponerse libremente las ideas y propuestas de los expertos en la materia, pedagogos y educadores, maestras y poetas, intelectuales y matemáticos, historiadores y economistas… y quizá, al final se volverá a imponer el sentido común dentro del círculo íntimo de cada familia, donde no se da el atole con el dedo, sino en la sobremesa y en horas quietas donde los padres y madres, abuelos y abuelas desde siempre han logrado desmentir, contextualizar y verdaderamente educarnos a pesar de todas las pendejadas que nos hacen tragar desde el púlpito, la tarima o el altar de la patria.
Con todo, deseo hacer una leve aportación intuitiva ante la muy desfavorecida área de la enseñanza de básicas matemáticas. Una velada estrategia por debilitar habilidades matemáticas encubre una masiva propulsión del proletariado impensante que garantiza la llamada transformación de cuarta y como mínimo granito de arena, sugiero los siguientes ejercicios de suma y multiplicación supeditados al impulso por la resta y división (verdaderos signos de estos tiempos).
1. ¡Tovarich! Cuenta con los deditos cuántos años de cárcel merecen los responsables de imponer libros con erratas, impresos sin consulta, debate o consenso. Si necesitas más deditos, solicita de manera solidaria las manitas de alguna compañerE de célula.
2. Inventa —con ayuda de tu Guía— cuánto cuesta un libro (escribir, imprimir, encuadernar y distribuirlo) y celebra en el patio con todos tus camaradas el milagro revolucionario de que miles de ejemplares de tus libros de texto son gratuitos, así como también los fondos de la editorial mexicana más grande del mundo. Amiguito: aquí ya no hay costos, plusvalía, depreciaciones, competencia o convivencia ni desmanteques.
3. Un hombre bien peinado de Corea del Norte acumula misiles para defensa de su palacio imperial, ¿cuántas personas paupérrimas morirán de hambre o encarceladas para mantener ese orden tan padrísimo?
4. ¡Asére! Busca lo que queda de un lápiz para restar con palitos el número antihegemónico de gusanos que critican o niegan la gloriosa zafra de 100 millones de toneladas que encabezó el Comandante Fidel Castro, cuya biografía será regalo de fin de año.
5. Resta con la ayuda de tus padres y primos de más edad que hayan padecido alguna forma de la opresión conservadora: ¿Cuántas fresas nos ahorramos si quitamos a todas las que tienen más de dos coches, un viaje al extranjero y zapatitos nuevos? ¿Cuántos burguesitos estorban el libre acceso a cien mil camas de hospital con sus gripes o contagios virales imperialistas?
6. Divide con leves empujones al grupo de invitados y colados en la próxima reunión familiar o vecinal: ¿cuántos reciben dólares de UEE UU y quiénes presumen sus joyitas? ¿Quién canta de memoria las letras de Silvio y cuál de tus tíos se muere por Bad Bunny? ¿Cuántas cubas se echó la tía Concha y quién de todas hizo el pozole? ¿Hay alguien que diga que lee solo por placer?
7. ¿No crees —camarada— que no merecen atención ni mucho menos castigo los guías que han plagiado sus tesis, libros o frases de cada mañana? Copia entonces en letra de molde (¡abajo las cursivas!) los libritos de hadas que más te gustan y fírmalos ya como propios. Resta durante el recreo los nombres de compañeritos que leen bajo las sombritas de arbolitos y divídelos o apártalos para celebrar la triunfante mayoría de quienes saben que la vida es “abrazos y no trancazos” y que “todos estamos felices” rumiando golosinas en el patio.
8. Divide con palitos de paleta o ramitas de arbusto todo lo que creas que ayude a definir que “No somos iguales”, “Ellos roban más” y “Aunque haya faldas, en mi casa mando Yo”.
9. ¿Cuántos militares se necesitan para custodiar una pista clandestina para aeronaves? ¿Cuántos sicarios conforman un Cártel? ¿Cuántas mujeres mueren cada día en tu colonia, ciudad o provincia? y ¿cuántos periodistas mueren al mes por no respetar el dictado inapelable de la Verdad con mayúsculas? (consulta con mayores la guía que se refrenda cada semana en la gustada sección “¿Quién es Quién?” del único canal y confirma que poco importa si sabes o no leer bien). Divide todos eso números y multiplícalos por cero.
10. Para excursión de fin de curso: ¿Cuántos kilómetros hay de tu camita, catre o hamaca al rancho llamado La Chingada en el estado de Tabasco? ¿Cuántas décadas crees que necesita México para continuar con su Transformación?
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