Los Diablos Rojos debutan en la Bolsa Mexicana de Valores

Los Diablos Rojos de México han dado el campanazo en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) este jueves y se han convertido en el primer equipo de béisbol de América Latina en cotizar en el mercado accionario mexicano. Entre porras y confetis rojos y blancos se ha dado el banderazo de salida en esta nueva faceta, donde el equipo cambiará los bates de béisbol por los análisis bursátiles. Con este debut, el equipo busca hacer un home run y levantar más capital. Su clave de pizarra es “Diablos”. Desde el piso de remates, el dueño del equipo, Alfredo Harp Helú, pronosticó el mayor de los éxitos a la nueva emisora. El empresario oaxaqueño, de 80 años, afirmó que la formación llega al parqué financiero para fortalecerlo. Desde hace años, uno de los mayores pendientes de la BMV ha sido la atracción de nuevos jugadores. “El chiste es ganar más juegos de los que pierdes, se aplica a los deportes y a la vida, por eso, hay que salir a ganar”, declaró en medio de una ola de aplausos.

Con su debut en la Bolsa, Los Diablos buscan llevar el arrastre que tiene en las gradas al mercado financiero. Los Diablos Rojos son el equipo más ganador en los casi 100 años de existencia del máximo circuito de béisbol. Durante la temporada 2024, la formación logró su título 17 de la Liga Mexicana de Béisbol, una victoria que atrajo a millones de aficionados a sus juegos. La emisora ha salido este viernes con un total de 624.255 acciones. El costo de la acción, en un inicio, será de 1.620 pesos. Con el listado de las acciones series A y O, la formación se convierte en la segunda franquicia deportiva mexicana en participar en la BMV. La primera fue el Club América a través de Grupo Ollamani.

La plana mayor de la Bolsa Mexicana de Valores recibió este jueves a uno de los suyos, el empresario Harp Helú fue uno de los precursores de la BMV y fungió como su presidente de 1988 a 1990. El propietario de Los Diablos tenía en la mira llevar a Los Diablos Rojos al parqué financiero desde 2023, sin embargo, los estragos financieros tras la pandemia de covid aplazaron el proyecto hasta ahora. En su mensaje inaugural, el millonario mexicano hizo un recuento de todas las crisis que ha encarado a lo largo de 60 años de trayectoria y de las que ha salido avante, desde la devaluación del peso en la década de los setenta a la nacionalización de los bancos mexicanos en 1982 y más recientemente las crisis geopolíticas internacionales. La participación del empresario en firmas como Banamex, Martí, Posadas o Interceramic han consolidado parte de su fortuna. En su faceta deportiva, además de Los Diablos Rojos, lleva las riendas del equipo de béisbol, Guerreros de Oaxaca.

Aprovechando el listado simplificado de la más reciente Ley del Mercado de Valores, los Diablos Rojos llegaron al mercado como una Sociedad Anónima Promotora de Inversión (SAPI), lo que implica que no fue necesario hacer una Oferta Pública Inicial (OPI). Los expertos anticipan que, a diferencia de otras emisoras institucionales, el volumen de operación de los equipos deportivos es más discreto, porque atraen la atención en primera instancia, solo de sus fanáticos, pese a ello, supone un paso importante para la empresa porque tiene varias ventajas: mayor transparencia, menor riesgo y un menor pago de impuestos para sus inversores

Amín Vera, director de Inversiones de Invala Family Office, explica que las acciones de las empresas deportivas pretenden atraer a los aficionados, no a los actores institucionales tradicionales. Como el resto de los equipos que cotizan en los mercados, anticipa que la acción Diablos se moverá acorde a los resultados que obtenga en la temporada. El experto reconoce que las cifras financieras de Los Diablos Rojos son atractivas, por ejemplo, sus ingresos anuales por 645 millones de pesos, de los cuales, más de la mitad de estos recursos son en efectivo. Sin embargo, debido a que es una franquicia deportiva, prevé que serán títulos con muy poca bursatilidad. “El equipo decide salir a Bolsa por los beneficios fiscales y también por una cuestión de relaciones públicas”, concluye.