La fortaleza del peso mexicano deja muchos perdedores
Cuatro pilares de la economía mexicana, petróleo, remesas, exportaciones y turismo, se ven perjudicados por una moneda fuerte. EL PAÍS cuenta las historias de quienes están resintiendo el golpe
Lizzette Pérez evita cuanto puede checar la cotización del dólar. En el último año y medio, el peso mexicano se ha apreciado 19% en contra de la moneda estadounidense, un episodio de fortaleza atípico para México. Lizzette ofrece servicios de relaciones públicas a empresas extranjeras, por lo que su salario, denominado en dólares, ha sufrido pérdidas. Dice que una vez a la semana, a través de la aplicación de su banco, sucumbe a la ansiedad y se p...
Lizzette Pérez evita cuanto puede checar la cotización del dólar. En el último año y medio, el peso mexicano se ha apreciado 19% en contra de la moneda estadounidense, un episodio de fortaleza atípico para México. Lizzette ofrece servicios de relaciones públicas a empresas extranjeras, por lo que su salario, denominado en dólares, ha sufrido pérdidas. Dice que una vez a la semana, a través de la aplicación de su banco, sucumbe a la ansiedad y se permite revisar el peso-dólar.
“Durante los últimos diez años estuve bastante bien, los ingresos iban subiendo y subiendo”, dice la profesionista de 47 años, refiriéndose al periodo de depreciación sostenida que tuvo el peso hasta 2021. “Al fortalecerse ahora viene un golpe muy fuerte. No es que quiero que le vaya mal a México, pero yo no veo el beneficio”, dice al teléfono, desde su casa en la municipalidad de Naucalpan, al noroeste de la Ciudad de México.
Son los mexicanos con mayor poder adquisitivo, aquellos que pueden viajar o comprar propiedades en el extranjero, los que se están beneficiando de esta apreciación, mientras muchos resultan perdedores. Los cimientos de la economía mexicana, la segunda más grande de Latinoamérica, tiene cuatro grandes fuentes de ingresos: el turismo, las exportaciones, las remesas y el petróleo. Todos estos sectores son pagados en dólares, por lo que, cuando la moneda es muy fuerte, equivalen a menos pesos. Tan solo en mayo, de acuerdo con las cifras más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el valor de las exportaciones de mercancías alcanzó 52.860 millones de dólares. El caso de las remesas es crucial, ya que son las familias de menores recursos las que dependen de estos envíos en dólares para costear una vida en México.
En la ciudad fronteriza de Tijuana, Baja California, el agente inmobiliario Fermín Kim King ha recibido preguntas de los dueños de departamentos y casas, quienes firman contratos de alquiler denominados en dólares, sobre la posibilidad de cambiarlos a pesos. “El dólar llegó a estar a 22 pesos y ahora está en 17, es un cambio significativo”, dice el broker, también ex presidente de la Asociación de Profesionales Inmobiliarios de Tijuana. “Ahora todo mundo quisiera haber hecho sus contratos en pesos porque, si antes los inquilinos podían pagar 400 dólares, ahora pueden pagar 480 y los inversionistas y dueños de las propiedades lo saben”.
El peso es la moneda que mejor se ha desempeñado en el mundo, en lo que va del año, según el analista de Bank of America Christian González. En un reporte publicado el 20 de junio, González identifica cinco razones detrás del impulso al peso: un amplio diferencial de tasas de interés frente a Estados Unidos, un fuerte flujo de remesas, una política fiscal estricta, mayor estabilidad política que algunos países pares en mercados emergentes y el interés por empresas extranjeras de ubicarse en el país para estar más cerca del mercado norteamericano.
González reconoce que la fortaleza sostenida ha sorprendido a analistas. “A pesar de los choques tanto globales como domésticos, el peso ha logrado superar a todas las demás monedas principales”, escribe González. “El repunte ha sido tan persistente que ha desconcertado a algunos participantes del mercado, quienes se preguntan cuáles son las principales fuerzas impulsoras y si estas fuerzas continuarán apoyando a la moneda hasta empujarala a territorio aún más fuerte”, dice Bank of America.
El banco de inversión sostiene que la moneda está sobre valorada en un 20% y que la mayor parte de su desempeño se debe a la atractiva tasa de interés que ofrecen los instrumentos financieros denominados en pesos. El rendimiento es resultado de una cruzada en contra de la inflación que ha emprendido el Banco de México. En los últimos dos años, ha escalado la tasa de interés hasta tocar 11,25%, la más alta registrada jamás y desde que está vigente el actual régimen de política monetaria.
La inflación es como un segundo golpe, dice Pérez. “Yo voy al hacer las compras y y no veo el beneficio. Me alcanza menos y llenar el tanque de mi coche compacto con gasolina cuesta más”, dice, “si fuera un tema de que el peso se fortalece y no hay inflación, o la inflación se mantiene o se baja, quizás no afectaría tanto. Cualquiera que tenga algo de dinero va y le alcanza, pero no es así”.
La debilidad del dólar ha sido uno de los múltiples factores que han contribuido al desempeño del peso. Los mercados, temerosos de una recesión en Estados Unidos, han tenido episodios de aversión al riesgo. Aún cuando esto ha llevado a una caída en el peso, siempre se ha recuperado. “Esto ha dejado a los inversionistas desconcertados acerca de las principales fuerzas impulsoras del ‘súper peso’”, escribió González, de Bank of America. “No hemos explorado la posibilidad de que el peso mexicano simplemente esté siendo empujado al alza por factores globales favorables. Por ejemplo, el hecho de que el crecimiento global siga siendo resistente gracias a una economía de EE UU aún sólida podría no solo respaldar el crecimiento interno en México, sino también impulsar la moneda”.
El destino de la moneda está, en parte, en manos del banco central, el cual deberá decidir si mantener la tasa alta o arriesgar una salida de capitales bajando la tasa una vez que la inflación se haya estabilizado. A manera de conclusión, el reporte recomienda “mantenerse neutral” sobre el peso, es decir, ni comprar más pesos ni venderlos. “Si bien podría mantenerse fuerte en el corto plazo...creemos que todos los riesgos apuntan a la baja”. Quizás es importante recordar que ningún analista pudo predecir los niveles a los que ha llegado el peso.
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