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La alianza entre Morena, PVEM y PT lleva a la letra pequeña la reforma electoral de Sheinbaum y las candidaturas para 2027

El oficialismo y sus aliados planean dar en enero un mensaje de unidad con miras a las elecciones intermedias, pese a que se vienen meses de negociaciones

La coalición electoral de Morena, PVEM y PT se mueve por arenas movedizas. La presidenta, Claudia Sheinbaum, se ha encargado de amarrar el diálogo entre las partes, un golpe en la mesa que aleje el fantasma de la ruptura, que, de momento, ha surtido efecto con el compromiso de todas las partes de salir en enero a dar un gran mensaje de unidad que dé certeza de que irán juntos en las elecciones intermedias de 2027. Es la fachada de un acuerdo que tiene fondo y letra pequeña. La coalición Sigamos Haciendo Historia, el último nombre que se le dio a la sociedad política (2024), tiene un puñado de términos y condiciones que resolver antes de registrar el acuerdo ante el Instituto Nacional Electoral (INE) a finales del año próximo. El contenido de la anunciada reforma electoral que se espera envíe la presidenta mexicana al Congreso, el número de posiciones que Morena cederá a sus partidos satélite y las pugnas internas por las candidaturas dictarán el punto fino del contrato.

Las alertas sobre una posible ruptura de la tríada oficialista se han activado más de una vez. Todas han salido desde las cúpulas partidistas de los socios políticos de Morena, el partido más poderoso de México, y también desde la dirigencia morenista de Luisa María Alcalde. Desde Baja California, la presidenta nacional de la agrupación guinda mandó un mensaje a sus aliados. “Nos gustaría mantener las alianzas con el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista”, lanzó. Estas declaraciones no fueron aisladas. La posibilidad de que la alianza se rompiera era latente y Sheinbaum tuvo que intervenir.

Los desencuentros con sus aliados se han ido suavizando, principalmente con el PT, que ha acusado una soberbia exacerbada y el maltrato de los liderazgos de la agrupación guinda. “Veracruz les sirvió de escarmiento, ya vieron que podemos ir solos, les bajamos los humos”, refiere uno de los principales liderazgos del Partido del Trabajo. En las elecciones de este año en aquella entidad, el PT fue solo y ganó posiciones frente a los guindas. Ahí el riesgo de ruptura con el morenismo se fue desvaneciendo, sostiene el mismo dirigente. Pero la última palabra no se ha dicho. “No hay acuerdo. La presidenta manifestó la convicción de ir unidos y trabajar juntos, pero apenas se van a iniciar las pláticas”, refieren legisladores de la cúpula morenista.

Sheinbaum sostuvo un encuentro en días pasados con legisladores y líderes de sus partidos aliados. La presidenta, refieren fuentes cercanas, únicamente manifestó su deseo de mantener la coalición y para ello, les pidió la nada menor encomienda de ponerse de acuerdo. En esa reunión, se acordaron mesas de trabajo para afinar los detalles de la coalición. El diálogo arrancará en enero, seguido del anuncio de que irán juntos. ¿Dónde?, ¿con cuántos? y ¿con quiénes? Son las incógnitas que se resolverán en los próximos meses y nadie espera que sea una negociación fácil. Entre el anuncio y la firma, hay un trecho donde la reforma electoral es decisiva. Los aliados se dicen tranquilos, con disposición y ánimo de construir. Toman con hilaridad que la enmienda, que busca reconfigurar el sistema electoral mexicano, llegue a ver la luz. En todo caso, dicen, será una reforma descafeinada.

La desaparición de senadores y diputados de representación proporcional, conocidos como plurinominales, y la reducción del financiamiento público a los partidos, como ha planteado la mandataria, son ingredientes que, en esos términos, carecen del respaldo del PT y de los verdes. Con todo, ninguna posición puede quedar definida hasta tener el proyecto en mano. Los aliados de Morena dudan de que la iniciativa presidencial a cargo de Pablo Gómez, cabeza de la comisión presidencial encargada de elaborar el proyecto, sea entregada en las primeras semanas de 2026, como se ha dicho. “Vemos complicados los tiempos y los escenarios y no vemos una demanda social que reclame una reforma electoral”, ha lanzado uno de los líderes del Verde, que ha pedido el anonimato.

Sobre la mesa se han comenzado a delinear las demandas de los socios en el bloque oficialista. La agrupación verde plantea una coalición segmentada: ir solos en el suficiente número de distritos electorales para obtener los votos que los hagan crecer en lo individual. En la trinchera del PT, la oferta es ir juntos en todo y al 100%, una apuesta que el verde ve poco inteligente. “Siempre nos salen bien los números. Necesitamos, de los 300 distritos, ir juntos en no más de 180, dejamos 120 solos”, son algunos de los cálculos del PVEM. También plantean ir solos en los Estados que tienen perdidos para restarle a la oposición.

En el PT la visión es contraria. “Tenemos que ir juntos; si nos apendejamos, tenemos el ejemplo de 2021”, refiere uno de los líderes, que se remite a la pasada elección intermedia, cuando hubo división en el oficialismo y la oposición ganó terreno en el Legislativo y dejó a Morena sin la mayoría calificada, lo que impidió que avanzara un puñado de reformas constitucionales propuestas por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, incluida la electoral.

Pero el rompecabezas no se comenzará a armar realmente hasta el siguiente año. En las 17 gubernaturas en disputa, la tendencia es similar. La coalición se irá negociando. “Lo que vamos a decir en enero es: vamos en coalición, vamos unidos y hay un proyecto firme”, refieren líderes de los tres partidos y, ante esa meta, en el centro de las consecuencias está la enmienda electoral. “De entrada vamos a reventar un proceso electoral; a quien más le debe interesar la gobernabilidad es a la presidenta”, refieren. Los escenarios remotos y los que contradicen sus cálculos actuales también los tienen medidos. “Si dicen ‘vamos a eliminar las 200 pluris’, diremos: ‘está bien’. Pero en los 300 [distritos], serán listas. Para nosotros es perfecto”, refieren en el Verde. Los hoy aliados pueden terminar siendo en adelante una de las piedras en el zapato de Morena si no terminan de concretar una estrategia consensuada para definir las candidaturas, con la restricción dictada por Sheinbaum contra el nepotismo que sus socios se resisten a aplicar. El Verde y el PT ven innecesaria la reforma electoral con los dedos en la puerta para iniciar las intermedias de 2027 y sin el consenso de todas las fuerzas políticas, incluida la oposición. Serán esos términos y condiciones concretos los que pondrán a prueba el anuncio de unidad de las primeras semanas de 2026.

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