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Más de la mitad de los mexicanos rechaza que la manifestación de la generación Z haya sido manipulada políticamente

El 50% de los encuestados considera que las protestas influirán en las decisiones del gobierno de la presidenta, según una encuesta de Enkoll para EL PAÍS y W Radio

El movimiento de la generación Z agitó al Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. Mientras el fenómeno que llamaba a manifestarse en todo el país apenas se formaba en las redes sociales, el asesinato del alcalde de Uruapan Carlos Manzo, terminó de avivar la conversación alrededor de la convocatoria y le añadió un componente político imprevisible. Sheinbaum desestimó desde el inicio la legitimidad al presentar una investigación que vinculaba la movilización a una “estrategia digital articulada” con participación de bots, influencers, políticos ligados a la oposición y el empresario Ricardo Salinas Pliego. Ese discurso, sin embargo, no ha calado en la mayoría de la opinión pública. La última encuesta de Enkoll para EL PAÍS y W Radio, arroja que más de la mitad de los mexicanos (56%) afirma que se trató de iniciativas genuinas de protesta, frente a un 34% que las atribuye a una manipulación política.

La convocatoria, que creció en redes sociales con imágenes generadas por inteligencia artificial, memes y la bandera de los piratas de sombreros de paja de la animación japonesa One Piece, logró un alcance inusual para un movimiento que carecía de líderes visibles. Un 58% de los ciudadanos asegura haberse enterado de la protesta.

El 15 de noviembre, unas 17.000 personas llegaron al Zócalo capitalino, donde se toparon con enormes vallas metálicas que protegían edificios y monumentos. Las estructuras fueron derribadas en menos de dos horas y los enfrentamientos posteriores dejaron un saldo de 120 heridos —100 de ellos policías— y 29 detenidos. Hasta ahora, 13 han sido vinculados a proceso por delitos como tentativa de homicidio, resistencia, robo y lesiones. La presidenta salió al paso de lo sucedido: “Hubo una manifestación, donde dicen que marcharon jóvenes, pero en realidad había muy pocos jóvenes y que de manera violenta quitaron unas vallas y rompieron vidrios, decimos: No a la violencia”.

Las opiniones sobre la forma en que se desarrollaron las movilizaciones están divididas: el 46% las percibe como pacíficas, y el 44% como violentas. La tendencia se repite en la evaluación de la actuación del Gobierno: la mitad califica las acciones como buenas o muy buenas, mientras que la otra mitad las considera malas o muy malas. Sin embargo, el 52% considera que las manifestaciones sociales no son reprimidas por la administración, mientras que el 42% cree que sí lo hace, una cifra que deja en evidencia que el episodio ha reabierto el debate de largo recorrido en México sobre los límites del uso de la fuerza en las protestas.

Sobre las causas que empujaron la movilización, la mayoría apunta a la inconformidad con la inseguridad y la violencia como detonante, —incluido directamente el asesinato de Manzo— señalada por el 30%. Otro 25% señala la inconformidad con el Gobierno y la influencia de los grupos opositores. Aparecen en menor medida los problemas económicos o sociales, la falta de apoyo a los jóvenes y agricultores, o la falta de medicamentos. El pliego petitorio de generación Z México, sin embargo, incluía temas como la revocación de mandato, reformas judiciales y demandas de transparencia.

El asesinato de Manzo ocurrido dos semanas antes de la marcha —donde su figura fue usada como estandarte—, fue un elemento central, según arroja la encuesta. El 84% afirma haber escuchado del caso y la evaluación ciudadana de la respuesta del Gobierno es mayoritariamente negativa, con 51%. En cuanto a las expectativas de justicia, solo un 34% cree que se castigará a todos los responsables, mientras que la mayoría da por hecho que solo se llegará a algunos (37%) o a ninguno (24%).

Uno de los debates en torno a la manifestación fue la baja afluencia de jóvenes en la protesta, que llamaba a movilizarse a personas menores de 28 años. La mayor parte de los encuestados (42%) considera que estuvo integrada por manifestantes de la generación Z, mientras que un 36% cree que participaron principalmente grupos políticos opositores. La percepción ciudadana es que los organizadores fueron principalmente personas comunes, seguidas por jóvenes de la generación Z y, en menor medida, otros sectores como agricultores o transportistas.

En cuanto al impacto real del movimiento de la generación Z, la mayoría estima que tendrá algún grado de influencia en las decisiones políticas de la presidenta: un 54% cree que impactarán mucho o algo, frente a un 43% que piensa que tendrán poco o ningún efecto. Finalmente, casi la mitad (49%) cree que las manifestaciones buscan un cambio social positivo, mientras el 40% cree que defendían intereses de grupos políticos opositores al Gobierno.

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