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El aumento del precio del gas amenaza los recibos de luz eléctrica en 2026

La Secretaría de Energía pronostica que los precios del gas podrían más que duplicarse el próximo año, un escenario con repercusiones para el bolsillo de los usuarios

La Secretaría de Energía (Sener) de México dibujó su escenario de precios para los combustibles con miras a los próximos años advirtiendo un aumento sustancial de los hidrocarburos utilizados en la generación eléctrica, lo que supone un traslado en cascada hacia los recibos que pagan los usuarios. Entre los incrementos destaca el pronóstico del precio del ...

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La Secretaría de Energía (Sener) de México dibujó su escenario de precios para los combustibles con miras a los próximos años advirtiendo un aumento sustancial de los hidrocarburos utilizados en la generación eléctrica, lo que supone un traslado en cascada hacia los recibos que pagan los usuarios. Entre los incrementos destaca el pronóstico del precio del gas natural, importante dada la altísima dependencia del país de sus importaciones para mantener los focos encendidos.

En su Plan de Desarrollo del Sector Eléctrico 2025-2039 publicado en octubre en el Diario Oficial de la Federación (DOF), la Sener adelantó que el gas natural podría pasar de tres dólares por millón de unidades térmicas británicas (MMBtu) a ocho dólares, siendo este el peor escenario. El pronóstico medio ubica el precio en unos 6,5 dólares por MMBtu. “En el mejor de los casos no están planteándose estos escenarios donde se va el precio a un poco más del doble. Pero la tendencia a nivel mundial es que el precio siga aumentando y no solamente por el desarrollo propio de la industria, el alto consumo y la demanda, sino también por otras presiones ambientales y geopolíticas, como las que observamos en el frente de los aranceles”, explica Guillermo Gómez, director técnico de la Asociación Mexicana de Gas Natural Vehicular, GNC, GNL y Biogas (AMGNV) y director de la consultora sustentable G2H.

Es decir, con ese precio máximo, el Gobierno estaría anticipando con holgura un escenario de mal clima, eventos naturales o incluso la entrada en vigor de los aranceles propuestos por la Administración de Donald Trump a las importaciones de hidrocarburos, cuya aplicación fue nuevamente pospuesta a finales de octubre. En otro reflejo de la incertidumbre que generan las discusiones comerciales, México también estaría cubriendo previsiones ante posibles cambios en los términos de las exenciones tributarias al intercambio de energía entre México, Estados Unidos y Canadá, previstas en el TMEC, cuya revisión está programada para 2026.

Más del 70% del gas consumido en el país es importado, principalmente desde los Estados Unidos, de acuerdo con cifras de este año de la Asociación Mexicana de Gas Natural (AMGN), en medio de una caída sostenida de la producción nacional y un alza del consumo. La demanda de gas natural en la red nacional de gasoductos de México mostró un crecimiento de más del 50% en 14 años, añadió la Secretaría. El plan también destaca que, entre 2013 y 2024, el sector eléctrico fue el mayor consumidor de gas natural dentro del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

La Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés) mantiene un pronóstico un poco más optimista, aunque también al alza. Proyecta un precio promedio para 2026 de cuatro dólares por MMBtu, 16% más alto que en 2025.

En otros episodios de precios elevados provocados por eventos climáticos –con repercusiones en el frío o el calor–, la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha absorbido el costo del gas texano más caro para evitar trasladarlo a las tarifas, especialmente las residenciales. Sin embargo, estos esfuerzos suelen sopesar en la eficiencia. “Se observa que los mayores incrementos porcentuales están en el gas natural, el combustóleo y el diésel, que tendrán impactos en la operación y expansión del SEN”, añadió la Sener en su programa a 2029.

Transición energética

En el trasfondo, la preocupación por los precios del gas refleja que la matriz energética del país está poco diversificada, lo que se traduce en luz costosa, abastecimiento interrumpido y cuellos de botella para los altos consumidores, como los nodos industriales. El año pasado el sector de la mediana y la gran industria participó con el 60,6% del consumo final, aunque solo integraron al 0,9% de los usuarios. En sentido inverso, el sector residencial albergó al 89,2% de los usuarios, pero únicamente utilizó el 27% de la energía.

La presidenta Claudia Sheinbaum, científica ambientalista de formación, comparte la visión de los expertos que ven en las energías renovables, como la solar y la eólica, el camino para aliviar y, eventualmente, superar la dependencia de los hidrocarburos. Desde la industria gasífera también destacan que la producción y el almacenamiento de gas local, clave para amortiguar los sobresaltos en el precio del combustible importado, llevan años rezagados. Si bien el gas natural es un hidrocarburo que genera gases de efecto invernadero, que aceleran el calentamiento climático, expide cerca de la mitad del dióxido de carbono (CO2) que la misma cantidad de carbón.

En 2024, se generaron e inyectaron al SEN 352.305 gigavatios-hora (GWh) de energía eléctrica, un 29,8% más que en 2010 y un 1,7% más que en 2023, de acuerdo con los datos oficiales. De esta electricidad, el 76,6% provino de tecnologías convencionales (principalmente combustión de gas, seguida por carbón, combustóleo o diésel) y el 23,4% de tecnologías limpias. En balance, la generación a partir de fuentes renovables ha registrado un aumento del 50% comparada con 2010, pero aún es limitada y para seguir remontando requerirá de ingentes inversiones del sector privado y público en un panorama de al menos 15 años.

“No solamente se trata de impulsar la diversificación de la matriz energética con proyectos solares, eólicos, de bioenergía, sino también de algo que no se ha tocado –al menos no a fondo– en el plan: el almacenamiento de gas natural que nos ayudaría a poder manejar esos picos altos de demanda que representan el aumento de costos”, agrega Gómez.

La Secretaría agregó que desde 2015 “no ha habido una variación significativa de la longitud de los sistemas que opera y gestiona CENAGAS”, el centro encargado de administrar el Sistema de Transporte y Almacenamiento Nacional Integrado de Gas Natural (SISTRANGAS). No obstante, enumeró un puñado de proyectos e interconexiones para optimizar la capacidad y redundancia del esquema.

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