Morena y el enigma de Cuauhtémoc Blanco

Las denuncias de corrupción y la revivida acusación de intento de violación a su hermanastra chocan con la inacción del partido guinda, que cobija al exfutbolista en el Congreso

Cuauhtémoc Blanco el evento final de campaña presidencial de López Obrador, en Ciudad de México, en 2018.Carlos Tischler (Getty Images)

Aunque los años pasan y Cuauhtémoc Blanco sigue quemando etapas a la velocidad de la luz, los problemas le persiguen con presteza. Cuando la polémica por las denuncias de corrupción que el actual Gobierno de Morelos presentó ante la fiscalía aún coleaba en los medios, la acusación por violación de la propia hermanastra del exfutbolista revivía de repente esta semana. Blanco, que gobernó Morelos de 2018 a 2024, se refugia en su silencio y en el de Morena, partido con el que obtuvo un curul en la Cámara de Diputados en las elecciones de junio.

Las acusaciones no son menores, por mucha cautela con que trate de manejarlas el partido guinda. El enorme poder de la formación, nacida y criada bajo la mirada atenta del expresidente Andrés Manuel López Obrador, implica que todo movimiento contra Blanco se apoye en descontentos al interior. De momento, el líder de Morena en la Cámara, Ricardo Monreal, ha pedido que no se condene a Blanco antes de tiempo. Es una petición racional, pero el río de las sospechas sobre Blanco crece y crece, limando sus posibles defensas.

El caso de la hermanastra, Nidia Fabiola Blanco, ha agarrado fuerza estos días. Su nuevo abogado, Rodrigo Dorantes, que fue fiscal de Morelos entre 2013 y 2015, en años de Gobierno de Graco Ramírez, del PRD, ha desfilado por radios y periódicos esta semana, recordando una historia que escandalizó a medio país en octubre, cuando la mujer acudió a la fiscalía a denunciar. En entrevista con EL PAÍS, Dorantes explica que “Nidia es una persona reservada, que ha agarrado valor poco a poco” y que “no ha aparecido ante la prensa por miedo”.

El abogado no ha dado detalles de lo ocurrido, pero señala que Blanco intentó violar a su media hermana en diciembre de 2023, cuando ella vivía en Residencia Morelos, la casa del gobernador. La mujer entró a trabajar en el Gobierno del Estado por invitación de su hermano, en 2019. El mandatario la puso al frente de la dirección general de apoyo a pequeñas y medianas empresas, de la Secretaría de Desarrollo Económico. Al principio, dice Dorantes, ella vivió en su propia casa, pero luego “él la invitó a vivir con él y fue”.

Eso ocurrió, según el abogado, a mediados de 2021. Desde entonces, Nidia vivió situaciones incómodas, explica Dorantes. “Había ciertas conductas de esta persona con sus amigos y allegados… Les gusta mucho el tomar, la fiesta, las muchachas”, añade. Dorantes dice que, además, la relación de Nidia, que comparte papá con Cuauhtémoc Blanco, con el otro medio hermano del exfutbolista, Ulises Bravo, con quien comparte mamá, era cada vez peor. “Se conflictuaba con él, con Ulises, por temas personales” dice. “La quería correr”. Bravo acompañaba a Blanco en el Gobierno estatal.

Preguntado por el miedo de su cliente, Dorantes señala que ella le ha dicho repetidamente que Cuauhtémoc Blanco tenía relaciones con personas más que cuestionables. “Ella decía, ‘yo conviví con él y sé que anda con gente peligrosa’, eso decía”, cuenta el abogado. Aunque no da detalles, Dorantes se refiere, entre otras cosas, a la foto que publicó hace tres años El Sol de Cuernavaca. En la imagen, Blanco aparece junto a dos presuntos cabecillas del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Guerreros Unidos en la zona, y con Horacio Figueroa, supuesto líder de un grupo criminal regional, Comando Tlahuica, presuntamente implicado en el asesinato del activista Samir Flores.

Como con toda acusación estos años, Blanco echó balones fuera, gambeteó, trató de quebrar a sus adversarios y se defendió atacando a los “narcopolíticos”, que, según él, querían machar su honor. La Fiscalía del Estado, en manos de Uriel Carmona, enemigo acérrimo del exgobernador, abrió una investigación al respecto, pero, a día de hoy, no ha dado resultados. De los presuntos criminales con quienes Blanco se tomó la foto, uno está preso y sentenciado, otro prófugo, y el tercero fue asesinado en una prisión de Morelos.

Viejas denuncias

Las nuevas denuncias por corrupción contra el Gobierno de Blanco han reactivado la sospecha sobre el legislador. Son seis en total, cuatro penales, que, aunque no le apuntan directamente, profundizan en la críticas sobre malas prácticas durante su mandato. En total, las denuncias, presentadas por el actual Gobierno estatal, en manos de Margarita González, de Morena, señalan el presunto desvío de 40 millones de pesos del erario, en la venta de predios del lago de Tequesquitengo, en la remodelación de un mercado, en la contratación de artistas y en la entrega de fertilizantes a productores.

Cuauhtémoc Blanco durante un discurso en Morelos, en abril de 2022.

Lucy Meza, que fue candidata a gobernadora en junio, y que acabó perdiendo frente a González, secretaria de Turismo con Blanco, celebraba esta semana las denuncias, aunque exigía más contundencia. En entrevista con este diario, explica que “el estado tiene un presupuesto anual de 30.000 millones de pesos, ahora multiplica por seis años. Por eso digo que es irrisorio lo de los 40 millones. Cuando yo fui candidata, nosotros denunciamos una malversación de 3.800 millones”.

Como parte del presunto desvío de 3.800 millones, Meza señala fraudes en la Comisión Estatal de Seguridad y en Servicios de Salud. Preguntada por el contenido concreto de las denuncias, la excandidata envió la carátula de la denuncia, pero no dio detalles. Este diario publicó la semana pasada un análisis de los señalamientos de la Auditoria Superior de la Federación (ASF) al Gobierno de Morelos en años de Blanco. La ASF afea el gasto irregular de 3.269 millones de pesos, por parte de la Secretaría de Hacienda, el Instituto Estatal de Infraestructura Educativa, Servicios de Salud de Morelos, o la Comisión Estatal de Agua, entre otras dependencias.

Estas denuncias son solo la última pata de la mesa de la sospecha. Entre finales de 2021 y mediados de 2022, la fiscalía Anticorrupción del Estado acogió denuncias por malversación contra Blanco y su entorno cercano, por un monto de 600 millones de pesos, unos 30 millones de dólares. Según el denunciante, el abogado Enrique Paredes, Ulises Bravo y otras personas del entorno de Blanco triangularon recursos públicos a cuentas de Blanco, en depósitos de medio millón de pesos, cuando este era alcalde de Cuernavaca, capital de Morelos, de 2015 a 2018.

Para que aquellas denuncias avanzaran, la fiscalía anticorrupción solicitó al Congreso de Morelos que retirara la protección de que gozaba Blanco, en virtud de su posición al frente del Gobierno del Estado. “Eso fue hace dos años, pero el Congreso local no contestó”, explica ahora el vicefiscal anticorrupción Edgar Núñez. Con Blanco fuera del Gobierno estatal, instalado en la Cámara de Diputados, la fiscalía Anticorrupción debería pedir ahora al parlamento federal que le retire la protección. Morena tiene mayoría calificada en la Cámara.

Respecto a los nuevos delitos, los señalamientos no llegan aún a Blanco. “Si derivado de nuestra investigación encontramos responsabilidad [contra Blanco], nosotros acudiríamos [a la Cámara]”, dice Núñez. “Pero aún estamos en el proceso de investigar. Llevamos 15 días de investigaciones, son asuntos complicados, son temas de proyectos públicos, licitaciones, etcétera. Yo creo que en uno o dos meses tendremos resultados contra las personas que corresponda”, zanja.

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