Imparcialidad o legitimación: la incómoda posición de Sheinbaum ante la toma de posesión de Maduro

La presidenta de México, que había pedido transparencia y la difusión de las actas, acaba por enviar a un representante de su Gobierno a la investidura

Claudia Sheinbuam en Palacio Nacional, en Ciudad de México, el 6 de enero de 2025.Mario Guzman Mario Guzmán (EFE)

El intento mexicano por mantener la neutralidad en la crisis política de Venezuela ha arrinconado al Gobierno de Claudia Sheinbaum en un lugar incómodo. La presidenta, que tomó posesión el pasado 1 de octubre, había pedido, meses antes de asumir, que Nicolás Maduro y las autoridades del país sudamericano mostraran las actas de la elección del 28 de julio. Una solicitud a la que se acoplaron múltiples actores internacionales, y que reforzaba la retórica de la oposición, que defendió con las actas en mano la victoria de Edmundo González. En la recta final del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, México coqueteó con la idea de mediar junto a Brasil y Colombia para lograr una salida a la crisis. Pero los esfuerzos se diluyeron y con la investidura en puerta, Sheinbaum ha abandonado la imparcialidad que predicó y ha decidido enviar este viernes a un representante de su Administración bajo la idea del respeto a la autodeterminación de los pueblos. La jugada, sin embargo, la mete en un pequeño grupo de países de la región que participarán del acto.

El giro fue sutil, pero sustancial. Tras la cita a las urnas y el polémico recuento en Venezuela, que despertó las alarmas de los miembros de la comunidad internacional que participaron como observadores, varios países salieron a pedir transparencia en las actas. México, con López Obrador, fue uno de ellos. Y la sucesora del expresidente, que en ese momento se encontraba en transición como mandataria electa, secundó la petición. Una vez en el cargo, Sheinbaum juró imparcialidad ante la crisis. “Nos vamos a mantener imparciales ante esto. Colombia tiene una posición, Brasil tiene una posición, Estados Unidos tiene su propia posición, y nuestra posición es la constitucional, la autodeterminación de los pueblos”, dijo el 15 de octubre en una conferencia de prensa.

La autodeterminación de los pueblos ha sido el eje de la política exterior de López Obrador en los seis años en el cargo. Sheinbaum sostiene ahora que mantiene esa línea. “En el caso de Venezuela, irá un representante a la toma de protesta, pero no vemos por qué no deba ser así, le corresponde a las y los venezolanos, no a México, definir”, dijo esta semana. Sin embargo, la decisión de enviar a un representante, que será el embajador en Caracas, Leopoldo de Gyves, consolida su ligero cambio de posición. Abre además la puerta a múltiples dudas sobre qué significa la presencia de un enviado del Gobierno mexicano en el acto de investidura y, principalmente, si implica el aval a una nueva presidencia de Maduro. O preguntas como cuáles son los límites de la autodeterminación y si este gesto de Sheinbaum en política internacional es un vistazo a la estrategia diplomática de México para los próximos seis años.

Manifestantes al exterior de la Embajada de Venezuela en México. Emiliano Molina

La mandataria mexicana no reconoció abiertamente la victoria en las urnas del heredero de Hugo Chávez, por lo que la decisión la deja en un lugar incierto en medio de una crisis política que ha acrecentado las tensiones en la región. Algo similar enfrenta Gustavo Petro en Colombia, que insiste en enviar al embajador Milton Rengifo a la toma de posesión, contra las recomendaciones de su equipo más cercano. A medida que se acercaba la fecha, la situación se volvió más crítica en Venezuela, algo que no ayudó a las posiciones supuestamente neutras que han intentado mantener los dos gobiernos. La represión de las protestas se ha incrementado, así como las detenciones arbitrarias, que en esta semana sumaron la del excandidato presidencial Enrique Márquez y la del defensor de la libertad de expresión Carlos Correa.

En el escenario interno, la postura que mantiene ahora Sheinbaum le ha valido algunas críticas, principalmente de la oposición. El conservador Partido Acción Nacional (PAN) ha reprochado al Gobierno la validación a un régimen autoritario. Otros, como el expresidente Felipe Calderón, que fue declarado recientemente persona no grata en Venezuela junto con Vicente Fox, celebró que la presidenta haya decidido no ir personalmente a la investidura, ni enviar al canciller, Juan Ramón de la Fuente.

Venezuela llega este viernes a la toma de posesión de Maduro con la tensión al máximo en las calles. Este jueves, la líder opositora María Corina Machado, que había reaparecido para acompañar las masivas manifestaciones en Caracas, fue detenida al finalizar la marcha por unas horas y posteriormente liberada, de acuerdo a su equipo. Decenas de ciudades en todo el mundo se sumaron a las protestas la víspera de la investidura. Ciudad de México no se quedó afuera. Decenas de personas se concentraron a las puertas de la Embajada en la acomodada colonia de Polanco. El reclamo alcanzó a la presidenta mexicana, a quien pidieron una posición más dura contra Maduro. “Sheinbaum: no sea cómplice de una dictadura”, se leía en algunos carteles.

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