IMSS Bienestar, más personal y decenas de plataformas digitales: los focos del plan de Sheinbaum en Salud

El subsecretario de Salud, Eduardo Clark, explica a EL PAÍS los detalles del programa del Ejecutivo para el sector

Eduardo Clark en su oficina en Ciudad de México, el 10 de diciembre de 2024.Aggi Garduño

El sistema público de salud en México viene de haber pasado seis años de tropiezos, caídas y levantadas. La apuesta de Claudia Sheinbaum será robustecer algunas áreas que habían sido golpeadas en el anterior sexenio, como el abasto de medicamentos, o algunas que no habían acabado de cimentar, como el IMSS Bienestar. A todo ello le agregará su sello de la Administración, con la digitalización de todo el sistema, uno de los puntos en los que más ha insistido la presidenta. El subsecretario de Salud, Eduardo Clark, explica a EL PAÍS los detalles del plan que tiene el Ejecutivo para el sector. “El sistema mexicano tiene muchas deudas de tecnología que pueden ser baratas de implementar. No son grandes inversiones pero pueden devolver muchísimo retorno, tanto a los pacientes como a los proveedores de servicios”, dice en entrevista.

El ecosistema sanitario mexicano se divide en dos áreas, la atención a aquellos que tienen seguridad social y la atención a los que no. Para los que entran en el primer grupo, un poco más de la mitad de la población —más de 65 millones de personas—, está el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Para los segundos, un poco menos de 65 millones de personas, está el IMSS Bienestar en 23 Estados y el servicio sanitario estatal en nueve entidades. El objetivo del Gobierno es ahora reforzar las plataformas virtuales que ya existen en el primer grupo e implementar unos nuevos en el segundo grupo.

“La visión del Gobierno es que, en la consolidación del IMSS Bienestar como el prestador centralizado, se pueda generar un ecosistema digital que permita operar mejor para beneficio de los trabajadores, el sistema y los pacientes”, dice Clark. Cuando habla de un ecosistema, se refiere a una decena de páginas web que sirvan para múltiples actividades, como poder tramitar una cita al médico por internet, que el Ejecutivo pueda controlar en línea el inventario de todos los medicamentos, o que exista eventualmente un expediente médico virtual para cada paciente que facilite el traspaso de un hospital a otro.

La idea, explica el subsecretario, es incorporar una serie de mejoras. “La primera, por la urgencia del abasto, tiene que ver con los inventarios”, apunta. “Hoy no tenemos un sistema de inventarios en el que puedas ver qué hay en cada uno de los almacenes”. El Ejecutivo busca dejar esta primera etapa lista en 2025, para luego ir creciendo hasta llegar a conectar digitalmente el IMSS Bienestar con el IMSS y el ISSSTE. “Un caso muy común es una persona que trabaja dos años en una empresa que le da seguridad social, pierde su trabajo, se autoemplea, y tiene que reiniciar la travesía de su interacción con el sistema de salud porque todo el historial clínico en el IMSS no puede ser compartido al IMSS Bienestar”.

El siguiente paso, plantea Clark, tiene que ver con la digitalización de la relación con los pacientes. “Hoy, en la mayor parte del IMSS Bienestar, ir a una cita de primer nivel de atención involucra formarte en la mañana a que te den una papeleta, una cita física”, comenta. “Tienen 20 citas ese día, tú puedes ser la persona 21 y te vas a tu casa perdiendo dos horas. Son cosas que pueden sonar pequeñas pero que procesos tecnológicos pueden ayudar”. Se trata de dar cierta certidumbre al paciente, asegura, y de establecer procesos “basados en evidencia” y no en anécdotas.

El Gobierno entiende que puede poner en marcha la digitalización porque “buena parte del territorio nacional”, alrededor del 80%, tiene acceso a internet. Y la inversión que se requiere, como la compra de computadoras, es accesible, explica Clark. “La gente subestima la facilidad que tienen muchas tecnologías para implantarse”. El subsecretario admite que le estresa más pensar que el sistema pueda tener dificultades para usarse. “Muchas de las fallas de la implementación a gran escala de sistemas digitales suceden cuando le quieres imponer a un usuario un modelo nuevo de trabajo, muy distinto a como venían trabajando”, señala. ”Para dar consulta tú no quieres que les cueste más tiempo cargar en el sistema digital los datos que dar la consulta en sí. Nuestro trabajo está enfocado en diseñar sistemas que son utilizables y entendibles”.

Para alcanzar esa meta, el proceso ha sido sentarse con los médicos a entender a qué se enfrentan cada día y qué necesitan en su trabajo. “Es la manera más natural de asegurar que los productos digitales que no existen puedan tener buena aceptación y recepción”, dice el funcionario. Clark trabaja actualmente de la mano de José Merino, su antiguo jefe y quien puso en marcha la Agencia Digital de Innovación Pública con Sheinbaum en la capital y está a cargo ahora de la Agencia de Transformación Digital federal.

Hospital IMSS-Bienestar de Salud Mental Dr. Víctor M. Concha, en Veracruz, en noviembre 2024. CUARTOSCURO

Médicos para el bienestar

El programa de salud incluye además una propuesta, llamada Médicos para el bienestar, que anunció Sheinbaum hace unas semanas y que busca fortalecer la atención en algunos rincones del país mas alejados o desfavorecidos con la contratación de doctores y enfermeras. Es un paso más en el camino a conseguir los cinco objetivos que se han trazado para el próximo sexenio en materia de salud: la modernización del sector; la promoción de salud, prevención de enfermedades y vacunación; la mejora de la atención médica y la disminución de los tiempos de espera en los hospitales; el fortalecimiento del IMSS Bienestar; y la garantía de que todos los centros de salud cuenten con medicamentos, insumos y equipamiento.

La contratación se dará principalmente en zonas rurales, donde el IMSS Bienestar tiene infraestructura construida en Gobiernos anteriores pero no cuenta casi con personal. Se buscarán a especialistas de las ramas troncales, como ortopedia, ginecobstetricia o medicina interna, dice Clark. “Son hospitales que les falta personal, es decir, un hospital básico comunitario de 40-50 camas donde no tenemos personal para operarlo de manera plena, ni el quirófano ni la consulta externa”. Con recursos que ya fueron aprobados, el Ejecutivo buscar dar un incentivo a los profesionales para que acepten trabajar en esos 282 puntos.

El salario para ellos estará entre los 39.000 y los 43.000 pesos mensuales netos, más un bono mensual de 16.000 pesos. Tendrás además un contrato base por dos años, apoyos económicos para traslados, hospedajes y alimentación, y la posibilidad de hacer una maestría gratuita en el Instituto Nacional de Salud Pública. Clark explica que se trata de “una política de incentivos de acción afirmativa” para “hacer más competitivos a los hospitales que han sido más desfavorecidos” en términos de contratación. “Ahí tenemos la infraestructura, los recursos físicos que a veces es lo más tardado y difícil de construir, lo que nos falta es que los médicos elijan tomar esas plazas”.

Casa por casa

Uno de los últimos eslabones del plan de salud de Sheinbaum es el programa Casa por casa, para atender a 13,6 millones de adultos mayores y personas con discapacidad en sus hogares. La estrategia, que contará con un presupuesto de 7.000 millones de pesos, es una extensión de un programa similar que ya puso en marcha Sheinbaum cuando gobernaba la ciudad. El primer paso fue empezar un censo de 12 millones de viviendas, donde están registrados beneficiarios de alguna pensión del Gobierno federal, para poder realizar cuestionarios personalizados y armar un plan de atención especial para cada uno.

Estaba previsto que el censo acabara este año y se empezara a realizar las visitas a principios de 2025, pero las visitas han sido más tardadas de lo que Ejecutivo esperaba y recién ahora están cerca de los cuatro millones de hogares censados. “No nos preocupa porque el censo tiene un objetivo central que es medir las necesidades de cada hogar para luego poder hacer la nominalización, como le llaman a decidir qué tipo de atención requiere cada uno, y lo que hemos encontrado ha sido muy retador pero al mismo tiempo muy gratificante. Pensamos que las entrevistas iban a durar 30 minutos. Están durando una hora, hora y media. ¿Por qué? Porque los adultos mayores tienen necesidad de comunicar”.

El resultado, asegura Clark, es “un vínculo comunitario” entre los adultos mayores y los funcionarios públicos. ”Las visitas domiciliarias van a cumplir ese doble propósito: identificar de manera temprana necesidades de salud y poder canalizar pronto, pero también hacer que muchos de nuestros adultos mayores se sientan escuchados, atendidos y relacionados con el Estado”. El subsecretario asegura que, a pesar del retraso, empezarán con el programa en febrero, aunque irán de manera paralela con el censo hasta acabarlo.

Solo para este programa buscarán contratar a 21.500 enfermeras y médicos que tendrán, en este caso, un salario sin incentivos, unos 20.000 pesos mensuales brutos, dice Clark. Además de ese equipo, participarán médicos del IMSS, el IMSS Bienestar, el ISSSTE y estudiantes de Geriatría, todos coordinados por la Secretaría de Salud para diseñar 13,6 millones de programas adaptados a cada paciente. “Está muy adecuado a lo que puedan generar las enfermeras en territorio, lo que saben hacer, y darles los protocolos para poder referenciar al primer nivel en caso de algo que ya requiera ver un médico”.

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