Las preguntas sin responder del brote de ‘Klebsiella oxytoca’ por el que han muerto 13 niños: ¿qué lo causó y dónde ha sido?
Una semana después de la primera identificación, la Secretaría de Salud sigue sin informar de cuáles son los cuatro hospitales donde ha hecho mella la bacteria
El 28 de noviembre, la Dirección de Información Epidemiológica dio el aviso de que en tres hospitales infantiles del Estado de México se estaban registrando niños con infecciones del torrente sanguíneo. Al día siguiente ya había identificado 19 casos de esos tres centros públicos y en una clínica privada, según reportó la Red Hospitalaria de Vigilancia Epidemiológica. Todos los menores tenían algo en común: estaban sometidos a la llamada Nutrición Parenteral Total, una alimentación intravenosa para cuando los pacientes no pueden ingerir alimentos. La mayoría eran bebés recién nacidos. Estaban presentando fiebre o hipotermia, taquicardia, manchas y afectaciones en la piel, tenían bajas las plaquetas. Los estudios revelaron que 15 de ellos tenían una infección por la bacteria Klebsiella oxytoca, cuatro era probable —pero todavía no se confirmaba— y otro estaba infectado por Enterobacter cloaca. Una semana después llegó el aviso público: 13 de los niños habían fallecido y los otros siete seguían hospitalizados, bajo vigilancia. Por el camino, una alerta epidemiológica y muchas preguntas sin respuesta.
En cuatro hospitales del Estado de México hay salas y pacientes aislados por un brote de Klebsiella, pero no sé sabe en cuáles. La dependencia federal, a preguntas de este periódico, ha señalado que el secretario de Salud, David Kershenobich, dará un informe de la situación el próximo martes. Hasta entonces, silencio. El IMSS Bienestar sí reveló que uno de los centros afectados pertenece a su red; es el Hospital Materno Perinatal Mónica Pretelini Sáenz, de Toluca, donde tienen registro de cuatro niños confirmados con la bacteria. Uno de ellos ha fallecido. La letalidad es del 25% y la tasa de ataque del 11,4%, indican. “La población expuesta se mantiene en 35 pacientes, tres casos permanecen hospitalizados y se reportan como estables con una evolución clínica favorable. En espera de hemocultivos de control”, se lee en la tarjeta informativa del jueves, en la que se confirma que hasta ese corte no se habían identificado nuevos casos.
El Mónica Pretelini no es el centro que registra más infecciones. Según la información compartida —sin nombres— de la Secretaría de Salud, hay una unidad médica con siete casos confirmados, tres probables y uno descartado, no se sabe cuántos fallecidos. Los otros dos centros contabilizan, por un lado, cuatro casos (tres confirmados y uno probable), y por otro, un solo niño contagiado. “Es muy triste que haya ocurrido esto”, ha dicho este viernes la presidenta Claudia Sheinbaum, “el objetivo primero es atender a las familias”. En distintos reportes locales, familias a las puertas de hospitales públicos infantiles en el Estado de México han reclamado la ausencia de más información.
El origen de un brote letal
La principal pista del Gobierno sobre el brote apunta al alimento intravenoso creado por la empresa Productos Hospitalarios S.A. de C.V. “Safe” Centro de Mezclas. Su sede está en el Parque Industrial San Antonio Buenavista, en Toluca, la capital del Estado de México. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) anunció el miércoles que se había inmovilizado el producto elaborado a partir del 21 de noviembre, también se había suspendido su uso y administración.
Este viernes, Sheinbaum ha insistido en que se ha suspendido el contrato con la compañía. Mientras continúan los cultivos para saber si son los componentes de la Nutrición Parenteral Total los que están contaminados con la bacteria. “En una de las unidades médicas se identificó que el cultivo de una solución intravenosa de nutrición parenteral desarrolló Klebsiella oxytoca”, confirmaba la Secretaría de Salud esta semana. Esta mezcla, que contiene proteínas, lípidos y carbohidratos, se inyecta por un catéter que va directo al corazón. Y ahí está la segunda posibilidad.
Las bacterias hospitalarias son muy hábiles para pegarse fuera de su entorno. Hay algunas, explica la infectóloga pediatra Angélica Pedraza, que pueden incluso adherirse al jabón. La Klebsiella oxytoca habita normalmente dentro de los cuerpos, especialmente en el colón e intestino grueso, donde es beneficiosa porque forma parte de la microbiota. El riesgo es cuando sale y logra entrar en la sangre. Para eso, esta bacteria puede pegarse a superficies, a instrumentos como catéteres o a medicamentos. Cuando pasan a la sangre, estas bacterias provocan graves infecciones, como bacteremia o sepsis.
Estos microorganismos son viejos conocidos de los entornos hospitalarios. Se aprovechan de los sistemas inmunes debilitados y de otras patologías. La Secretaría de Salud ha identificado que los 13 niños fallecidos presentaban “otras comorbilidades”, sin especificar cuáles. Además, el apellido de la Klebsiella oxytoca multidrogo resistente indica uno de los grandes problemas médicos de este tiempo: la resistencia a los antibióticos, que amenaza con matar a 208 millones de personas en los próximos 25 años, según proyecciones científicas.
La médica Ángelica Pedraza cuenta a EL PAÍS que en el hospital de Hidalgo en el que trabaja se han detectado desde marzo al menos 30 casos de niños con infección por Klebsiella oxytoca. Tres de ellos han fallecido. En sus casos, los cultivos que se hicieron a la nutrición parenteral salieron negativos a la bacteria y todavía no se ha dado con el origen del foco. De momento, que el hospital cuente con su propio laboratorio ha sido clave para acelerar diagnósticos y tratamientos. “Nosotros atendemos a muchos recién nacidos prematuros. Cuando de repente empiezan con fiebre y dificultad para respirar de la nada, cosas que no tenían antes, les hacemos estudios de laboratorio y cultivos. Si esos resultados nos sugieren infección de esta bacteria, los tratamos ya con antibióticos específicos”, señala la infectóloga, que recoge en su experiencia que aunque “se ponen graves y sí es un susto, la gran mayoría se salva: lo importante es detectarlo a tiempo”.