La zona arqueológica de Oxtankah, en Quintana Roo, reabre al público
Este sitio es testigo de una antigua urbe maya que controló el territorio de la actual bahía de Chetumal
La zona arqueológica de Oxtankah, ubicada en Quintana Roo, reabre tras las obras de rehabilitación realizadas por el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza). Este sitio, testigo de una antigua urbe maya que controló el territorio de la actual bahía de Chetumal, y donde se cree que un náufrago español se unió a los mayas para combatir a los conquistadores, ofrecerá a los visitantes espacios de servicios renovados y senderos actualizados.
El nombre original de la ciudad está perdido, pero Oxtankah, cuyo nombre significa “En medio de tres pueblos”, fue una de las ciudades más importantes de la península de Yucatán. Entre los siglos I y V después de Cristo, destacó por su vocación portuaria y control del territorio en la bahía de Chetumal. Sus habitantes fueron hábiles navegantes que recorrieron en canoa los canales de la región y se adentraron en el mar Caribe para comerciar. Además, construyeron numerosas estructuras y pozos para abastecerse de agua dulce.
Durante el Clásico Temprano (250-600 d.C.) la ciudad alcanzó su apogeo. Los edificios experimentaron varias modificaciones, aumentaron sus proporciones y añadieron graderías en las fachadas. Se incluyeron símbolos y signos en las estructuras, así como murales de estuco modelados y pintados a detalle, lo que ayudó a fortalecer y transmitir su ideología. Este periodo representó el máximo crecimiento demográfico de Oxtankah.
Según la tradición oral, Oxtankah fue el hogar del náufrago español Gonzalo Guerrero a inicios del siglo XVI. Guerrero, capturado por los mayas tras encallar cerca de las costas de Yucatán en 1511, se integró por completo a las comunidades indígenas y formó una familia. Se convirtió en líder militar y colaboró en la resistencia contra los conquistadores españoles, donde falleció en defensa de su pueblo adoptivo.
La rehabilitación de Oxtankah
En el sitio se llevaron a cabo trabajos de consolidación de monumentos y reintegración arquitectónica de los conjuntos de plazas que conforman la antigua ciudad. Uno de estos grupos, denominado Plaza Abejas, reveló la presencia de unidades habitacionales que permitirán obtener nuevos datos sobre las formas de vida de los antiguos habitantes. En esta plaza se encuentra el único mascarón de estuco modelado que se preserva en la ciudad. Se trata de una imagen que data del Clásico Temprano y muestra a un jaguar estilizado, posible representación del Witz, el cerro de los mantenimientos, en la concepción maya.
También se brindó atención a la capilla colonial del siglo XVI, edificada por conquistadores españoles dentro del asentamiento maya, la cual recibió trabajos de restauración y mantenimiento mayor. Los especialistas del Promeza recuperaron materiales cerámicos, líticos, malacológicos y óseos, cuyo estudio aportará datos para una mejor comprensión del sitio y su región circundante.
La reapertura de Oxtankah forma parte de los esfuerzos por enriquecer la experiencia de visita del turismo nacional y extranjero ante la apertura del Tren Maya, una de las megaobras de la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador, así como por ampliar el conocimiento sobre los sitios y la cultura maya. El Promeza también beneficia a otras zonas arqueológicas en Quintana Roo, como El Meco, Chacchoben, Ichkabal, Kohunlich, Dzibanché-Kinichná, Xel-Há, Muyil, Chakanbakán y Cobá, así como el corredor ecoarqueológico Paamul II.
La Zona Arqueológica de Oxtankah está abierta al público de lunes a domingo, entre las 9.00 y las 15.00 horas, con un costo de 75 pesos. Los domingos, la entrada es libre para el público mexicano.