Crisis en la policía de Culiacán: al menos 99 agentes renuncian a someterse a los controles de confianza

La ciudad sufre desde hace dos meses la batalla entre dos facciones del Cartel de Sinaloa, que ha dejado ya centenares de muertos y desaparecidos. El Ejército tiene en el punto de mira a la corporación desde septiembre

Un policía municipal durante un operativo de seguridad en Culiacán, Sinaloa, en octubre pasado.José Betanzos Zárate (CUARTOSCURO)

La crisis acecha a la policía municipal de Culiacán. Este fin de semana, el secretario de Seguridad Ciudadana del Estado, Gerardo Mérida, reconoció que, hasta el 14 de noviembre, “alrededor de 99 policías” de la capital habían dejado la corporación, al negarse a pasar los controles de confianza, a que se someterán sus compañeros entre noviembre y diciembre, en Ciudad de México. Mérida ha dicho que los agentes dejan la policía municipal “por voluntad propia”. El funcionario ha insistido en este punto: “Una cosa es muy segura, es por voluntad propia, nadie ha sido presionado”.

Llama la atención una renuncia de estas características, masiva, que ocurre en medio de la sangrienta guerra que sostienen desde septiembre dos facciones del Cartel de Sinaloa, la que apoya a los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, conocida popularmente como Los Chapitos, y la que respalda a su viejo socio, Ismael El Mayo Zambada. La detención de este último en Estados Unidos a finales de julio, captura orquestada presuntamente por uno de los hijos de El Chapo, Joaquín Guzmán, desencadenó la batalla, que ha tomado Culiacán como escenario principal, y que deja ya cientos de muertos y desaparecidos.

En este tiempo, las autoridades federales han puesto en el punto de mira a las fuerzas de seguridad locales, particularmente a la policía de Culiacán y a la Fiscalía del Estado. A finales de septiembre, elementos del Ejército tomaron las instalaciones de Secretaría de Seguridad Pública de la ciudad, para iniciar un proceso de revisión del armamento de los agentes y de sus licencias de uso de armas. La prensa local informó entonces de que, si bien este tipo de situaciones habían ocurrido antes, el Ejército había avisado, no como en septiembre, en que los militares llegaron por sorpresa.

Policía municipales acuden a la zona de un enfrentamiento, en Culiacán, el 9 de septiembre de 2024. José Betanzos Zárate

Durante un mes, militares y guardias nacionales se encargaron de facto de la seguridad en el municipio. Los policías estaban desarmados, mientras el Ejército analizaba pistolas y fusiles. No fue hasta finales de octubre, cuando los agentes volvieron a patrullar las calles, mientras el Gobierno federal preparaba un proceso masivo de exámenes de confianza. Mérida decía el fin de semana que la Guardia Nacional y el Ejército tienen previsto llevar a cabo los controles entre finales de noviembre y principios de diciembre. 1.050 agentes, la práctica totalidad del personal operativo de la corporación, deberían someterse a ellos.

La desconfianza apunta también a la Fiscalía, situación que nace de la detención de El Mayo, en julio. En custodia de las autoridades de EE UU, el viejo capo publicó una carta en que daba su versión de la detención, un engaño, denunció, del hijo de El Chapo, que el día de los hechos le convocó a una reunión en Culiacán. A esa reunión, a la que supuestamente estaban llamados también políticos locales, incluso el mismo gobernador, Rubén Rocha, de Morena, Zambada acudió escoltado, dijo, por dos agentes de la Fiscalía. A día de hoy, los agentes están desaparecidos.

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