Jorge Romero, aspirante a la presidencia del PAN: “Quieren vender esta elección como resuelta y controlada, pero será una contienda real”

El exdiputado confía en dialogar con el Gobierno de Sheinbaum, plantea una reforma a los estatutos partidistas y propone construir una “oposición responsable” como alternativa al oficialismo

Jorge Romero diputado del PAN durante una conferencia en la Cámara de Diputados, en febrero 2024.Mario Jasso/Cuartoscuro

Un hombre y una mujer se enfrentan por la presidencia del Partido Acción Nacional (PAN) en las elecciones internas de noviembre. El exdiputado Jorge Romero y la exsenadora ...

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Un hombre y una mujer se enfrentan por la presidencia del Partido Acción Nacional (PAN) en las elecciones internas de noviembre. El exdiputado Jorge Romero y la exsenadora Adriana Dávila se disputan la dirigencia de la fuerza opositora más votada en México que, a su vez, vive horas críticas tras el naufragio en las elecciones de este año y el peor resultado obtenido en décadas. EL PAÍS entrevistó a ambos aspirantes para contrastar sus visiones y propuestas sobre lo que viene para la oposición, a las puertas del Gobierno de Claudia Sheinbaum y en el equilibrio de fuerzas más desigual de la era democrática. Romero rechaza el papel de favorito y asegura que, en caso de ganar, invitará a Dávila a integrarse en su equipo. Afirma que su prioridad será convocar una Asamblea Nacional para definir el nuevo rumbo de la formación de centroderecha, abrirla a la ciudadanía y cambiar los estatutos para que ningún dirigente dé el salto a una candidatura, como hizo Marko Cortés. “Quieren vender esta elección como resuelta y controlada, pero será una contienda real”, afirma. “Tenemos que ser una alternativa para el país y no solo la contra para todo”.

Pregunta. ¿Por qué quiere ser presidente de Acción Nacional?

Respuesta. Porque hoy más que nunca México necesita un PAN unido, fuerte, que entienda los nuevos tiempos en los que estamos y que escoja sus batallas. Por un lado, no es verdad que en este país todo el mundo está contento con este Gobierno y los números así lo señalan. Por el otro, necesitamos un PAN que entienda que ya no puede estar combatiéndolo todo, que también reconozca que ha habido decisiones de este Gobierno que sí avaló la gente. Te pongo solo un ejemplo. Si quieren destruir al INAI o a cualquier otro organismo constitucionalmente autónomo que, a nuestro juicio, son contrapesos republicanos, el PAN va a meter el cuerpo, siempre. Sin groserías, sin gritos, pero siempre. Y si el nuevo Gobierno quiere volver a rifar un avión, será un tema irrelevante para nosotros. Eso es ser una oposición responsable.

P. ¿Cómo calificaría la gestión de Marko Cortés?

R. Como una gestión humana, que tuvo sus aciertos y sus errores, y como una gestión que está a punto de concluir. Muchos están conscientes y deseosos de que comience una nueva etapa para Acción Nacional, donde lo que funcionó se mantenga y lo que no, se retire, así de simple.

P. ¿Qué salió mal en las elecciones de 2024?

R. Las elecciones fueron un culmen. Una de las cosas que provocaron ese culmen fue haberlo combatido todo. Es una idea que quiero enfatizar mucho. Tenemos que tener la capacidad de distinguir lo que la gente sí aprueba y con eso no meternos, aceptarlo y reconocerlo por el bien de México. Y también saber cuándo dar la batalla. Quizá también nos falló que un modelo excepcional para escoger candidaturas [la designación] se volvió la generalidad, cuando se diseñó para hacer la excepción. El PAN debe regresar a métodos internos y democráticos o incluso abiertos, pero democráticos, y permitir que la ciudadanía decida también quiénes habrán de ser quienes nos encabecen. Quizá en eso nosotros tenemos un área de oportunidad muy grande.

P. ¿Cuáles serán sus prioridades, en caso de ganar?

R. Si Dios quiere que ganemos en noviembre, lo primero sería convocar a una Asamblea Nacional para proyectar nuestros principios de doctrina y actualizarlos al día de hoy. Y segundo, reformar nuestros estatutos. Para abrir el partido, para que la afiliación ya no sea un trámite tortuoso, sino algo que en automático pueda darse para cualquiera que aspire a ingresar al PAN, para abrir nuestros modelos de decisión a la ciudadanía y que en nuestros estatutos conste que todos los ciudadanos pueden participar en las decisiones de Acción Nacional.

P. ¿Cómo piensa recuperar la confianza de la ciudadanía?

R. Enfocándonos en ser una oposición que no solo diga no y construyendo una agenda que le interese a la gente: que hable de su metro cuadrado, su salud y la de sus seres queridos, su seguridad, su calle, su economía familiar, sus bolsillos. Ser, en suma, otra alternativa de país, no solo la contra para todo. También es importante hacer público todo lo que han hecho nuestros gobiernos, porque han hecho muchas cosas y son de los mejores gobiernos que hay en este país. Necesitamos también tener una comunicación más ágil, más inteligente, más joven. Por último, regresar al partido a las calles al 100.000 por ciento. Tenemos que salir de las oficinas, de los comités, y regresar a tocar puertas en las calles, en las colonias a las que nunca nos hemos metido.

P. ¿Mantendría la alianza electoral y legislativa con el PRI?

R. Tenemos que hacer esa distinción. En el aspecto parlamentario, en las Cámaras, claro que tenemos que seguir manteniendo un bloque, dados los números que artificialmente se generó el oficialismo. No estamos para dividirnos los que somos minoría, obviamente. Pero en lo programático e incluso lo electoral, sí siento que hay un reclamo, un llamado de muchísima militancia del PAN, a que hagamos una pausa. Y hay muchas voces que quieren que apostemos por nosotros mismos. Por eso hablaba de esta proyección de principios, explorar cuáles son las causas que hoy defiende el PAN y las que siempre hemos defendido y debemos volver a defender. Quizás sea momento para explorar una participación nuestra, exclusivamente nuestra. Pero también te diría que por más convicción que yo tenga con respecto a seguir o no en alianza, esa es una decisión que tenemos que tomar las y los panistas, no solamente quien llegue a dirigir el PAN. Acción Nacional somos muchas voces y para tomar esa decisión debemos escuchar a todas.

P. ¿Fue un fracaso el frente opositor?

R. No, yo nunca lo voy a considerar un fracaso. No sé si deba de durar 100 años, eso me queda absolutamente claro. Gracias a ese frente, pudimos frenar la destrucción de un INE que no era cómodo para el sistema, evitar la cancelación de las energías limpias en este país y evitar, en su momento, la militarización de la Guardia Nacional. No considero que haya sido un error. Ahora tenemos que ver para adelante y escribir una nueva historia.

P. ¿También cerraría la puerta a buscar a Movimiento Ciudadano?

R. No, para nada. Al contrario, no vamos a cerrar la puerta, vamos a dejarla completamente abierta. No solo con Movimiento Ciudadano, también hay un Frente Cívico y existe la posibilidad de que se creen otros partidos con quienes tengamos coincidencias. Hay muchos que no creemos lo que nos quieren vender, que este país va en un camino maravilloso. Todos tenemos que sumarnos y hacer una alianza real para que nuestras voces se escuchen más.

P. ¿Le preocupa que surjan nuevos partidos que puedan robar votos al PAN desde la derecha o la extrema derecha?

R. No. Somos un partido de centroderecha y no creemos en los extremos radicales ni que eso abone a la unidad nacional. Los que pensamos diferente a este régimen no debemos de preocuparnos por lo que pueda pasar entre nosotros. Lo que tenemos que hacer es unir nuestras voluntades y nuestra fuerza para hacer una voz más grande. Está bien que nos repartamos una pluralidad, pero todos girando en la coincidencia de que este país puede ir mejor.

P. ¿Qué hacer frente a la nueva hegemonía de Morena?

R. Plantarnos con decisión, con valentía, con resolución. Lo hemos dicho. Nosotros tenemos la esperanza de que el nuevo Gobierno tenga una política distinta. En la oposición llevamos seis años pidiendo que haya diálogo. ¿Qué esperaban de la oposición si ni siquiera se puede construir un diálogo? Ya no te digo que nos hagan caso en todo, pero que nos escuchen.

Nosotros tenemos la esperanza de que el próximo gobierno va a instaurar una mesa de diálogo y claro que va a contar con el PAN para dialogar, para eso nos pagan. Si es para dialogar, el PAN siempre va a dialogar. También lo decimos con toda claridad, si va a ser un segundo piso de invisibilizarnos, de apodarnos, de decir que no nos ven ni nos oyen ni nos hablan, el PAN va a tener que levantar la voz, con mucha resolución, como una nueva alternativa en este país. Ahora sí que son ellos quienes traen la mano.

P. ¿Cómo evitar fugas como la de Miguel Ángel Yunes?

R. Entendiendo bien la inmensa responsabilidad que significa escoger nuestras candidaturas. Es una política de prevenir. Estoy absolutamente convencido de que por eso tenemos que regresar a nuestra democracia interna. Tenemos que hacer de los métodos excepcionales, como lo es una designación, precisamente eso, una excepción. Y tenemos que regresar a la regla, que es escoger mediante nuestra militancia o incluso en elecciones primarias abiertas a nuestra ciudadanía. Mientras más personas decidamos las candidaturas, menos nos vamos a equivocar.

Al final, decirte también que los seres humanos somos libres. Lo que pasó con estas personas [los Yunes] no fue una decisión del PAN, fue una decisión individual de ellos. No fue una falta al partido, sino a miles de personas que votaron por ellos explícitamente en el entendido de que fueran un contrapeso. Hay que regresar a nuestra democracia interna.

P. ¿Se incluiría en las listas del PAN como candidato plurinominal?

R. No. De hecho, otra de las propuestas a impulsar en esa reforma es, precisamente, impedirlo y que así conste en nuestros estatutos. Si tienes la aspiración de presidir el partido, te debes de concentrar en presidir al partido. No es solo un ofrecimiento de no hacerlo, sino de prohibirlo en nuestros estatutos.

P. Muchos lo ven como el favorito en esta contienda, ¿usted se asume así?

R. No, de verdad que no. Estoy convencido de que esta va a ser una contienda real, sino pregúntenle a Adriana Dávila, una gran compañera y panista. Estamos dando una contienda que, por mi parte, siempre será fraternal y respetuosa. Yo me reservo mi capacidad de debatir y confrontar con los de enfrente, si es que ese es el camino que ellos deciden tomar. Nunca voy a polemizar o pugnar, ni como candidato ni, si Dios quiere, como presidente, con otro panista. Si bien quieren venderla como resuelta y controlada, pues no. La gente va a decidir, 300.000 panistas en libertad, quién es el hombre o la mujer que debe de presidir el partido en estos momentos tan difíciles.

P. ¿Qué diferencias hay entre su candidatura y la de Adriana Dávila?

R. Lejos de buscar lo que nos diferencia, quiero ver qué es lo que nos une. Yo creo que nos unen las ganas de renovar el partido, de generar esta reapertura, de que todo aquel que quiera afiliarse lo haga, de tener unidad y de defender a muchas personas en México que no compran, insisto, el cuento de que todo va perfecto. Prefiero enfocarme en nuestras coincidencias y aprovecho para, de verdad, hablar bien de Adriana. Es una gran panista, una gran hermana y si yo ganara, sería la primera persona a la que invitaría, aun con su voz crítica. El PAN la necesita. Nos necesitamos más juntos que nunca.

P. ¿Cuál sería una meta realista para las intermedias de 2027 y las presidenciales de 2030?

R. En 2027 tenemos, uno, que conservar a como dé lugar lo que tenemos. Segundo, tenemos que recuperar lo que perdimos en 2024. Lo considero más que realista. Y también creo que podemos ganar nuevos espacios que nunca hemos ganado, si no perdemos el tiempo, si nos enfocamos desde el día uno a la elección de 2027: anticipando nuestras candidaturas, pidiéndole a todos los perfiles que quieran levantar la mano que lo hagan desde ya, y enfocando nuestro trabajo en la calle y en nuestra comunicación.

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