Adriana Dávila, aspirante a la presidencia del PAN: “Marko Cortés es el dirigente que más daño ha hecho a Acción Nacional”

La exsenadora plantea que hay una crisis de identidad en el partido, propone una vuelta a las raíces y afirma que no continuará la alianza con el PRI ni usará el puesto como trampolín para una candidatura

La diputada del Partido Acción Nacional, Adriana Dávila.Prensa AD

El Partido Acción Nacional (PAN) se enfrenta a un momento crítico. Aún debilitado tras el naufragio en las elecciones de junio pasado, la principal fuerza opositora en México anunció que elegirá una nueva dirigencia en una votación abierta a la militancia en noviembre. Sólo dos candidatos pasaron a la etapa final: ...

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El Partido Acción Nacional (PAN) se enfrenta a un momento crítico. Aún debilitado tras el naufragio en las elecciones de junio pasado, la principal fuerza opositora en México anunció que elegirá una nueva dirigencia en una votación abierta a la militancia en noviembre. Sólo dos candidatos pasaron a la etapa final: Jorge Romero, coordinador de la bancada panista en la Cámara baja hasta hace unas semanas, y Adriana Dávila (Apizaco, 53 años), exsenadora y excandidata a la gubernatura de Tlaxcala. EL PAÍS entrevistó a ambos para poner frente a frente sus visiones y propuestas sobre lo que viene para la oposición, a las puertas del Gobierno de Claudia Sheinbaum y una distribución de fuerzas con tintes de nueva hegemonía del bloque gobernante. Autodefinida como una aspirante contra el status quo, Dávila plantea una reconstrucción y un regreso a las raíces para superar la crisis interna; el fin de la alianza electoral con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y ser una presidenta de tiempo completo, que ponga fin a “las cuotas y a los cuates” del actual líder partidista, Marko Cortés. “Hay que dejar de ver a Morena como un monstruo invencible”, afirma.

Pregunta. ¿Por qué quiere ser dirigente del PAN?

Respuesta. Porque este país necesita una oposición que canalice las demandas de todos los mexicanos que no se sienten representados en el gobierno. Hay 40 millones de mexicanos que no salieron a votar. Hay un país polarizado y un Gobierno que quiere que México se vea solo en blanco y negro, cuando la mayor riqueza de este país se llama pluralidad. Es fundamental que quienes no pensamos igual que este régimen seamos capaces de canalizar nuestras demandas en un equilibrio necesario y fundamental para la República.

P. ¿Cómo calificaría la gestión de Marko Cortés?

R. Ya la calificaron los mexicanos. Marko es uno de los dirigentes más repudiados que ha tenido Acción Nacional, el dirigente que más daño ha hecho a Acción Nacional. Ha dado balazos gravísimos de desprestigio al partido. El resultado electoral nos lo dice y la opinión pública nos lo dice. Más allá de una calificación personal, al final del día está la calificación que le han dado los mexicanos y es una tristeza.

P. ¿Qué falló en 2024?

R. Salieron muchas cosas mal, pero dentro de lo que salió todavía peor está la pérdida de identidad como partido político y una enorme decepción y frustración de una gran parte de la población, que no se siente tomada en cuenta y que vive momentos sumamente complicados, como los que estamos viendo en materia de inseguridad y de salud. Nuestro desdibujamiento no elimina lo malo que es este Gobierno, son cosas que se dieron en paralelo y que no hay que olvidar. Lo cierto es que en 2024 se hizo toda una distribución de cuotas y de cuates. Lo vimos con mucha tristeza, indignación y hasta vergüenza en esta discusión que hubo en la tribuna entre Miguel Ángel Yunes y Marko Cortés.

P. ¿Cómo dar la vuelta al Estado en que se encuentra el partido?

R. La única forma de reconstruir Acción Nacional es entendiendo que hay que ir al municipio. La única forma en la que podemos cambiar esta realidad es que se pueda saber con quién contamos. Urge una reorganización interna, que debe partir de la célula básica que es el municipio. Debemos volver a encontrarnos con los mexicanos y con los ciudadanos antes de empezar a discutir con el Gobierno. Hay que vencer la tentación de responder todo el tiempo al Gobierno y empezar a reorganizarnos. Hay muchas cosas que hacer, pero no desde el centro de México. La visión que se pretende imponer dentro del PAN es la de una llamada unidad cimentada en el acuerdo entre unos cuantos y no por la democracia. El fondo de la discusión es si queremos ser el espejo de Morena o si realmente queremos ser una cara distinta de Acción Nacional.

Marko Cortés, presidente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), durante un encuentro de mujeres del partido, en septiembre de 2023, en Ciudad de México.Galo Cañas Rodríguez (Cuartoscuro)

P. ¿Mantendría la alianza con el PRI, en caso de ganar?

R. No. Como militante del PAN, siempre me he opuesto a las coaliciones. Estoy consciente de que esta es una etapa de sembrar otra vez. Para poder ganar necesitamos reconstruirnos, corregir los errores que cometimos en este siglo, la historia de Acción Nacional, no la que López Obrador y Morena cuentan de nosotros. Necesitamos tener claro que la primera forma de combatir al régimen es a través de una reconciliación interna que solo te da la democracia y no el llamado a la unidad de unos cuantos.

P. ¿Tampoco buscaría a Movimiento Ciudadano?

R. No, no creo en que tengamos que ir en el miedo permanente de que sólo juntos podemos ganarle a Morena. El centro de nuestra formación no debe ser Morena. Nuestra tarea y nuestra causa debe ser México y los mexicanos que confían en nosotros, así como la conquista nuevamente del territorio.

P. ¿Cómo va a plantarse frente a la hegemonía política de Morena?

R. Nuestro partido ha vivido antes tiempos complicados, enfrentó al régimen con mucha decencia pública. Por eso, insisto en que el pilar de esta reconstrucción es la recuperación de la confianza democrática del país y la democracia interna. Estoy convencida de que no solo somos distintos en términos ideológicos y doctrinarios, también en nuestra forma de plantear un Gobierno que respete la pluralidad. Es una tarea complicada, pero no imposible. Hay que dejar de ver a Morena como ese monstruo invencible, que se apoderó de los órganos y que le permitimos con nuestras inacciones y omisiones que esto sucediera. Hay que corregir.

P. ¿La lucha contra Morena es similar a la que enfrentó al PAN contra el viejo PRI?

R. Lo más disruptivo que puede hacer Acción Nacional es regresar al origen, es lo que te permite combatir lo que hoy tenemos. Evidentemente, no podemos combatir con el PAN de 1939 a Morena, que es el PRI de los setentas. Pero nosotros ya gobernamos y hay varios elementos de peso que nos permitirían comparar las cosas que hicimos bien y no defendimos. Uno de los errores más grandes que se cometieron en la Administración de Marko Cortés fue negar a sus gobiernos, que le ganaran los temas internos, sus peleas y complejos para no reconocer lo que fueron los Gobiernos de Vicente Fox y de Felipe Calderón, más allá de que tenga coincidencias con ellos o no. Pudimos haber defendido con mucha más fuerza nuestras políticas públicas, como el seguro popular, la inversión en Estados y municipios para que hubiera mejor infraestructura, las políticas a favor de las mujeres. Pero no lo hicimos correctamente.

P. ¿Cómo evitar nuevas fugas y fisuras, como la de Yunes?

R. El partido debe estar cuidadoso de todo lo que está sucediendo. Me preocupa muchísimo que no veamos algunos signos de lo que está pasando. ¿A qué me refiero? Si tú revisas las redes sociales del senador [panista] Enrique Vargas, lo ves felicitando a Delfina Gómez [gobernadora morenista en el Estado de México] por su primer año de gobierno. Nunca lo viste pronunciándose por las inundaciones en Chalco ni sobre la falta de mantenimiento en los caminos del Estado, ni exigiendo resultados de política pública, pero sí haciendo guiños al oficialismo. Ahí te das cuenta de que hay muchos Yunes en potencia. Son temas que tendríamos que estar cuidando.

P. ¿Se incluiría en las listas del PAN como candidata plurinominal?

R. No. He sido muy clara. Como diría Maquío, no estoy buscando chamba. Soy una mujer que tiene una hija de 21 años, que es agradecida con un partido que le ha permitido desarrollarse políticamente y que está convencida de que abrir camino para las mujeres en nuestro partido, que nunca ha tenido una presidenta, es un reto fundamental. Podemos hacer las cosas de otra manera y una de mis propuestas es tener dirigencias de tiempo completo. Mi compañero [Jorge Romero] dirá que estoy ofreciendo lo mismo, pero si tú ves la planilla que presentamos cada uno, te darás cuenta de que en nuestro caso sí estamos ofreciendo una dirigencia de tiempo completo. En la suya tienes a dos alcaldes, una alcaldesa (la esposa de Enrique Vargas) y un alcalde en Querétaro. Ahí te das cuenta claramente de que no va a ser un Comité Ejecutivo Nacional dedicado a la reconstrucción del partido, o hacen gobierno o hacen partido. Me parece que es ilógico. El asunto es solo una distribución de cuotas, otra vez, y el modelo que se pretende repetir.

P. ¿Cuál sería una meta realista para las intermedias de 2027 y las presidenciales de 2030?

R. Para empezar tenemos elecciones en Veracruz el siguiente año. Ahí necesitamos tener mucho cuidado de cómo nos vamos a reconstruir, porque evidentemente tenemos a los Yunes participando y diciendo que no se van a salir del PAN, pero ya participan en las sesiones de Morena. El Gobierno está dinamitando al PAN desde dentro. En un debate, yo le cuestioné a Jorge que tuviéramos a caciques como Yunes y Vargas. Su argumento fue que defendía a Yunes porque es una “persecución política”. Lo mismo con Vargas. ¿Qué va a pasar, entonces? Lo mismo que estamos viendo. No puede haber defensas personales todo el tiempo.

P. ¿Pero cuál sería su pronóstico para 2027?

R. La intención es ganar el mayor número de distritos, pero para ganar necesitamos tener claridad de qué vamos a hacer en los Estados. Estamos desaparecidos prácticamente en la mitad del país.

P. Usted es vista como una candidata contra el establishment panista, ¿confía en una contienda justa?

R. Aprendí en el PAN a no simular nunca. Creo en un PAN democrático, que tiene claro cuál es el panorama. No soy ingenua, por supuesto que el piso no está parejo, pero tampoco está parejo en México con este Gobierno. Todo mundo quiere participar siempre y cuando les aseguren que van a ganar, en un país donde la mayor parte del tiempo quienes pierden son los mexicanos. Sería egoísta de mi parte querer entrar siempre en las contiendas en las que te vaya bien. Estoy consciente de estos retos: cuando más hacen falta los demócratas es cuando no hay democracia, cuando más hace falta que dé un paso adelante, es cuando hay mucha cobardía de por medio.

Tenía dos caminos, seguir quejándome o hacer lo que como mexicana tengo obligación, hacer todo lo posible y hasta donde me alcance. Esta contienda no se trata de Jorge Romero ni de Adriana Dávila, tampoco se trata del PAN, sino de una oposición que pueda canalizar todo lo que está sucediendo. No estoy esperando nada, porque justo lo que nos tiene arrinconados como partido es que somos el espejo de lo que tanto criticamos. El buen juez por su casa empieza, y eso es lo que me toca hacer.

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