Sheinbaum nombra al gobernador de Puebla, Sergio Salomón, como titular del Instituto de Migración

Claudia Sheinbaum ha anunciado este martes uno de los últimos cargos de su Gobierno. La presidenta ha elegido al gobernador de Puebla, Sergio Salomón, como titular del Instituto Nacional de Migración (INM). Con esta decisión, la mandataria opta por un cuadro fiel a su partido, Morena, para la denostada dependencia que actualmente dirige Francisco Garduño, quien está procesado por ejercicio indebido de la función pública por el incendio del centro migratorio de Ciudad Juárez, en el que murieron 40 hombres asfixiados.

Sheinbaum ha informado en su conferencia matutina que Salomón se incorporará al cargo en diciembre, cuando deje el bastón de mando de Puebla a Alejandro Armenta, quien ganó las elecciones del 2 de junio en el Estado. El gobernador fue una pieza clave para apuntalar la victoria de Morena en los comicios estatales, donde el partido guinda ganó con casi el 60% de los votos frente a Eduardo Rivera, quien había sido alcalde de Puebla.

Militante del PRI durante más de tres décadas y antiguo miembro de Movimiento Ciudadano, Salomón era coordinador de los diputados de Morena en Puebla y líder del Congreso local antes de dar el salto a la gubernatura, donde llegó como sustituto de Miguel Barbosa, después de que este falleciera en diciembre de 2022. Su salto fue muy criticado incluso dentro del partido. Gerardo Fernández Noroña, actual presidente del Senado, escribió: “Pues parece que Sergio Salomón es buitre de los buenos y aún no se le da sepultura a mi amigo el gobernador Miguel Barbosa y ya está punto de dar albazo para quedarse con la gubernatura de Puebla”. Licenciado en Derecho, no se conoce formación o experiencia previa de Salomón en asuntos migratorios, a pesar de que ahora va a estar al frente de la dependencia nacional.

El Instituto Nacional de Migración se había convertido en un asunto pendiente para la nueva Administración. Militarizado y con un historial de tragedias, el INM que deja Andrés Manuel López Obrador es una de las instituciones peor evaluadas del Gobierno. Es la tercera en número de reclamos de la ciudadanía (más de 5.600 quejas ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos desde 2019) y su titular, Garduño, el único alto cargo que estaba procesado penalmente y seguía en su posición. Todo envuelto en el contexto de la crisis migratoria que atraviesa México. Este marco, la decisión de Claudia Sheinbaum sobre quién debía estar al frente del instituto encargado la gestión a ras de tierra se llenaba de significado.

Tonatiuh Guillén, quien fue el primer comisionado del INM con López Obrador, explicaba a EL PAÍS que el “cargo es muy valioso sí se quiere hacer un ejercicio de innovación, porque tiene que tener quien lo conduzca”: “En cambio si va a ser una inercia de las mismas dinámicas, tanto en Gobernación como el INM, no tiene gran importancia quién esté al frente”. En la misma línea, Yesenia Váldez, abogada de la Fundación para la Justicia y la Democracia, que representa a las familias de las víctimas de Ciudad Juárez, apuntaba que el cambio de titular iba a ser “un mensaje importante por parte de la presidenta”: “Quien entre como comisionado tendría que jugar un papel que influya en la toma de decisiones sobre la política migratoria, que vele por los derechos de los migrantes”.

Sin embargo, la decisión de Sheinbaum apunta a una continuidad de la actual estrategia migratoria, coordinada de forma tácita por la Secretaría de Exteriores, con su modelo de Movilidad Humana, y que en la práctica une a los agentes del INM con el personal de la Guardia Nacional, quienes comparten tareas en el territorio.