Norma Piña: “Si el sistema de justicia no cuenta con cimientos sólidos, no importa las modificaciones, la estructura cederá”

La presidenta de la Suprema Corte insiste en que reformar la justicia implica “reflexionar sobre el papel que desempeña como piedra angular para mantener la paz y la cohesión”

Norma Piña presidenta de la Suprema Corte recibió este domingo el reconocimiento al Alto Tribunal por parte de la International Bar Associatión, en la Ciudad de México.Andrea Murcia Monsivais/Cuartoscuro

La presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña, ha vuelto a criticar este domingo la reforma judicial aprobada en México por el partido de Gobierno, que somete la elección de todos los jueces del país al voto popular. La titular del Consejo de la Judicatura Federal, que se ha vuelto una de las voces más fuertes contra el Ejecutivo de Andrés Manuel López Obrador, recibió un premio de la Asociación Internacional de Abogados (International Bar Association, en inglés) y aprovechó el discurso de agradecimiento para poner el dedo sobre el renglón de uno de los temas más polémicos que estos días atraviesa México. “Si nuestro sistema de justicia no cuenta con cimientos sólidos, no importa cuántas modificaciones se implementen, la estructura eventualmente cederá”, ha dicho Piña, tras admitir que se necesita una reforma al sistema de impartición de justicia, “pero una integral”. El mismo día que México celebraba su Independencia y la presidenta de la Corte lanzaba aquellas palabras, el mandatario promulgó la nueva legislación en el Diario Oficial de la Federación.

“Reformar al Poder Judicial implica, como mínimo, reflexionar sobre el papel que desempeña como piedra angular para mantener la paz y la cohesión, al resolver de manera imparcial e independiente los conflictos que surgen en toda sociedad democrática”. Las palabras de Piña de este domingo se leen con mayor contundencia tras haber visto al Congreso de la Unión y al Senado sacar adelante la semana pasada, en una sesión sumamente caótica, el proyecto sin casi analizarlo, sin someterlo al debate de los bloques. Una jugada que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se puede permitir tras haber arrasado en las urnas el 2 de junio y haber obtenido dos tercios de los diputados y casi dos tercios del total de los senadores. A los que sumaron el voto de un senador opositor y la ausencia de otro. Piña, por su parte, intentó sin éxito frenar la sesión sobre la reforma a través de una consulta a la Corte en la que preguntaba si estaba facultada para hacerlo.

De manera exprés, el presidente logró así sacar adelante una polémica modificación al sistema judicial, que ha sido durante este sexenio uno de los muros de contención más importantes. Piña rechazó desde el primer día la propuesta presidencial, que entierra la carrera judicial, el mecanismo usado hasta ahora para acceder a cargos dentro de la judicatura y los tribunales. “La justicia no es solo una cuestión de leyes y tribunales, es una cuestión de derechos humanos, de equidad, de ética y de dignidad que involucra a todas las autoridades de los distintos niveles de gobierno”, ha agregado en su discurso frente a decenas de abogados de diversos países. La presidenta de la Suprema Corte ha enviado un mensaje puntual a López Obrador y sus seguidores, que han acusado múltiples veces a los ministros y a los grupos que llaman consevadores de aborrecer al país. “Nadie tiene el monopolio del amor por México”.

La cabeza del Poder Judicial mexicano ha defendido el trabajo hecho no solo por la Corte, sino por todos los tribunales que están bajo su cargo. “Ahí están nuestras sentencias sobre la tutela jurisdiccional efectiva, la prisión preventiva, el derecho a una defensa adecuada, la libertad personal y la presunción de inocencia, la libertad religiosa, el libre desarrollo de la personalidad, los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, los derechos de personas integrantes de la comunidad LGBTI”, ha mencionado, con la voz por momentos entre cortada. “Ahí está la historia que hemos escrito, y los derechos ahí están, en la ley suprema que nos rige. Sigamos defendiendo. Por mi parte, trabajaré por ello hasta el último aliento por amor al derecho”, ha agregado ya casi al final.

El expresidente Ernesto Zedillo participó en el mismo evento y mantuvo otro discurso muy crítico con la reforma sancionada. Con perfil más bajo que público por lo general, el economista que gobernó el país entre 1994 y 2000 reprochó a López Obrador que su frustración, “al no contar con una Corte sumisa”, haya evolucionado en “una venganza brutal, la destrucción de la independencia e integridad del Poder Judicial para que esté al servicio de la fuerza política en el poder”. Y agregó: “Los nuevos antipatrias quieren transformar nuestra democracia en otra tiranía. Ahora ya sabemos por qué se postulan como la Cuarta Transformación. En realidad, no hablan de la independencia, la reforma y la revolución. Se refieren a las felonías que transformaron esos episodios extraordinarios y promisorios de nuestra historia en tragedia para la nación”. Otros ministros de la Corte, alejados de la línea del obradorismo, como Alberto Pérez Dayán o Margarita Ríos Farjat, también estuvieron presentes en la convención.

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