Adrián Alcalá, presidente del INAI: “Veo en Sheinbaum una mujer de Estado y dispuesta a dialogar”
El comisionado admite que el organismo debe modernizarse, pero afirma que su eliminación, propuesta por López Obrador, sería un retroceso para la democracia
El inicio de la transición en México ha estado marcado por dos palabras: Plan C. Así llamó Andrés Manuel López Obrador a la estrategia electoral para obtener la mayoría calificada en el Congreso, lograr reformas constitucionales sin tener que negociar con otras fuerzas políticas y dar a Claudia Sheinbaum, la presidenta electa, condiciones de gobernabilidad nunca antes vistas en la era democrática. Las elecciones del pasado 2 de junio confirmaron los peores miedos de la oposición y acercaron a Morena, su partido, a ese escenario. El triunfo apabullante del oficialismo trajo también nerviosismo en los mercados y en algunos sectores que temen que la aplanadora gobernante encienda motores a partir de septiembre próximo, cuando la próxima legislatura toma posesión. La bancada mayoritaria adelantó que irá por la aprobación de una reforma al Poder Judicial, la extinción de varios organismos autónomos y una cirugía mayor al Instituto Nacional Electoral. Las prioridades legislativas fueron el tema central de la primera reunión formal entre Sheinbaum y López Obrador el pasado lunes, entre un presidente saliente que se aferra al bastón de mando y una sucesora que anhela una transición sin sobresaltos.
El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), que se perfila como uno de los principales damnificados de la agenda legislativa de Morena, mandó esta misma semana una carta a Sheinbaum para invitarla a reconsiderar la desaparición del organismo y reconocerlo como un “contrapeso necesario”. Adrián Alcalá Méndez (Mexicali, 48 años), el comisionado presidente del INAI, lo llama el Plan D, de diálogo. A pesar de que la misiva no ha recibido respuesta ni ha habido contactos con la presidenta electa, que ya se ha pronunciado antes a favor de la extinción del instituto, hay confianza en llegar a un entendimiento. “Veo en Sheinbaum una mujer de Estado y dispuesta a dialogar”, afirma Alcalá Méndez, que recibe a EL PAÍS en su despacho y en días críticos para el futuro de su institución.
Pregunta. ¿Qué pide el INAI a la próxima presidenta de México?
Respuesta. Le pide fortalecer a la institución y los derechos de acceso a la información y de protección de datos personales. ¿Cómo? A través de un diálogo. Hay mucha desinformación y muchos mitos que se han generado sobre la labor que realiza el INAI y si somos costosos u onerosos o no. Por eso, es importante este acercamiento, que quienes integramos el pleno del instituto podamos dialogar con ella, su equipo y los legisladores que a partir del 1 de septiembre integrarán el Congreso de la Unión, y que en términos legislativos serán precisamente quienes tomarán la decisión. Sabemos que es una mujer de Estado. Nosotros somos también una institución del Estado mexicano y como tal debemos dialogar. No estamos entrando en conflicto con ningún poder, ni el Legislativo ni el Ejecutivo ni el Judicial. Estamos cumpliendo con nuestro papel y nuestra responsabilidad.
No estoy hablando solo de nosotros. Es importante también que se sumen expertos, ciudadanos, comunidades, periodistas, pero sobre todo quienes han construido este camino a lo largo de 22 años en los que existe la transparencia institucionalizada en México. Es una causa que nos interesa a todos y esperamos que nos pueda recibir en próximas fechas. La presidenta dijo ayer que, de momento, hablar de la prevalencia de los órganos autónomos no era un tema o una prioridad. Eso está bien. Tenemos esperanza de que podamos dialogar en un futuro, en los términos que establezca su agenda.
P. ¿Qué impresión le dejó el primer mensaje de Sheinbaum como presidenta electa?
R. Que es una mujer de Estado, que ya no asume un papel de campaña y que, a pesar del gran margen con el que llega, antepondrá los intereses de las mexicanas y los mexicanos. Veo una mujer preocupada por lo que pasa en el mundo, no sólo en el país; que tutelará los derechos fundamentales de todas y de todos; que tiene una visión diferente, y que pretende modernizar al Estado mexicano a través de las instituciones públicas. Por eso, llamó a un diálogo sobre el Poder Judicial y es lo que esperamos también, que lo traslade a los órganos autónomos. Hoy, me toca defender al INAI y hemos querido ser actores y no espectadores en este proceso.
P. Mucha gente considera que el instituto tiene fecha de caducidad. ¿Qué se juega el INAI en los próximos meses?
R. Veo dos vertientes de lo que se juega el INAI y México. El país se juega que no exista una institución autónoma a nivel nacional que garantice estos derechos, que potencian, dan vida y fortalecen a la democracia. La propuesta que envió el presidente al Congreso el 5 de febrero pasado pretende que el derecho a la protección de datos personales se disemine y no exista una sola unidad [de criterios] para garantizarlo. Eso impacta en la calidad del derecho.
Nos jugamos que inversionistas, migrantes, turistas, víctimas de delitos y ciudadanos no tengan acceso a información sobre el Gobierno mexicano. Nos jugamos la preservación de la memoria histórica, que se dé a conocer el Archivo General de la Nación. Lamentablemente, en México siguen existiendo crímenes y violaciones a derechos humanos que afectan y atentan contra la sociedad en general, [como las matanzas de] San Fernando, la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa o la masacre del 68. Sin el INAI, difícilmente se hubiera podido abrir esa información.
Por otra parte, como comisionados, nos estamos jugando la preservación. No nos estamos jugando el trabajo, nuestros cargos son temporales. Nos jugamos que esta institución se mantenga y que avance hacia un futuro que nos permita ser más eficaces y eficientes.
P. La mayoría de los ciudadanos, sin embargo, no saben qué hace el INAI o por qué es importante. ¿Ha faltado cierta pedagogía, explicar mejor lo que hacen?
R. Haciendo una crítica objetiva, sí. Ha faltado hacer pedagogía, transmitir mejor, explicar mejor en estos 22 años. Lo digo con total responsabilidad y conciencia de lo que estoy diciendo.
Nos hace falta dar a conocer, por ejemplo, que antes una compañía de telefonía podía contratar a un despacho de cobranza para que hablara con tus 10 números más frecuentes, invadir tu privacidad y decirles que eras un moroso. Eso cambió porque una persona vino al INAI y se quejó de ello. Se impuso una infracción a ese despacho. Ya no existen esas prácticas. Somos más de 90 millones de usuarios de telefonía móvil en este país.
Nos hace falta esa penetración y esa difusión. Por eso, ha llegado una campaña de ataques, de desprestigio, de quienes no les gusta que exista un salón iluminado, que exista esa confianza. Queremos o quieren regresar al pasado. Sí, el instituto se tiene que modificar y modernizar, totalmente de acuerdo. Las instituciones deben de estar acorde a los tiempos y las nuevas realidades. Pero de ahí a eliminar a la institución, estoy convencido de que sería un retroceso.
P. ¿A quién responsabiliza por esta campaña negra?
R. A nadie. La sociedad mexicana y la sociedad global están muy polarizadas. O es blanco o es negro. Rara vez encontramos puntos medios. Pero es una situación que pasa a nivel global. Lo hemos dialogado en varios foros de los que el INAI forma parte.
P. Se habla del INAI como una “burocracia dorada”. ¿Qué responde a esta afirmación?
R. Difícilmente es una burocracia dorada. Las instituciones funcionan gracias a las personas. Aquí en el INAI contamos con alrededor de 800 personas, que en muchos casos cubren traslados largos para defender los derechos fundamentales. Y, la verdad, la retribución es justa a su trabajo. Los cuatro comisionados que integramos el pleno del INAI estamos resolviendo más recursos en menor tiempo. Eso significa que nuestros colaboradores están realmente comprometidos.
Después de la alternancia en 2018, el INAI fue la única institución del Estado mexicano en la que ningún comisionado promovió amparo para mantener su sueldo. Hubo una reducción al presupuesto, una eliminación de prestaciones y los comisionados del INAI no recibimos un sueldo mayor que el del presidente ni otras prestaciones. Se ha desmitificado esa situación de la burocracia dorada y creo que es una situación negativa, porque lastima a mujeres y hombres que se preparan y que trabajan.
P. ¿Qué cambios propondría usted, como comisionado presidente, para mejorar al INAI?
R. Desde 2020 hemos impulsado la utilización de lenguaje sencillo para que la gente conozca las resoluciones, pero todavía nos falta muchísimo por avanzar. Hay que defender los derechos humanos con un lenguaje que cualquier persona pueda entender.
Cuando hablamos de apertura, no se trata sólo de transparentar todo, sino de tener una comunicación directa y eficaz con quien pide la información. Nos hace falta eso. Se puede mejorar la comunicación también, no sólo con la gente de las ciudades, sino también de las zonas rurales para que conozca el potencial que tiene la transformación, ser más eficientes en el gasto de los recursos públicos.
Se pueden hacer más sencillos los trámites, ser más eficientes en nuestras resoluciones y su cumplimiento, mejorar el acceso a la información. Todos son impactos legislativos que se tienen que hacer.
P. La carta que sacaron el lunes tiene un aire de último recurso, ¿lo ve así?
R. No. Lo veo como el inicio para construir puentes de diálogo en donde nos acerquemos.
P. Si el Plan D no funciona, ¿hay Plan E, F o G?
R. Lo encontraremos.
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