J.M. Servín, editor independiente: “Editar libros es un lujo que ya no podemos seguir cubriendo. Aquí nos vamos a hundir todos”
Producciones El Salario del miedo conmemora 15 años de existencia con la publicación de un tabloide que reúne crónicas de Ciudad de México, mientras se plantea bajar la cortina
Cuántas veces en la sala de aquella casa en Bucareli, en pleno corazón de Ciudad de México, se sentaron en esos grandes sillones, a la luz de los ventanales rodeados de flores y plantas verdes enredándose por todo lo que encontraban, escritores y amantes del rock y de la literatura, convocados por el postre de las letras y cobijados por las noches que desde hace 15 años engalanan a la editorial El Salario del Miedo. Varias decenas de autores mexicanos pasaron por esos rincones y también por las páginas de los libros que se han impreso y diseñado de forma casi artesanal. Títulos...
Cuántas veces en la sala de aquella casa en Bucareli, en pleno corazón de Ciudad de México, se sentaron en esos grandes sillones, a la luz de los ventanales rodeados de flores y plantas verdes enredándose por todo lo que encontraban, escritores y amantes del rock y de la literatura, convocados por el postre de las letras y cobijados por las noches que desde hace 15 años engalanan a la editorial El Salario del Miedo. Varias decenas de autores mexicanos pasaron por esos rincones y también por las páginas de los libros que se han impreso y diseñado de forma casi artesanal. Títulos únicamente de crónica tan emblemáticos como La bruja blanca, Doctor Jekyll nunca fumó piedra, No te dejaremos ir. Ellas narran el Centro Histórico, entre otros tantos, que acomodados en montañas llenan los espacios de aquel recinto en Bucareli que ha servido de punto de encuentro, de inspiración para varios grandes inicios de novelas y hasta de almacén editorial.
Juan Manuel Servín —J.M. Servín— (Ciudad de México, 62 años) el artífice del proyecto, es un optimista de la derrota, un guerrero de las causas perdidas que acepta y defiende, se tienen que seguir librando, hasta que ya no quede ni tiempo, ni ganas ni dinero (sobre todo dinero). Esa es la historia también de la editorial independiente que comenzó él mismo hace 15 años, Producciones El Salario del Miedo, una fiesta que Servín quiere celebrar hasta que las primeras luces de la madrugada terminen de cerrar —quizás por completo— la cortina. En esta conversación el autor habla de lo que significa ser una editorial independiente en un país como México y sobre el objeto que celebra esta década y media de crónicas, fiestas y mucha literatura: la publicación de un Gonzine, que reúne textos que rinden homenaje a los grandes tabloides que contaron durante décadas la historia del país.
Pregunta. ¿Qué es exactamente el Gonzine y cuál es sentido de hacer una publicación como esta?
Respuesta. El Gonzine es un engendro en papel, 100% periodístico, porque solo publicamos crónica, y algunas estampas gráficas que creo que quedan muy bien con el concepto general, con algunos de los mejores cronistas o escritores mexicanos que hay en este país. Hay muchos más, pero nosotros hicimos una selección para poder ampliar y descubrir. La idea de este Gonzine conmemorativo es también, por qué no, no dejar morir una gran tradición periodística en impresos especializados. Es hijo y nieto de los grandes tabloides que han provocado algo mucho más que publicar nota roja. Retomamos la cultura popular mexicana en las impresiones semanales para darle sentido a un momento histórico, social, económico y político donde las publicaciones periódicas están muriendo y donde la idea del libro, del papel, se ha convertido en un lujo.
P. ¿Un lujo...?
R. Sí, un lujo que ya no podemos seguir cubriendo porque no cumplimos con las condiciones económicas ni de preferencia en el gusto de lo que hay ahorita, vendiéndose o difundiéndose. Estamos yendo contra todo eso, desde el formato que es gigante, o la manera de leerlo como un reloj al revés, o que estamos tratando de reunir cronistas o escritores muy jóvenes con otros muy veteranos con mucho prestigio. Hacemos un homenaje velado al humor tragicómico o sórdido —como lo hubiera dicho José Revueltas— que hay en este país.
P. ¿Y qué quieren comunicar como editorial independiente con una vida de ya 15 años?
R. Para nosotros lo importante es romper con la idea de los discursos únicos. De la manera de entender la cultura o el periodismo o la literatura con una sola vertiente, no. Es muchas y entre ellas estamos nosotros con recursos muy limitados. Pero son 15 años, entonces te habla que si las circunstancias o si el piso fuera parejo en este país, como dicen, estaríamos en una condición mucho menos crítica, como siempre vivimos y estamos cada vez que hacemos una publicación como esta. Es importante que entendamos a quién o a qué nos referimos cuando decimos ediciones o editoriales independientes. ¿Desde dónde viene tu independencia? De lo que publicas o de que tienes un chingo de lana para no pedirle dinero al Estado y poder presumir de que tu proyecto y tu editorial es un exitazo. Eso implica una infraestructura millonaria que nosotros no tenemos. Nosotros trabajamos para dar un chingo, lo mejor de nosotros.
P. ¿Considera que eso los hace diferentes? ¿O qué cree que es lo que definiría a su editorial?
R. Producciones El Salario del Miedo es ir en favor de las libertades individuales y en contra de todo lo que marca un deber ser. Queremos proponer un espacio de expresión que en este país —contrario lo que parece— sí se necesita muchísimo. Aquí todo es tráfico de influencias y dinero. Si tú no tienes esas dos, está bien cabrón salir adelante. Y de esto te puedo escribir como Balzac tomos completos de lo que significa la falacia, la simulación que en este país vivimos a todos niveles. Y uno de ellos es la editorial. Con esta publicación, estamos cerrando también un ciclo muy importante para nosotros de sobrevivencia. Muy felices, contentos, satisfechos de todo lo que nos ha pasado en estos años. Pero donde también ya estamos obligando a cambiar la dinámica y las condiciones en las que trabajamos, porque obviamente ya no somos los mismos que hace 15 años y tampoco tenemos una solvencia financiera que nos permita decidir por nosotros mismos hacia dónde vamos.
P. Pero, además, es un problema que tiene que ver con todo un sistema, con más factores que determinan la supervivencia de una editorial como esta.
R. Sí, claro pero a mí me gustaría, por ejemplo, que me dijeran todos estos editores independientes tan exitosos de dónde sacaron tanto dinero. Yo les puedo dar punto por punto qué es lo que necesitas y vas a ver que esto es algo muy caro para lo que te retribuye financieramente. Claro, porque ninguno de ellos vive de sus libros.
P. Entonces habría qué hablar también de esa otra parte que son los lectores...
R. Acabo de leer una nota donde un tipo muy importante en la industria editorial dijo que en México está decreciendo en el nivel de lectura. Y cuando dieron los números pensé: estamos jodidos. Yo soy el más jodido del mundo. Porque la gente no lee por gusto y no lee ficción, no lee por entretenimiento. Nosotros no queremos descubrir otro Juan Rulfo. Si sale, qué bueno. Pero queremos que sea una lectura de entretenimiento de alto nivel, como el arte pop de buen nivel. Si tú lees a Truman Capote, que es el padre de la literatura pop, pues nosotros queremos algo así. Que alguien se escriba un A sangre fría… Alguien que tenga el cinismo de Capote. Un Hunter Thompson, un Luis Spota, un Ricardo Garibay, pero la realidad es otra. No tenemos los medios para que esta escritura se mantenga por sí sola.
P. En estos 15 años de sobrevivencia, ¿cuáles son sus números?
R. Pérdida total. Pero es una pérdida donde yo he recibido apoyo de la Universidad de Nuevo León, con la coedición de libros durante unos siete años. Todo lo demás yo le he conseguido de aquí, de allá, de acá. Y mis finanzas personales están más abajo de lo rojo. Porque ya le metí un chingo de mi poca creatividad personal, de mi trabajo, que es de lo que yo me defiendo. Soy como un obrero. Yo trabajo todo el día, todos los días. Para poder sacar adelante algo que me gusta mucho a mí y porque sé que mucha gente como yo cree en lo que estamos haciendo, pero no puedo prometerles ya nada. Aquí nos vamos a ir todos al naufragio, que chingue a su madre el que crea que habrá salvavidas. Aquí nos vamos a hundir todos.
P. ¿Y los autores, aquellos que se han acercado, qué piensan de esto?
R. Hay muchos autores que yo conozco y que me han enviado trabajos, autores reconocidos, incluso, que quieren que yo les publique. Pero vuelvo a lo mismo: ¡no tengo dinero!. Si tú, como autor, tienes paciencia y me ayudas un poco, lo sacamos y vas a ver que este libro la va a romper. La otra que tenemos un sistema de distribución que no es oficial. Lo distribuimos nosotros, con la ayuda de los autores. Y hacemos un chingo de eventos durante el año que nos permite tener una voz presente. Y creo que la gran mayoría de los autores están con nosotros, están muy contentos porque nunca los defraudé. Les dije cuál es la situación. Es más, hacemos mucho más en muchas cuestiones que lo que hace una editorial grande porque somos pequeños. Sí podemos cuidar eso. Y lo demás lo hace el autor, porque tampoco somos sus papás. Entonces, aquí hay que salir a la calle, como le recomendaron a Mark Twain: sal a la calle y narra lo que encuentres, lo que veas. Así es con tu libro: sal a la calle y trata de difundirlo.
R. ¿Por qué publican solo crónica?
R. Porque yo empecé escribiendo crónica y porque considero que es una de los artes literarias más refinadas. Un género que es complicadísimo escribir, tanto o más que un cuento o una novela corta. Y tan es así que de unos años para acá retomó un segundo aire en este país. Pero tu ves las grandes tradiciones literarias del mundo, y todos tienen estupendos cronistas. Y porque está dialogando con un país como este, donde quieres narrar algo de lo que estás viendo, o de algo que ya pasó. Nuestro país necesita conocer la verdad, conocer una realidad alterna a lo que nos han vendido toda la vida. Y la crónica es la única herramienta literaria expresiva que lo puede hacer.
R. ¿Cómo puede crecer Producciones El Salario del Miedo?
R. Necesito dinero. Que pongan un millón de pesos en la cuenta de Producciones y en un año tengo una supereditorial. Porque ya se pagaría, y cubriría cosas que no puedo cubrir, desde apoyo editorial al diseñador, por ejemplo. Pobre René Velázquez, tiene como un año que no le pago ni las caguamas.
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