La familia del científico Javier Robles, secuestrado en Tijuana, asegura que ha sido liberado
El experto en nanotecnología de 35 años, fue raptado por tres hombres en la puerta de su casa el miércoles
Javier Robles Castillo, el científico que fue secuestrado en la puerta de su casa de Tijuana hace casi una semana, ha sido liberado, de acuerdo con declaraciones de sus familiares a la prensa local, una información que al cierre de este artículo la Fiscalía General de Baja California no ha confirmado. El joven de 35 años, experto en nanotecnología, llevaba desde el miércoles pasado en paradero desconocido, después de ser raptado por un grupo de hombres. Sus parientes no han deja...
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Javier Robles Castillo, el científico que fue secuestrado en la puerta de su casa de Tijuana hace casi una semana, ha sido liberado, de acuerdo con declaraciones de sus familiares a la prensa local, una información que al cierre de este artículo la Fiscalía General de Baja California no ha confirmado. El joven de 35 años, experto en nanotecnología, llevaba desde el miércoles pasado en paradero desconocido, después de ser raptado por un grupo de hombres. Sus parientes no han dejado de manifestarse públicamente en todo este tiempo exigiendo la aparición con vida del investigador.
El 15 de noviembre, Robles Castillo conducía de vuelta casa. El científico había estado trabajando en Mexicali, en un proyecto para aplicar su campo de estudio, la nanotecnología, a la ganadería. A las cuatro de la tarde envió el último mensaje a su madre, Alma Edith Castillo Torija, según recoge el semanario Zeta: “Ma, ya vamos para Tijuana”. En el coche, además de Robles Castillo, viajaban dos de sus compañeros, que dejaron al científico en la puerta de su casa en la colonia Bellas Artes y se despidieron. En ese momento, tres hombres lo redujeron antes de que pudiera entrar en la residencia, lo introdujeron en otro vehículo y huyeron, de acuerdo con un video de seguridad que fue investigado por la Fiscalía General del Estado (FGE).
Hasta el momento de su aparición, casi una semana después, no había rastro del científico. Nadie se ha puesto en contacto pidiendo un rescate y no se sabe, o no se ha hecho pública, la causa del secuestro. El lunes, los familiares de Robles Castillo se manifestaron a las puertas de la Fiscalía estatal en Tijuana, entre gritos y pancartas con la cara del joven. “Mi hijo es un joven de ciencia, es un hombre de bien, que solo ha pensando en poner en alto el nombre de su ciudad, que piensa en su familia y que más que hacer un mal siempre piensa en como hacer el bien para cualquiera que esté a su alrededor”, declaró su madre a El Universal. El investigador tiene una hija de cuatro años, según la prensa local.
La Unidad Especializada para la investigación y Persecución de Delitos de Desaparición Forzada y Desaparición Cometida por Particulares, un organismo de la FGE, abrió una investigación de la que por el momento no ha trascendido nada. No se sabe si el crimen está relacionado con el trabajo de Robles Castillo o la razón es otra. Para ayudar en la búsqueda, la familia difundió sus rasgos: mide 1,80 metros, tiene la piel morena, los ojos color café y el pelo corto, oscuro y salpicado con algunas canas.
Robles Castillo se graduó en 2014 de una ingeniería en nanotecnología en el Instituto Tecnológico de Tijuana. Anteriormente, estudió el mismo campo durante dos años en la Universidad Autónoma de Baja California, en Ensenada. De acuerdo con su perfil en la red social Linkedin, Robles Castillo se ha especializado en nanotecnología. Desde 2013 ha estado desarrollando un dispositivo para filtrar el humo del tabaco y “otras partículas presentes en el aire para hacer posible su recirculación, en un proceso respetuoso con el medio ambiente”.
En Baja California hay al menos 2.621 personas desaparecidas, de acuerdo con el Registro Nacional. El Estado, fronterizo con Estados Unidos, es un punto caliente en las rutas del narcotráfico al norte. También para la migración y las mafias de trata de personas. La situación de violencia que vive Tijuana, disputada por carteles y grupos criminales, provocó que su alcaldesa, Montserrat Caballero, se viera obligada a vivir en un cuartel militar desde el pasado junio.
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