La rifa que cambió la vida de Guadalupe Taddei, la nueva presidenta del INE
La primera mujer al frente del árbitro electoral llega con la experiencia como carta fuerte, en medio de un proceso marcado por la pugna entre el Gobierno y la oposición, y una polémica designación por sorteo
La Cámara de Diputados lo dejó a la suerte. La tómbola del Poder Legislativo decidió que Guadalupe Taddei será la nueva presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE). Es la primera que llega por sorteo y, en un hecho histórico, la primera mujer al frente de la autoridad electoral. El proceso de des...
La Cámara de Diputados lo dejó a la suerte. La tómbola del Poder Legislativo decidió que Guadalupe Taddei será la nueva presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE). Es la primera que llega por sorteo y, en un hecho histórico, la primera mujer al frente de la autoridad electoral. El proceso de designación estuvo marcado por la falta de acuerdos entre las principales fuerzas políticas y la polémica por los vínculos familiares de los finalistas con Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador. Taddei, como tantos otros aspirantes, no estuvo exenta de esos señalamientos, pero llega con la experiencia como principal argumento. Expresidenta del Instituto Electoral de Sonora, negociadora hábil y líder de carácter fuerte, tendrá el reto de poner en práctica más de 20 años de trayectoria a cuestas en la rama electoral para llevar a buen puerto las elecciones de 2024, que serán las más grandes de la historia por el número de votantes.
Oriunda del municipio minero de Cananea, pero radicada en Hermosillo desde su adolescencia, Taddei es prima de Jorge Luis Taddei Bringas, superdelegado del Gobierno de López Obrador en Sonora. Y también tiene parentesco, aunque relativamente lejano ―es tía segunda―, de la diputada local Ivana Taddei Arriola y de Pablo Taddei Arriola, director de LitioMX, la paraestatal creada por esta Administración para la explotación de ese mineral. Al menos otros cinco familiares han ocupado cargos públicos, según se ha publicado en la prensa mexicana. La familia Taddei tiene una larga tradición sindicalista y de activismo político en Cananea y la capital del Estado.
El árbol genealógico de la nueva presidenta del INE ha acaparado los medios de comunicación tras su designación, como lo hizo con algunos de los llamados superfavoritos en el proceso, que al final no quedaron elegidos. Los ejemplos más citados fueron Bertha Alcalde Luján (hermana de Luisa María Alcalde, la secretaria del Trabajo, e hija de Bertha Luján, fundadora de Morena) y Netzaí Sandoval (hermano de Irma Eréndira Sandoval, exsecretaria de la Función Pública, y de Pablo Amílcar Sandoval, diputado federal por el partido gobernante).
“Cuando llego a consejera presidenta en el Instituto Estatal de Sonora, también se me cuestionó por el apellido”, admitió Taddei, durante su entrevista ante el Comité Técnico de Evaluación de la Cámara baja. “Mi vida en el servicio público se dio desde mucho tiempo antes de que surgiera el partido que está en el Gobierno”, respondió. El proceso de selección de consejeros ha encendido dos viejos debates en México. Por un lado, la autonomía del INE. Por el otro, la autonomía de un actor público frente a su familia, “hijos y hermanos de” que defienden, con derecho, que son dueños de sí mismos y que toman sus propias decisiones. Taddei tiene, precisamente, la ventaja de haber iniciado su recorrido dos décadas antes de la fundación de Morena como partido político nacional para las elecciones de 2015.
“Se me hace muy difícil pensar que en las familias no haya intereses ni divergencias y me parece ingenuo negar que todos tenemos ciertas afinidades”, comenta Luz María Cruz Parcero, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Pero Cruz Parcero recuerda que la polémica es vieja porque la designación del consejo del INE siempre ha pasado por los partidos políticos, porque no existen candidatos “químicamente puros” y porque los actores de todo el espectro siempre han buscado incidir en su composición.
El reclamo de la oposición es que Morena llevó esa prerrogativa demasiado lejos. La llamada insaculación supone una salida para ambos bandos de la pugna política: la “suerte” no quiso que llegaran las opciones más preferidas por el partido gobernante, pero los perfiles que ya habían superado el corte eran de por sí aceptables para el bloque mayoritario. Con todo, la elección de Taddei fue sorpresiva. “A mí sí me gusta, es una mujer experimentada, con profesionalismo”, dijo López Obrador en su conferencia matutina de este viernes, aunque admitió que no la conocía personalmente. “Conozco a su familia, eso sí, son gente progresista, demócrata, honesta”, agregó.
En medio del ruido que generó la insaculación, Cruz Parcero no considera que la designación por sorteo sea necesariamente mala, pero afirma que tiene que estar precedida por un proceso de evaluación más robusto y que no deje dudas sobre los métodos de evaluación ni la preparación del Comité Técnico para aprobar los perfiles. “Nos quedaron a deber”, comenta la investigadora. “Hay un área de oportunidad para mejorar estos procesos”, agrega.
Taddei es licenciada en Administración Pública por la Universidad de Sonora y se inició en el servicio público en 1986, de acuerdo con su semblanza oficial. En su entrevista en la Cámara de Diputados dijo que le tocó abrir camino en 1990 al entonces Instituto Federal Electoral (IFE). A dos años de las cuestionadas elecciones presidenciales de 1988, las de la “caída del sistema” que dieron el triunfo a Carlos Salinas de Gortari entre reclamos de fraude, el Gobierno cedió el control de las elecciones a un órgano autónomo, pero que en sus inicios ni siquiera tenía credenciales de elector con fotografía. Fue directora del Centro Regional de Cómputo en el Estado de Aguascalientes, estuvo al frente del Sistema Nacional de Consulta Electoral y se desempeñó de 2003 a 2014 como vocal estatal del Registro Federal de Electores, con responsabilidades sobre el padrón de votantes en Sonora.
En 2015 llegó como máxima responsable de las elecciones en Sonora. Como presidenta, Taddei introdujo los debates entre candidatos y consolidó un Instituto Electoral que soportó dos alternancias políticas en el Estado. En septiembre de ese año, Claudia Pavlovich se impuso en los comicios para devolver la gubernatura al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en una disputada votación contra el Partido Acción Nacional (PAN). En 2021, Alfonso Durazo, exsecretario de Seguridad, dio a Morena el control del Estado.
“Siempre ha sido muy institucional, de bajo perfil y nunca ha sido protagónica ni muy afecta a dar su opinión ni aparecer en los medios”, dice Nicolás Pineda, investigador del Colegio de Sonora. Pineda, que fue su profesor en la universidad, la recuerda como una buena estudiante y muy activa en la política estudiantil. “Creo que no es una persona fácil de manejar ni por Morena ni por los demás partidos, siempre ha sido imparcial y creo que tiene una trayectoria que la avala, sacó todas las elecciones que sacó con independencia y profesionalismo”, señala el columnista y activista. “Tiene una carrera muy larga y que empezó mucho antes que la de sus primos y sobrinos”.
“Tiene todas las tablas, es una persona preparada”, afirma el periodista sonorense Luis Alberto Medina, que coordinó los debates en ambas elecciones y la describe como una persona “que no titubea”, “de temperamento” y que tiene convicciones “reformadoras”. “Ha tratado con todos los grupos, se enfrentó a los panistas, a los priistas… y no dejó que intervinieran en el Instituto, y las dos elecciones salieron sin problema, son su carta de presentación”, agrega. El PAN, sin embargo, se quejó de fallos favorables a Morena en la última votación.
Taddei tuvo experiencia en la puesta en marcha de la reforma electoral de 2014, que supuso cambios en la estructura del sistema electoral y fue, en sus palabras, “una reforma bastante complicada”. Como autoridad electoral impulsó también sanciones contra la violencia política de género y acciones afirmativas para la elección de mujeres, un tema patente en los comicios en los que ganó Pavlovich, la primera gobernadora de Sonora, dijo en su entrevista. No es abogada y eso le supone un reto porque el INE sienta jurisprudencia en materia electoral. Es un perfil que se centra en el ámbito organizacional y en cierta sensibilidad a las necesidades de los órganos estatales.
“Nosotros no somos de la política, somos de la técnica”, dijo al concluir su mandato a quienes la relevaron. “La sociedad sonorense tiene que tener certeza, pero la certeza no se decreta y tampoco se impone, la tranquilidad en la imparcialidad y en la aplicación de la norma la iremos construyendo con nuestros hechos”, agregó. Tras las elecciones de 2021 presidió el Instituto estatal de Transparencia a propuesta de Durazo, lo que provocó señalamientos sobre una supuesta violación a la normativa electoral.
El voto de confianza a la nueva titular del Instituto ha llegado de frentes políticos inesperados. “Dentro de las opciones disponibles para presidir el INE, Guadalupe Taddei fue la mejor”, dijo Luis Carlos Ugalde, que encabezó la autoridad electoral entre 2003 y 2007, al periodista Ciro Gómez Leyva. López Obrador encumbró a Ugalde como uno de sus adversarios, al insistir en que perdió las presidenciales de 2006 por “fraude”. “Confiamos en que cumplirá cabalmente su responsabilidad, poniendo por delante el respeto de nuestra democracia”, dijo el presidente del PRI, Alejandro Alito Moreno.
El PAN, en cambio, consideró que los vínculos familiares de la nueva presidenta no la hacen idónea para el cargo y anunció que va a impugnar su nombramiento. “Tiene experiencia electoral, pero también señalamos que es completamente inaceptable que quien pretenda presidir nuestro árbitro electoral esté claramente ligada a Morena”, adelantó en un comunicado. “Tendremos un instituto electoral más democrático y transparente”, señaló Morena. Cruz Parcero afirma que no hay que adelantar pronósticos y que hay que dar el beneficio de la duda antes de hacer cualquier análisis sobre su desempeño. “Hay que esperar, no porque tenga un perfil afín a Morena, quiere decir que lo vaya a hacer mal”, afirma.
Aunque la nueva presidenta del INE no es responsable ni de la tómbola, ni de la falta de acuerdos entre la oposición y el Gobierno, ni de la crispación por el plan B de la reforma electoral, tendrá que lidiar con ello. Es el papel del árbitro en una rifa del tigre que pondrá a prueba sus capacidades y su autonomía en los próximos nueve años.
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