Bernardo Barranco: “Nunca antes el PRI se ha enfrentado en el Estado de México a un oponente tan poderoso y tan parecido”
El sociólogo y exconsejero electoral publica ‘Regreso al infierno electoral’, una obra coral sobre el impacto de los comicios estatales de 2023 en el futuro del partido tricolor
“El infierno existe y está sembrado en las entrañas políticas del Estado de México”. Religión y política se dan la mano en la contundente frase inicial de Regreso al Infierno electoral. Las elecciones de 2023 y el juicio final del PRI (Grijalbo, 2023), el libro que publica Bernardo Barranco (Orizaba, 69 años) junto con una decena de periodistas y académicos del país y la región. La frase, como el título, es la confluencia inevitable de ...
“El infierno existe y está sembrado en las entrañas políticas del Estado de México”. Religión y política se dan la mano en la contundente frase inicial de Regreso al Infierno electoral. Las elecciones de 2023 y el juicio final del PRI (Grijalbo, 2023), el libro que publica Bernardo Barranco (Orizaba, 69 años) junto con una decena de periodistas y académicos del país y la región. La frase, como el título, es la confluencia inevitable de los dos saberes del coordinador, sociólogo del Catolicismo y exconsejero del Instituto electoral nacional y del estatal.
La obra es, de alguna forma, la secuela del que ya coordinó en 2018 bajo la misma analogía. Entonces denunciaba las malas mañas con las que el gobernador priista Alfredo del Mazo se había hecho con la gubernatura un año antes. En esta ocasión, disecciona “la articulación entre poder y dinero” que representa el partido tricolor en la región, en palabras del autor principal, al tiempo que detalla los posibles escenarios tras los comicios estatales del 4 de junio, que enfrentarán a la morenista Delfina Gómez y a la priista Alejandra del Moral.
No son unas elecciones más: es “la madre de todas las batallas”, según el propio presidente priista en el territorio, Eric Sevilla. El Estado de México es la región más poblada del país y una de las tres únicas administraciones que resisten teñidas de los colores del PRI. Si lo pierde, tras 93 años en el poder de forma ininterrumpida, puede que no le quede nada que recuperar después. “Está entre la eternidad y la extinción”, sostiene tajante Barranco, que conversa con EL PAÍS en las oficinas del diario un miércoles por la mañana. “Y va a depender mucho de si Morena tiene la habilidad para confrontar las vulnerabilidades del sistema”, argumenta. Las vulnerabilidades son una corrupción rampante, una tasa de pobreza de casi el 50% y el récord del país en feminicidios. Pero antes de los resultados, el infierno del proceso electoral. “Según la Biblia”, define el sociólogo, “es una ciudad oscura donde pululan las almas en pena”.
Pregunta. ¿Cómo lo definiría en términos políticos?
Respuesta. Como un lugar donde se busca conquistar, mantener y expurgar el poder. Es un lugar pragmático donde no hay principios, ni valores, ni ética.
P. Con ese contexto, ¿qué le hace pensar que un fracaso en estas elecciones podría hacer desaparecer a un partido como el PRI? ¿Pueden unos comicios desequilibrar casi un siglo de hegemonía?
R. Creo que sí porque, por primera vez en casi 100 años, el PRI y el grupo Atlacomulco se enfrentan a una especie de hermano gemelo. El estilo de Morena es muy cercano al PRI de los años 70. [Morena] tendrá apoyo del Gobierno, de la Ciudad de México, de otros Estados. Nunca antes el PRI mexiquense se había enfrentado a un oponente tan poderoso como en el 2023, y tan tremendamente parecido a las formas que ha cultivado durante 94 años. Pero hay que tener cuidado, porque el PRI federal no es el PRI del Estado de México. En el Estado es fuerte y disciplinado, tiene recursos. Mientras que la debacle a nivel nacional es evidente.
P. ¿Qué ha hecho posible que sí haya alternancia a nivel municipal y federal, y prácticamente en todos los demás Estados, menos en este?
R. El presupuesto, estas cantidades millonarias que la federación otorga a cada Estado. El Estado de México tiene cerca de 18 millones de habitantes, es casi un país. Y esos recursos son repartidos por el gobernador, por eso su figura es como el pivote de todo el andamiaje. Y por eso es que el sistema ha privilegiado pelear y mantener el poder de la gubernatura, y es un tanto más flexible en lo local, sobre todo porque a nivel municipal la gente es brava.
P. ¿Qué consecuencias tiene electoralmente la desconexión entre territorios dentro del Estado?
R. Es muy importante esta cuestión. El PRI siempre empieza el proceso electoral en el Valle de Toluca, donde su candidata es fuerte, pero tienen que conquistar la parte norte y oriental. ¿Cómo lo hacen? Con programas sociales. Anteriormente, era a través de las grandes centrales corporativas: la CTM, la CNC… Esto ha desaparecido y la coacción y la compra de voto se da sobre todo con los programas. Conviven viejas y nuevas formas, que ya no solo las tiene el PRI, sino también los otros partidos, que se han priizado.
P. El salario rosa, en el Gobierno estatal; el proyecto social de la 4T, en el federal... ¿Toda política social es o deriva en clientelismo?
R. Entre otras cosas, sí. Y dicho por el mismo presidente. Él ha declarado que los programas sociales son la mejor garantía de tener simpatizantes. Lo interesante es que el proyecto social del Gobierno de la 4T en el Estado de México es tan grande como el del propio Gobierno del Estado en el territorio. Tienen aproximadamente 2,5 millones de usuarios, entre campesinos, jóvenes, mayores… En el texto decimos que la elección va a enfrentar a un Estado contra otro.
P. Siempre se ha dicho que las elecciones en el Estado de México son el laboratorio de las presidenciales, aunque los resultados no lo corroboran. En esta ocasión sí cree que será así. ¿Por qué?
R. Porque la existencia del PRI está en entredicho a nivel federal. La alianza, que no les ha funcionado bien al PRI, PAN, PRD en las elecciones del 2021, llegaría muy mermada al 2024. Incluso algunos plantean que se rompería si el PRI pierde, porque para sobrevivir tendría que hacer una especie de reingeniería política y le convendría más aliarse a Morena que al PAN, porque ideológicamente están más cerca. Morena sabe que si esto pasa, el enemigo a vencer no es el PRI, es el PAN.
Si gana el otro escenario, entonces se revitaliza la alianza, llega con más fuerza [al 2024], y llega ganando una entidad que no solamente es importante per se, sino que por su tamaño también es determinante para la gobernabilidad del país.
P. ¿La campaña también se desarrollará en clave nacional?
R. Hasta ahora no ha habido un posicionamiento claro. Morena juega mucho con la corrupción y el cambio, pero no dice con quién o para qué. Es una afirmación genérica. [Alejandra] Del Moral se ha centrado en atacar a López Obrador: “Es una nueva Venezuela y, por lo tanto, hay que defender con valentía el Estado de México”.
P. Funciona un doble código, entonces. Morena se centra en lo estatal y el PRI, en lo federal.
R. Exactamente. Y se dirigen a públicos distintos. Delfina [Gómez] es una mujer del pueblo y sus rasgos físicos son de una mujer mazahua. Ha construido un personaje que es como la mayoría de la gente. Su público es, cerca del 60%, gente mayor de 30 años. Del Moral, de clase media-media alta, se está ofertando a la gente joven, que también es un sector importante, y que no tiene memoria todavía o no tiene un nivel agudo de politización.
P. ¿Será una batalla entre candidatas o entre partidos?
R. Es una combinación. Pero no quiero ser solamente dramático. Veo muy relevante que por primera vez en la historia una mujer vaya a gobernar el Estado de México. No es un dato menor, porque es una entidad tremendamente machista, con una cultura patriarcal exacerbada que tiene su reflejo en la vida política. Es muy interesante, porque es otra sensibilidad la que va a estar ahí.
P. ¿Traerá un cambio por sí mismo, o dependerá de si adoptan o no las formas de sus predecesores?
R. Hay varias interrogantes. ¿Se asumirá una agenda feminista? Ojo, estamos hablando de aborto, de sexualidad, no solamente de violencia contra las mujeres. Y, viendo el currículum de cada una, tengo dudas. Ambas son muy católicas. Sería enfrentarse a la Iglesia conservadora, que en el Estado de México es muy fuerte, y ambas han tenido cercanía con ella. El peor escenario es la impostura, que sigan con las políticas tradicionales.
P. Si se produce la alternancia, ¿puede tener repercusiones en el instituto electoral, una de las instituciones que más critica?
R. No, porque la lógica con la que se desenvuelven jurídicamente los institutos electorales está sobre todo en la cancha federal. Lo que sí creo es que en términos locales habrá muchas tensiones, porque saben muy bien de dónde son, de qué grupo, cómo actúan. A mí me tocó vivirlo con amenazas.
P. ¿Hay riesgo de fraude?
R. Claro, por esa maquinaria, los programas sociales, la estructura. No solamente el IEEM, sino los tribunales electorales. Por eso Delfina [Gómez] planteó en la precampaña que necesitan ganar con más de cinco puntos de diferencia, porque si no, la judicialización puede favorecer al perdedor, en este caso al PRI.
P. Las encuestas, de hecho, le dan bastante más ventaja a ella.
R. Claro, porque ¿quién conoce a Alejandra del Moral? En Ecatepec, Texcoco, Chalco, no tienen la más remota idea de quién es, pero no quiere decir que vaya a perder. Va a haber mucha promoción en estas zonas. Pero también guerra sucia, y guerra sucia contra Delfina. Le van a sacar los trapos negros de cuando fue presidenta municipal, o lo que le inventen.
P. ¿No hay que subestimar la maquinaria?
R. No hay que subestimar la guerra sucia. Es una guerra muy, muy dura, y tienen especialistas.
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