México lamenta que Perú retire a su embajador en México y reduzca la relación bilateral
La Secretaría de Relaciones Exteriores asegura que mantendrá a sus diplomáticos en Lima, donde tampoco hay embajador desde diciembre
Las tensiones entre México y Perú siguen elevándose. La cancillería mexicana ha lamentado la mañana de este sábado la decisión de la presidenta de Perú, Dina Boluarte, de retirar a su embajador en Ciudad de México. “El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, lamenta la decisión del actual gobierno de la República del Perú de reducir el nivel de las relaciones diplomáticas entre ambos países al de Encargado de Negocios y retirar de man...
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Las tensiones entre México y Perú siguen elevándose. La cancillería mexicana ha lamentado la mañana de este sábado la decisión de la presidenta de Perú, Dina Boluarte, de retirar a su embajador en Ciudad de México. “El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, lamenta la decisión del actual gobierno de la República del Perú de reducir el nivel de las relaciones diplomáticas entre ambos países al de Encargado de Negocios y retirar de manera definitiva al embajador Manuel Gerardo Talavera, quien fuera llamado a consultas el pasado 15 de diciembre de 2022″, ha señalado el Gobierno mexicano en un comunicado.
Boluarte anunció la noche del viernes el retiro de su diplomático argumentando que México, a través del presidente Andrés Manuel López Obrador, estaba pronunciándose en temas de carácter interno, cuestionando el origen democrático del Gobierno peruano y “apoyando el golpe de Estado del expresidente Pedro Castillo”. Boluarte es presidenta de Perú desde el 7 de diciembre de 2022, después de que Castillo fuese detenido tras disolver el Congreso peruano por decreto, en intento de Golpe de Estado. Desde entonces, López Obrador ha criticado duramente a la nueva presidenta peruana. Esta misma semana, la llamo “presidenta espuria” y se negó a entregar a ese país la presidencia de la Alianza del Pacífico, un acto previsto para este año dentro del mecanismo de integración comercial conformado por Chile, Colombia, México y Perú.
“Aun así, ellos mandan con las bayonetas y con la represión, con la fuerza. Ya van más de 60 asesinados y en esas mismas encuestas la mayoría de la gente de Perú está pidiendo que se convoque elecciones, que sea el pueblo que decida”, dijo López Obrador esta semana sobre la situación política en Perú. Las expresiones del mexicano han sido el motivo por el que el Gobierno peruano ha decidido reducir las relaciones. “Con sus declaraciones, el señor López viola el principio del derecho internacional sobre la no injerencia en asuntos internos, así como aquellos referidos a la defensa y promoción de la democracia”, argumentó Boluarte al anunciar que la relación bilateral quedará reducida a unos encargados de negocios.
El Gobierno mexicano ha añadido en su comunicado que mantendrá a su equipo diplomático en Lima y que de ningún modo cerrará los canales de comunicación con el país andino. “[El Gobierno de México] hace votos para que pronto se alcance un acuerdo democrático a las desavenencias que prevalecen en este hermano país latinoamericano”, han añadido la cancillería en la nota enviada a la prensa. Desde ahora, ambos países carecen de embajador, pese a que sus representaciones diplomáticas siguen funcionando en Lima y Ciudad de México.
Perú expulsó en diciembre al embajador mexicano Pablo Monroy después de que este ofreciera apoyo a Castillo tras el fallido golpe de Estado. Castillo intentó llegar a la sede diplomática de México en la capital peruana, pero fue detenido cuando se encontraba de camino a la embajada. Después, el Gobierno mexicano ofreció refugio a la familia del expresidente peruano y planteó la posibilidad de ofrecer asilo político a Castillo. El nuevo Gobierno peruano consideró que la actuación de Monroy se trató de una “injerencia” por parte de México y le dio 72 horas para salir del país.
En los últimos tres meses, las relaciones entre ambos países se han deteriorado significativamente. Tras la salida de Castillo del Gobierno, el presidente López Obrador expresó que la relación se encontraba “en pausa”, un término que no tiene fundamento en el derecho internacional y que no se puede considerar como parte de la política exterior de México. Aunque el país norteamericano mantiene como principios diplomáticos la no intervención, la autodeterminación de los pueblos y se opone a que los Estados se pronuncien sobre la forma de Gobierno de otros países, a través de la llamada Doctrina Estrada, López Obrador ha elevado el tono de sus comentarios sobre la situación política de Perú.
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