El Rey Zambada, de la guerra intestina entre cárteles a ser el testigo estrella contra García Luna
El hermano menor de Ismael ‘El Mayo’ Zambada asegura que pagó cinco millones de dólares en sobornos al zar antidrogas de Calderón
El testimonio de Jesús Reynaldo El Rey Zambada ya había sido explosivo en 2019, cuando participó como testigo del caso de Joaquín El Chapo Guzmán. Pero el hermano menor de Ismael El Mayo Zambada, jefe del Cartel de Sinaloa, ha mantenido sus palabras ante un nuevo tribunal en Nueva York, esta vez en el juicio contra Genaro García Luna. Antiguo encargado de la plaza de esa organización en la capital mexicana, El Rey fue detenido en Ci...
El testimonio de Jesús Reynaldo El Rey Zambada ya había sido explosivo en 2019, cuando participó como testigo del caso de Joaquín El Chapo Guzmán. Pero el hermano menor de Ismael El Mayo Zambada, jefe del Cartel de Sinaloa, ha mantenido sus palabras ante un nuevo tribunal en Nueva York, esta vez en el juicio contra Genaro García Luna. Antiguo encargado de la plaza de esa organización en la capital mexicana, El Rey fue detenido en Ciudad de México en octubre de 2008 y extraditado a Estados Unidos en 2012. Desde entonces ha coronado su pase de la guerra intestina entre carteles de la droga a los juzgados, donde se ha vuelto el testigo estrella de la Fiscalía estadounidense en varios casos, incluido el proceso contra quien fuera el zar antidrogas de México.
La detención del Rey Zambada, nacido en Culiacán (Sinaloa) hace 61 años, fue una consecuencia más de la lucha entre un grupo de organizaciones del crimen organizado. Los detalles del arresto salieron a la luz durante las primeras audiencias del juicio contra el exsecretario de Seguridad mexicano. Sergio Villarreal Barragán, alias El Grande, comentó en el tribunal que fueron los hermanos Beltrán Leyva quienes entregaron al hermano de El Mayo. Estaban enojados con el líder del Cartel de Sinaloa por la detención de uno de Beltrán Leyva, Alfredo, en enero de 2008, y optaron por la estrategia de “un hermano por otro”. Según relató el narcotraficante, fueron los mismos sicarios del cartel, disfrazados de agentes de la policía, que ejecutaron la detención y lo entregaron a las autoridades. Sin embargo, la entonces Procuraduría General de la República (PGR) aseguró que habían recibido la información sobre la ubicación del capo gracias a una denuncia ciudadana.
Cuando el arresto sucedió, el Gobierno de México, entonces encabezado por Felipe Calderón (2006-2012), señaló a El Rey como quien controlaba las operaciones del Cartel de Sinaloa en Oaxaca, Guerrero y Ciudad de México. El entonces procurador de justicia, Eduardo Medina Mora, que luego llegó a ser ministro de la Suprema Corte de Justicia, le acusó de coordinar las operaciones en el Valle de México, manejar la importación de cocaína proveniente de Sudamérica y el trasiego de droga en el aeropuerto de la capital mexicana. Además, se le señaló por estar vinculado al atentado con una bomba en contra de un jefe de la policía en 2008 y al asesinato del jefe policial Édgar Millán.
El Rey, que tenía 47 años cuando fue arrestado, fue detenido en un enfrentamiento con la policía junto a su hijo, Jesús Zambada Reyes, de 21 años. Poco más de un año después, cuando Zambada Reyes ya se había convertido en testigo colaborador de la entonces PGR, fue hallado muerto en una casa en la que vivía con custodia policial. Las autoridades aseguraron que se trataba de un suicidio. Otro de los detenidos en el operativo en el que cayó El Rey fue el hijo de la pareja que tenía en aquel momento, sobre quien aseguraron que trabajaba como mano derecha del capo.
El hermano menor de El Mayo se declaró culpable durante su juicio en Estados Unidos y fue condenado en marzo de 2020 a 12 años de prisión por delincuencia organizada y narcotráfico. A cambio de reducir la pena y conseguir protección para su familia, el narco se volvió colaborador de las autoridades y su primera gran participación fue como testigo estrella en el juicio contra El Chapo Guzmán. En aquel momento, dijo que había hecho pagos millonarios a García Luna en forma de sobornos en un restaurante de la capital, porque parte de su rol dentro de la organización criminal era llevar las cuentas y manejar las nóminas.
La primera entrega de dinero hecha a García Luna fue en 2005, cuando el exfuncionario estaba a cargo de la Agencia Federal de Investigación (AFI), pero su nombre ya sonaba para encabezar la Secretaría de Seguridad en la Administración de Felipe Calderón (2006-2012). La segunda entrega fue en 2007, cuando el ahora acusado ya había sido nombrado encargado de esa dependencia.
Este lunes, siendo el testigo estrella de la Fiscalía en el caso contra García Luna, El Rey ratificó lo que había dicho en noviembre de 2018 y se explayó en los detalles de los encuentros con el exsecretario de Seguridad. “Lo vi una vez en mi vida”, dijo ante el juez, “en una ocasión que lo vi para entregarle un dinero”. El capo declaró además que en la primera ocasión le entregó, a través del abogado Óscar Paredes, que trabajaba para el cartel, tres millones de dólares, y en la segunda, dos millones más.
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