Sheinbaum insiste en el sabotaje del metro y pone los “casos atípicos” en manos de la Fiscalía

La alcaldesa reconoce que la burocracia obstaculiza la llegada de los recursos requeridos para el mantenimiento del suburbano

En video, recopilación de los incidentes en el Metro de Ciudad de México durante los últimos días.Foto: Cuartoscuro | Vídeo: RR.SS.

El Gobierno de la Ciudad de México insiste en definir los últimos incidentes que atañen a la seguridad del metro como “premeditados y malintencionados”, por lo que han puesto cuatro denuncias en la Fiscalía para que determine lo ocurrido. Días después de que la Guardia Nacional custodie las instalaciones del metro, dos vagones se desengancharon este domingo en la estación de Polanco dirección Rosario entre humo y estruen...

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El Gobierno de la Ciudad de México insiste en definir los últimos incidentes que atañen a la seguridad del metro como “premeditados y malintencionados”, por lo que han puesto cuatro denuncias en la Fiscalía para que determine lo ocurrido. Días después de que la Guardia Nacional custodie las instalaciones del metro, dos vagones se desengancharon este domingo en la estación de Polanco dirección Rosario entre humo y estruendo. El director del metro, Guillermo Calderón, ha explicado que tras la revisión efectuada encontraron un tornillo flojo, otro degollado y no se halló el cintillo de seguridad que debería haber impedido que el cilindro que une los vagones se saliera de su lugar. “La revisión se hizo el 5 de enero, se revisaron los elementos. No es cuestión de mantenimiento”, ha zanjado el responsable del suburbano.

El metro se ha convertido en el protagonista de la política municipal en los últimos días a raíz de un accidente el pasado 7 de enero con una víctima mortal. Desde entonces, la población no ha dejado de reportar mediante redes sociales incidentes aquí y allá, a pesar de que se desplegaron 6.000 elementos de la Guardia Nacional para vigilar las instalaciones. La frecuencia de estos acontecimientos ha obligado al gobierno capitalino a poner en marcha medidas adicionales como un grupo de trabajo para “mejorar los sistemas de gasto”, porque, a veces, “con la burocracia, tardan en llegar los recursos”, ha reconocido la alcaldesa, Claudia Sheinbaum. Hay la posibilidad, ha añadido, de que se refuerce el presupuesto del metro con ayudas federales, así como con partidas extra del gobierno local.

El director del metro ha explicado que la última revisión de los vagones afectados por el desenganche en Polanco fue el 5 de enero, pero ha reconocido que no ha visto los reportes que hicieron los profesionales en esa ocasión, limitándose a decir que si el examen hubiera detectado alguna falla los trenes no habrían circulado. En todo caso, Fernando Espino Arévalo, líder del Sindicato del Metro, ha criticado estos días las deficientes condiciones con las que se encuentra el personal de mantenimiento cuando tiene que reparar algo. “Lo más urgente para nosotros es contar con las herramientas para dar mantenimiento a los vagones, pero no tenemos ni estopa”, decía recientemente. Y señalaba las dificultades de los conductores para comunicarse entre ellos.

Dado que la Guardia Nacional vigila ahora el metro y los incidentes persisten, las acusaciones de sabotaje dirigen la mirada inevitablemente hacia los trabajadores, los únicos que tendrían acceso a la maquinaria del sistema. “No señalamos a nadie, que la Fiscalía investigue. Todo nuestro reconocimiento a los trabajadores”, ha respondido Sheinbaum a los periodistas. “Hay un uso político de todo esto, muy mezquino, por cierto”, ha añadido la jefa de Gobierno. Las autoridades locales han reiterado que el mantenimiento del metro cuenta con un gasto creciente en este mandato, que ascendió a 2.737 millones de pesos en 2022. Sin embargo, estas cifras no tienen en cuenta la inflación, que contradice el progreso del gasto.

Los mexicanos están acostumbrados a decenas de deficiencias que obstaculizan el buen funcionamiento del metro a diario, más acusadas aún en temporada de lluvia. Pero fue la tragedia del 3 de mayo de 2021, cuando se desplomaron dos vagones que viajaban por un tramo superficial elevado dejando 26 muertos, la que situó los focos en el mantenimiento que se efectuaba sobre el metro, así como posibles fallas en la construcción inicial. Desde entonces, el funcionamiento del suburbano traslada tensiones al ámbito político. Este domingo se abrieron de nuevo al tráfico nueve de aquellas estaciones que quedaron cortadas, todas subterráneas. La jefa de Gobierno viajó por ellas para inaugurar la obra.

Mientras tanto, ante el goteo de incidencias, el gobierno capitalino pone el interés político en el sabotaje y la vigilancia policial. Sheinbaum no ha descartado la presencia de la Guardia Nacional, que ahora custodia sobre todo los andenes y las afueras de los talleres, en el interior de esas instalaciones. A la alcaldesa le ha preguntado cómo distinguen un incidente provocado de los miles que se reportan en el metro, donde los ciudadanos graban videos burlando los controles o los indigentes hacen fuego para calentarse. “Miren el caso de ayer [en Polanco, con los tornillos sueltos], ¿qué tiene que ver eso con un indigente?”, ha respondido. Los chicos que burlan la seguridad “son otro tema”, ha dicho.

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