Las dificultades para reclamar a Ticketmaster después de un concierto: “Contacté con ellos de mil maneras, pero nunca contestaban”
Ticketmaster se mostró dispuesta a reembolsar su dinero a los que no pudieron entrar en el evento de Bad Bunny en Ciudad de México. Sin embargo, reclamar a esta empresa es una misión casi imposible
Bad Bunny volando en palmera por una pista prácticamente vacía. Esa es la imagen que ha dejado este viernes el desastre de los boletos falsos y clonados de Ticketmaster después del concierto en Ciudad de México del artista más escuchado del mundo. La empresa se ha mostrado colaborativa, ha pedido disculpas por los problemas ocasionados y ha prometido el reembolso “del costo total del boleto”. Sin embar...
Bad Bunny volando en palmera por una pista prácticamente vacía. Esa es la imagen que ha dejado este viernes el desastre de los boletos falsos y clonados de Ticketmaster después del concierto en Ciudad de México del artista más escuchado del mundo. La empresa se ha mostrado colaborativa, ha pedido disculpas por los problemas ocasionados y ha prometido el reembolso “del costo total del boleto”. Sin embargo, tras el comunicado, las redes sociales se han llenado rápidamente de personas contando su experiencia al intentar recuperar el dinero de un boleto cancelado o clonado. Silencio, respuestas insuficientes y esperas eternas al teléfono son el denominador común de todas esas historias.
Tabatha Burchfield Palacios no se fía de la buena voluntad de Ticketmaster. A ella la cancelaron, sin ninguna explicación, dos boletos que había comprado por 7.652 pesos para un concierto de Harry Styles en el estadio Foro Sol de Ciudad de México. Trató en varias ocasiones de contactarles, pero no respondían a sus mensajes por correo, Facebook o Instagram, y siempre la colgaban el teléfono después de ponerla en espera en el servicio de atención al cliente. “Intenté contactar con ellos por todos lados, me había gastado más de 7.000 pesos en esos boletos. Pero nada, apenas me respondían”, cuenta Palacios.
Finalmente la contestaron, pero fue para decir que la cancelación se había realizado debido a que ellos nunca recibieron el dinero de los boletos. Palacios habló con el banco y comprobó que el dinero había salido de su cuenta y el banco confirmó que habían hecho el envío a la empresa. En un mensaje posterior, sin embargo, asumen que el dinero les llegó, pero que fue devuelto a la propietaria. “El dinero se reembolsó”, dice Ticketmaster en un mensaje al que ha tenido acceso este periódico. Palacios ha preparado un escrito para mandar al repositorio de quejas que está confeccionando la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), y que ya acumula más de 1.600 clientes furiosos con la empresa. “Tenemos varios cientos de denuncias y estamos haciendo el análisis de cuáles son de carácter penal y cuáles son responsabilidad de Ticketmaster”, dijo Ricardo Sheffield, el procurador federal de la Profeco.
Este organismo persigue a Ticketmaster desde hace tiempo. La acusa de llevar años dando un mal servicio y subiendo las comisiones por la distribución de boletos. “Tenemos varios procesos en su contra, este no es el primero, esperemos que sí sea el último, porque es una empresa que está dando muy mal servicio, es un monopolio, es el único que emite boletos para eventos deportivos y artísticos, antes había más de una empresa y se cobraba el 7% de comisión, ahora anda en el 15%”, dijo Sheffield. La investigación contra la empresa podría acabar con una sanción de hasta el 10% de las ventas anuales dependiendo de la colaboración de la vendedora de boletos durante el proceso.
Nicolle García, de 25 años, tampoco tuvo suerte. Tenía los boletos, de 2.000 pesos cada uno, para el concierto de Harry Styles en Guadalajara desde 2019, cuando salieron a la venta antes de la pandemia. Una semana antes del concierto este 20 de noviembre le llegó una notificación de TicketMaster: le habían cancelado los boletos. “Si tienes alguna duda, puedes consultar aquí”, dice el mensaje, con un enlace en el que no se informa de cómo se va a proceder a la devolución del dinero, que nunca recuperó.
El diputado de Morena Hamlet Almaguer ha anunciado que solicitarán una comparecencia de la empresa en el Congreso para que explique el caos en el concierto de Bad Bunny. “Ticketmaster es un agente económico que tiene poder sustancial de mercado en la emisión de boletos en México”, ha expresado Hamlet, haciendo referencia a las acusaciones de monopolio que podría estar ejerciendo esta empresa en el mercado de boletos en el país. Además, la senadora Citlalli Hernández, del mismo partido, también se ha referido al tema: “Es hora de hablar en serio de cómo combatir las prácticas desleales y el abuso de Ticketmaster. Vamos a legislar al respecto”.
Tabatha lamenta que todos estos problemas a la hora de comprar un boleto hace cada vez más difícil disfrutar de un concierto. Después de que la cancelaran sus entradas sin devolverla su dinero, tuvo que comprar nuevos boletos, pero en una zona mucho peor porque ya no tenía dinero. Los compró para ir con una amiga, que en esos momentos estaba enferma y a la que quería dar una sorpresa cuando se recuperase. “Cuando se sienta mejor, la voy a sorprender”, recuerda pensar Tabatha. Desgraciadamente, su amiga falleció el 10 de julio. “Se me cayó el mundo encima, yo la quería mucho”, cuenta esta chica al otro lado del teléfono. “Y al final me dije: bueno, yo voy a vivir este concierto por las dos. Pero yo tenía miedo, y ese miedo a que mi boleto no funcionara no me dejaba disfrutar ni un momento en los días previos al concierto”.
“Cuando llegó el día, y ves a la gente llorando porque le han clonado el billete o porque le han vendido billetes falsos, es una sensación horrible. Yo venía temblando, nerviosa, me sudaban las manos. Para mí la vida siempre ha tenido música, desde niña mi papá escuchaba grandes bandas de rock, y es que los conciertos son maravillosos, empecé a ir a los 15 años y siempre me ha gustado mucho. Pero con esto que está pasando ahora, pienso en la gente que se esfuerza tanto para ir a un concierto, trabajan, saca préstamos, renta un Airbnb y luego llegan allí y no pueden entrar. Es horrible. Pensar que ahora no solo tienes que conseguir el dinero para ir, no es solo el desgaste monetario sino el desgaste emocional, las lágrimas, la ansiedad y el estrés de no saber si tu boleto es válido, es muy fuerte”.
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