Morena enseña sus cartas en el Congreso para afianzar la militarización de la Guardia Nacional
Adán Augusto López adelanta que se presentará una iniciativa preferente de López Obrador el próximo 1 de septiembre y delinea la estrategia del partido para evitar el bloqueo de la oposición: modificar solo leyes secundarias para no necesitar una mayoría calificada
Morena ha dado a conocer su estrategia legislativa para lograr que la Guardia Nacional dependa del Ejército. El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, ha anunciado que se presentará una iniciativa preferente de ...
Morena ha dado a conocer su estrategia legislativa para lograr que la Guardia Nacional dependa del Ejército. El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, ha anunciado que se presentará una iniciativa preferente de Andrés Manuel López Obrador el próximo 1 de septiembre, para que se discuta apenas inicie el periodo ordinario de sesiones del Congreso. El proyecto de ley ya no se tratará de una reforma constitucional y se enfocará en modificar solo leyes secundarias, un cambio determinante en el cálculo del número de votos necesarios para que se apruebe. Según lo expuesto por López, el partido del presidente solo requiere de una mayoría simple y no tendrá que buscar votos ni negociar con la oposición. El mensaje desde Palacio Nacional es claro: afianzar el mando militar de la Guardia y sortear cualquier obstáculo en el Legislativo para conseguirlo está en la parte más alta de su lista de prioridades.
“Sé que no será un debate fácil”, ha dicho este jueves el secretario de Gobernación en la reunión plenaria de legisladores de Morena, a una semana de que empiece el periodo ordinario de sesiones. La Guardia Nacional, creada durante los primeros meses de la Administración de López Obrador y que cuenta con más de 114.000 efectivos, está actualmente bajo mando militar, una disposición aprobada originalmente solo de forma transitoria. El presidente anunció el pasado 8 de agosto que su intención era que la corporación dependiera permanentemente de la Secretaría de la Defensa Nacional, lo que desató críticas por la apuesta de profundizar la militarización de las tareas de seguridad pública en el país, así como por dar más poder a las Fuerzas Armadas, uno de los actores más beneficiados durante su presidencia.
Antes de llegar a la silla presidencial, López Obrador se había pronunciado en contra de la militarización y había dicho que era necesario que los soldados volvieran a los cuarteles. El partido gobernante sabe que los cuestionamientos van a ir en ese sentido y se ha adelantado a defender que la decisión es crucial para afrontar la ola de violencia que azota al país desde hace casi 20 años. “Quienes no comparten este proyecto transformador lo primero que van a decir es: ‘van por la militarización”, ha atajado López.
“No es ese el objeto de la iniciativa del presidente”, ha declarado. “El propósito es dotar a este país de un cuerpo profesional de policía que sea capaz de garantizar la seguridad a todos”, ha agregado López. El secretario de Gobernación, hombre fuerte en el Gabinete y uno de los principales operadores políticos de López Obrador, ha dicho que “el Ejército ha evolucionado” y que ya no es la misma institución que ha sido señalada durante décadas por represión y violaciones a los derechos humanos.
La intervención de López también trazó la ruta legislativa del proyecto de ley. Se modificarán partes de la Ley orgánica de la Administración Pública Federal, de la Guardia Nacional, del Ejército y la Fuerza Aérea, así como la norma que rige los ascensos en las Fuerzas Armadas.
También llama la atención que se presente como iniciativa preferente, una atribución del Ejecutivo federal para que sus propuestas de reforma se discutan apenas se inaugure el periodo de sesiones por considerarlas “primordiales para la nación”. A principios de mes, López Obrador había adelantado que iba a otorgar el mando de la Guardia Nacional al Ejército por medio de un decreto presidencial para no tener que esperar a que pasara por la Cámara de Diputados y de Senadores.
El presidente está echando mano de todos los recursos provistos en la ley para conseguir ese cambio, calificado por Adán Augusto López como “un eje” del proyecto político del Ejecutivo. La decisión de ir por la ruta “de atrás”, la de las leyes secundarias, y no por una reforma constitucional, que requiere un umbral de dos tercios de los votos en el Congreso, también da cuenta de ese esfuerzo.
Adán Augusto López, uno de los aspirantes a la candidatura presidencial de Morena en 2024, fue recibido por los diputados morenistas al grito de “¡Presidente, presidente!” en el palacio legislativo de San Lázaro. “No son los tiempos para pensar en ese tema”, ha dicho el secretario. También ha descartado que existan fracturas internas por las ambiciones de otras figuras del partido como el titular de Exteriores, Marcelo Ebrard; la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el líder en el Senado, Ricardo Monreal.
El anuncio de López anticipa el próximo encontronazo de Morena con la oposición en el Congreso, previsto para los primeros días de septiembre. Por esas fechas, la Suprema Corte de Justicia de la Nación también analizará un proyecto para eliminar la prisión preventiva oficiosa, que ha supuesto otro choque entre el Ejecutivo y el Poder Judicial que tiene también en el centro del debate los derechos humanos y la gobernabilidad. La discusión marca el inicio del último tercio del sexenio de López Obrador y del tono presidencial para empujar sus prioridades de cara a la parte final de su mandato.
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