La mariposa monarca resiste al embate del cambio climático y la tala ilegal en México
Las autoridades mexicanas registran un aumento del 35% en las hectáreas de bosque que ocupa el insecto pese al avance de la deforestación en su área de reserva
El cambio climático que no da tregua, que expande sin compasión las plagas, que acrecenta las sequías. El uso indiscriminado de pesticidas como el glifosato, letal para los polinizadores. La tala ilegal que va diezmando poco a poco los bosques donde hibernan. Y frente a todo, el tenaz aleteo de la mariposa monarca, un insecto de unos 0,4 gramos capaz de recorrer más de 4.000 kilómetros en su migración desde Estados Unidos y Canadá hasta México. C...
El cambio climático que no da tregua, que expande sin compasión las plagas, que acrecenta las sequías. El uso indiscriminado de pesticidas como el glifosato, letal para los polinizadores. La tala ilegal que va diezmando poco a poco los bosques donde hibernan. Y frente a todo, el tenaz aleteo de la mariposa monarca, un insecto de unos 0,4 gramos capaz de recorrer más de 4.000 kilómetros en su migración desde Estados Unidos y Canadá hasta México. Capaz, también, de resistir a esas crecientes amenazas. Eso indica el último censo elaborado por las autoridades mexicanas y el World Wildlife Fund (WWF): en la última temporada de hibernación, entre finales de 2021 y principios de este año, las monarcas ocuparon 2,84 hectáreas de bosque en México, un 35% más que la temporada anterior.
Los números arrojan esperanza sobre el famoso fenómeno migratorio, que lleva en declive desde hace décadas. “Pero no debemos bajar la guardia porque sigue en riesgo”, alertó el director general de WWF en México, Jorge Rickards, durante la conferencia de prensa para anunciar el censo. El biólogo recordó que la meta establecida entre Estados Unidos, Canadá y México es que la mariposa monarca ocupe al menos seis hectáreas en sus bosques de hibernación en Michoacán y el Estado de México. Por ahora, los números no llegan ni a la mitad de ese objetivo. Desde que se inició el monitoreo conjunto entre las autoridades mexicanas y WWF hace 18 años, la tendencia ha ido drásticamente a la baja. El peor punto se registró en 2014, cuando las colonias de mariposas se desplomaron un 95% al ocupar apenas 0,67 hectáreas.
Aunque el cambio climático es hoy en día la principal amenaza que sufren las mariposas monarca, la deforestación de los bosques donde hiberna en México sigue en el punto de mira de quienes buscan preservarlas. El lepidóptero tiene la mala fortuna de que las montañas a las que llega cada invierno en México son ideales también para el cultivo de aguacate, conocido como el “oro verde” mexicano por el brutal aumento de su valor ante su creciente demanda a nivel mundial. El furor por plantar cada vez más y más de esos árboles frutales ha ido empujando la tala ilegal en los bosques donde se encuentra la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca. En la última temporada, las autoridades registraron una pérdida de cobertura forestal por tala clandestina en la reserva de 13,9 hectáreas, por encima de las 13,3 del año anterior.
La lucha contra la depredación de los bosques en el santuario más importante de la mariposa monarca, el de El Rosario, en Michoacán, le costó la vida en enero de 2020 al activista conocido como el guardián de las mariposas, Homero Gómez. El ambientalista había denunciado la tala clandestina en esos bosques, un negocio controlado por los carteles de la droga del país, como el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Gómez apareció muerto en un pozo artesanal de uso agrícola tras 16 días desaparecido y, más de dos años después, las autoridades no han avanzado en el caso. Pese a la pérdida del mayor defensor de ese santuario, El Rosario sigue recibiendo a la mayor colonia de mariposas de México, con 1,18 hectáreas ocupadas en la última temporada, según el informe revelado esta semana.
Mientras tanto, en otras zonas de la reserva de la monarca se han empezado a ver cada vez más movimientos armados en defensa de los bosques, como en Crescencio Morales, también en Michoacán, donde se creó una guardia forestal comunitaria de indígenas mazahuas para frenar la deforestación desbocada. Su lucha contra los talamontes parece estar surtiendo frutos: en la última temporada se detectó una pequeña colonia de mariposas de 0,003 hectáreas en esa comunidad, algo que no ocurría desde hacía casi veinte años, desde la temporada 2003-2004. Según la propia Comisión Nacional Forestal, el 70% de la madera que se comercializa en México es de procedencia ilícita, lo que pone presión sobre bosques bien conservados como los de la monarca.
Y a las amenazas añejas de tala ilegal se ha sumado un nuevo enemigo mucho más difuso, al que no se puede identificar claramente ni arrestar, pero también mucho más peligroso: el cambio climático. El aumento de las temperaturas, la sequía en los bosques, lo impredecible de las temporadas de lluvias: un conjunto de factores que ponen en riesgo al fenómeno migratorio de la mariposa monarca. Pero, según Gloria Tavera Alonso, directora de conservación para el desarrollo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), los números esperanzadores de este año parecen apuntar a que el pequeñísimo insecto está sabiendo adaptarse a la crítica situación: como si ya supieran que mayo iba a ser un mes extremadamente seco, este año migraron de regreso al norte mucho antes, a mediados de febrero, cuando ya había suficiente néctar en las flores. “Si se hubieran esperado a mediados de marzo les hubiera tocado la sequía extrema, casi nada de néctar, los huevos no se iban a desarrollar”, explicó Tavera. “Parece que están aprendiendo a adaptarse al cambio climático mejor que nosotros”.
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