López Obrador exhibe los avances de sus programas sociales en El Salvador y Honduras
El presidente mexicano insiste durante su gira por Centroamérica en pedir a EE UU más inversión para ensanchar los planes de cooperación y desarrollo destinados a responder a los retos migratorios
Hace dos años, México y El Salvador sellaron un primer acuerdo, la primera piedra del proyecto de cooperación y desarrollo para Centroamérica enfocado en intervenir sobre las causas estructurales de la migración, la gran apuesta de Andrés Manuel López Obrador. Fueron 30 millones de dólares para replicar en el país centroamericano dos proyectos sociales implantados antes en México con la promesa de crear 20.000 empleos. Dos años después, el presidente mexicano sacó pecho este viernes de los resultados en...
Hace dos años, México y El Salvador sellaron un primer acuerdo, la primera piedra del proyecto de cooperación y desarrollo para Centroamérica enfocado en intervenir sobre las causas estructurales de la migración, la gran apuesta de Andrés Manuel López Obrador. Fueron 30 millones de dólares para replicar en el país centroamericano dos proyectos sociales implantados antes en México con la promesa de crear 20.000 empleos. Dos años después, el presidente mexicano sacó pecho este viernes de los resultados en su visita a El Salvador y Honduras, paradas intermedias de su gira centroamericana. Para El Salvador anunció incluso una extensión del acuerdo para doblar la inversión y continuar con ambos programas.
“Fue un encuentro muy productivo”, ha dicho este viernes el presidente salvadoreño Nayib Bukele en la rueda de prensa conjunta desde la Casa Presidencial de San Salvador, la capital del país. El presidente mexicano comenzó haciendo un repaso de las conexiones históricas entre ambos países, desde los vínculos mayas y mexicas del pasado precolombino, hasta la guerra civil salvadoreña de los años ochenta y noventa, cuyos acuerdos de paz se firmaron en territorio mexicano. “Ahora los desafíos son distintos a la guerra”, recordó. “Ahora son la lucha contra la pobreza, la desigualdad, el desempleo y la marginación. Esas son las raíces profundas de las migraciones y otras desdichas”.
La palanca de intervención de México ha sido, a la espera de ensanchar un plan de cooperación y desarrollo más amplió con la colaboración de EE UU, trasladar sus propios programas sociales a suelo centroamericano. En la primera parada de la gira, en Guatemala, ya puso en valor la existencia de ambos proyectos, pero este viernes en El Salvador y Honduras ha hecho también una evaluación de sus resultados. El llamado Sembrando Vida, un plan de fomento de la agricultura y reforestación a base de subsidios, ha reportado beneficios a más de 20.000 pequeños agricultores entre ambos países, además de crear en El Salvador otros 21.000 empleos indirectos, según los datos presentados este viernes por el presidente mexicano.
Entre las conclusiones, López Obrador resaltó también los datos de una encuesta con los beneficiarios: el 55% reconoció haber pensado en migrar antes de empezar el proyecto. Una vez dentro del programa la cifra había bajado al 0,6%. El segundo de los programas implantados es el llamado Jóvenes Construyendo el Futuro, basado en becas a jóvenes para empezar a trabajar en empresas a cambio de 180 dólares mensuales. Más de 20.000 jóvenes salvadoreños y hondureños son parte ya del programa, según las cifras oficiales. “Estamos dando a los jóvenes posibilidad de estudiar y trabajar. Le estamos quitando el semillero a las bandas”, recalcó el presidente mexicano sobre el fenómeno de las pandillas, sobre el que el presidente salvadoreño ha lanzado una cruzada que ha incluido la declaración del estado de excepción y ha sido respondido con duras críticas por parte de organización internacionales de derechos humanos.
El encuentro en El Salvador y Honduras sirvió también, como sucedió un día antes en Guatemala, para insistir en los recados a EE UU. “Es también protagonista del fenómeno migratorio y ha de ser corrresponsable en encontrar una solución”, declaró López Obrador, que llegó a sugerir un “cambio en sus políticas migratorios para atender a las causas del problema”. México y EE UU han acelerado en las últimas semanas las negociaciones con el foco puesto en lograr una respuesta común a los retos migratorios en un contexto de aumento llegadas a la frontera. Pese a la sintonía reciente mostrada entre las partes, Washington mantiene de momento una doble agenda. Por un lado exige a México más control policial en sus fronteras, y por otro negocia los términos y montos de la financiación para los planes de desarrollo y cooperación.
“Espero que el Congreso estadounidense tome pronto la decisión de acelerar los 4.000 millones destinados para estos programas”, insistió López Obrador en relación a una partida presupuestaria pendiente desde los tiempos de Donald Trump en la Casa Blanca. La apuesta por intervenir sobre el terreno en las causas de la migración cuenta incluso con un proyecto más ambiciosos auspiciado por la CEPAL, el organismo económico para América Latina de la ONU. El año pasado, el organismo presentó un Plan Marshall para Centroamérica. De momento, el plan permanece estancado a la espera de resolver las diferencias sobre los métodos y los montos de inversión.
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