La misteriosa muerte de más de 100 perros en un vertedero de líquidos tóxicos en el Estado de México
Un depósito de desechos se convirtió en una trampa mortal para decenas de perros en lo más profundo del basurero de un municipio a orillas del volcán Popocatépetl
Alrededor de la laguna de lixiviados del municipio de Amecameca (Estado de México), donde más de un centenar de perros fueron encontrados muertos, otros de diferentes razas y tamaños rebuscan entre la basura con la esperanza de conseguir algo para comer. Ha pasado más de una semana desde que el Ayuntamiento informó del hallazgo de los cadáveres, muchos de ellos desintegrados, pero aún hay varias preguntas en el aire. Como los fuertes olores en las entrañas del basurero, cuánto tiempo llevaban ahí los cuerpos es solo una de las incógnitas que se desprenden de este extraño caso, que ha puesto el...
Alrededor de la laguna de lixiviados del municipio de Amecameca (Estado de México), donde más de un centenar de perros fueron encontrados muertos, otros de diferentes razas y tamaños rebuscan entre la basura con la esperanza de conseguir algo para comer. Ha pasado más de una semana desde que el Ayuntamiento informó del hallazgo de los cadáveres, muchos de ellos desintegrados, pero aún hay varias preguntas en el aire. Como los fuertes olores en las entrañas del basurero, cuánto tiempo llevaban ahí los cuerpos es solo una de las incógnitas que se desprenden de este extraño caso, que ha puesto el foco sobre la gestión de residuos y el control de la fauna urbana en un tiradero municipal de uno de los Estados con mayor crecimiento poblacional del país.
Al relleno sanitario de Amecameca, ubicado sobre el camino a San Pedro Nexapa, la comunidad más cercana al volcán Popocatépetl, nada más entran los camiones de la basura, los empleados, algunos pepenadores y muchos perros callejeros. Atraídos por el olor de los desechos, uno a uno, los canes bajaban a la laguna de lixiviados en busca de alimento y luego ya no podían salir, según explica el vocero del Municipio, Luis Ayala. “Los animales cayeron ahí porque la malla de protección estaba en malas condiciones, había algunos tramos caídos”, justifica.
Todos los perros muertos fueron encontrados por personal del área de Limpia de la nueva Administración municipal, que entró en funciones en enero pasado, indica Ayala. “No sabría decir si fue el mismo 2 de enero, pero en cuanto se supo de esa situación se dio aviso a la Procuraduría de Medio Ambiente del Estado de México (Propaem)”, afirma. Tres meses después del cambio en el Ayuntamiento, el pasado 15 de marzo, los empleados retiraron los cuerpos e instalaron una nueva reja alrededor de la laguna, según informó el Municipio en sus redes sociales. “No podíamos hacer ningún movimiento hasta que no se nos indicara que procedía”, argumenta el funcionario.
Mientras tanto, los cuerpos se seguían descomponiendo en lo más profundo del tiradero, pero Ayala no puede confirmar si más animales seguían quedando atrapados. “Incluso tampoco tenemos certeza de cuantos perros murieron ahí porque en algunos casos, al momento de jalarlos salían en pedazos los animales”, describe.
Luego, al menos 100 perros fueron enterrados en el mismo tiradero. “La Propaem nos dijo cómo sacar a los animales y enterrarlos con cal para evitar contaminación de los mismos lixiviados”, explica. Por su parte, la Fiscalía estatal no ha informado avances en la investigación que reportó el pasado 20 de marzo. “Esta institución inició la carpeta de investigación por denuncia de hechos, derivado de las notas difundidas en medios de comunicación y llevará a cabo indagatorias para poder esclarecer los hechos”, señala en un comunicado.
De color verdoso y altamente contaminante, la laguna de lixiviados recibe los desechos líquidos que atraviesan todo el tiradero y escurren por la parte baja de las montañas de basura. Según explica la especialista ambiental Violeta Lugo, estas lagunas son un fuerte caldo de basura fermentada de la que es común que varios tipos de animales se alimenten. “A los animales les gustan los lixiviados. Hemos visto perros, cabras, aves y hasta vacas alimentándose o tomando agua de allí”, comenta.
Lo que la experta considera más extraño es que tantos animales hayan muerto repentinamente en ese sitio. “Si los animales beben agua contaminada, los efectos los veríamos más bien de manera crónica porque la contaminación muchas veces se bioacumula dentro de los tejidos de los animales y no mueren poblaciones tan grandes a simple vista”, apunta. Si los perros fueron muriendo poco a poco, Ayala estima que pudo haber sido a causa de un plaguicida. “En tiempo de secas, estaríamos pensando en un lixiviado concentrado, por ejemplo, un herbicida de los que pueden alcanzar concentraciones letales, pero obviamente debería de existir alguna evidencia de desecho”, observa.
Por otro lado, la especialista advierte de que una población de 100 perros callejeros ya es un problema grave. “La fauna feral se acumula y puede acarrear muchas otras enfermedades, como rabia, parvovirus, moquillo, y muchos otros problemas ambientales”, expone. “Si no protegen adecuadamente los tiraderos, entra cualquier tipo de animal y ahí se reproduce y vive en las montañas de basura”, señala la investigadora que ha trabajado en proyectos de tratamiento de residuos en los vertederos de Atlacomulco y San Antonio La Isla, en Estado de México.
Cuando el rescatista Leonel Pérez, de la organización Somos su Voz, ha acudido a esterilizar perros al relleno sanitario, ha visto cómo los animales defecan hasta plástico. “El alimento ahí prácticamente es basura”, lamenta. Pérez también ha notado que muchos canes ingresan al tiradero con los pepenadores. “Llega mucha gente a recoger basura, pero no van con un perro, van con ocho o diez”, señala. Por lo que, han demandado al municipio que restrinja la entrada al tiradero y revise si los perros que ahí viven están esterilizados. “Si no esto nunca va a acabar”, comenta.
Tan solo esa asociación, en los últimos cinco años, ha llevado a cabo más de 700 esterilizaciones a perros de la calle en ese municipio, según estima Pérez. El activista destaca que los procedimientos han sido realizados con recursos propios obtenidos de eventos como bazares, ante la falta de acciones por parte de los gobiernos municipales. Además, reclama que no existe una unidad de protección animal, pese a la constante exigencia por parte de organizaciones locales. “Nos prometieron que nos iban a dar fechas para las esterilizaciones para perros de la calle, ya van dos campañas de esterilización que hacen y hasta la fecha no hemos recibido ninguna fecha”, denuncia.
La respuesta del Municipio está llena de buenas intenciones limitadas por el presupuesto que reciben. El portavoz reconoce que el manejo de la fauna urbana es un problema que tiene muchos años en Amecameca. “Controlar los animales callejeros es complicado en cualquier ciudad”, señala. “Es difícil saber de dónde vienen los perros, pueden ser de Amecameca o pueden venir de algún otro municipio. Los animales caminan buscando alimentos y pues algunos desafortunadamente llegaban al basurero y ahí se quedaban”, explica.
Pérez menciona que entre los vecinos se comenta que en ese tiradero también llega basura de otros municipios. También se dice que hay quienes envenenan a los perros, rumores que hace unos cuatro años se hicieron realidad. “En la administración pasada, se produjo un envenenamiento masivo en el centro de Amecameca”, cuenta el activista. “A mí me tocó ver cuando el camión de la basura, llegó y ya arriba, llevaba dos perros envenenados, se los llevaron al relleno y no quiero imaginarme donde los dejaron”, relata.
En el Estado más habitado del país, la sobrepoblación de fauna urbana es una problemática latente, según apunta Adriana Buenrostro, coordinadora político-legal de la organización Animal Heroes. Con alrededor de 17 millones de habitantes, más de 5 millones de perros han sido registrados como mascotas en el Estado de México, de acuerdo con el último censo del Inegi que en 2014 por primera vez contabilizó a los animales de compañía. “En todos estos años que han pasado, pues obviamente la población ha crecido”, advierte.
No obstante, la activista estima que ese número solamente representa un tercio de la realidad. “Sabemos que de 10 animales que existen en el país, dos o tres tienen un hogar, entonces realmente los números son bastante grandes”, lamenta.
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