Más de 15 días de silencio: una familia mexicana, separada por la invasión rusa de Ucrania

El padre de Margarita Escobedo no ha logrado comunicarse con la menor ni con su madre desde el inicio del conflicto

Héctor Escobedo, padre de Margarita Escobedo Berdyachevska, se encuentra afuera de la Embajada de Rusia en Ciudad de México.CORTESÍA

La última vez que el mexicano Héctor Escobedo supo algo de su hija Margarita, de dos años, fue el pasado 15 de febrero. La menor y su madre, Anastasiia Berdyachevska, residen en Járkov, la segunda ciudad más poblada de Ucrania y una de las que más ha sufrido los embates de la invasión rusa. Desde el inicio de las ofensivas orquestadas por el Kremlin el 24 de febrero, el mexicano ha intentado desesperadamente localizarlas, aunque hasta ahora no ha logrado saber nada de ellas....

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La última vez que el mexicano Héctor Escobedo supo algo de su hija Margarita, de dos años, fue el pasado 15 de febrero. La menor y su madre, Anastasiia Berdyachevska, residen en Járkov, la segunda ciudad más poblada de Ucrania y una de las que más ha sufrido los embates de la invasión rusa. Desde el inicio de las ofensivas orquestadas por el Kremlin el 24 de febrero, el mexicano ha intentado desesperadamente localizarlas, aunque hasta ahora no ha logrado saber nada de ellas. “En Járkov ya no hay energía eléctrica y pronto van a perder todas las comunicaciones, entonces, tenemos que actuar con velocidad para poder encontrarlas”, ha dicho el padre de la menor a EL PAÍS.

Margarita nació el 10 de septiembre de 2019 en Ciudad de México. Un año después, su madre decidió llevarla a Járkov, su ciudad natal, para que sus padres pudiesen conocerla. Al poco tiempo de estar en este poblado, Berdyachevska tomó la decisión de instalarse definitivamente ahí. Desde mediados de 2020, Escobedo, quien trabaja en México como agente inmobiliario, se comunicaba semanalmente con Margarita y con Berdyachevska, sin embargo, a partir de una discusión hace 15 días, la madre de la niña dejó de contestarle.

Escobedo ha solicitado la ayuda de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), que a través de la Dirección General de Protección a Mexicanos en el Exterior, también ha intentado localizar a la menor y a su madre. Las embajadas de México en Kiev y en Varsovia, la capital de Polonia y uno de los principales destinos de las personas que buscan asilo, ya han sido notificadas sobre su desaparición, sin embargo, hasta el momento no han logrado saber nada de ellas. La madre de Anastasiia, Natalia Berdychevska, también residente de Járkov, tampoco ha podido ser localizada. “He buscado insistentemente a la abuela de mi hija, pero, tampoco he obtenido respuesta de ella. Varias amistades en México, Polonia, Ucrania y República Checa han intentado comunicarse con ellas, y hasta ahora nadie ha logrado localizarlas”, comenta el agente inmobiliario.

El padre de la menor afirma que está dispuesto a viajar a Járkov para buscar a su hija. La SRE ha intentado disuadirlo y le ha pedido que evalúe los riesgos de realizar la búsqueda directamente en territorio ucranio o polaco, aunque Escobedo asegura que está dispuesto a “ir al fin del mundo” para encontrar a Margarita. “Yo había escuchado de la guerra en noticieros, televisión y periódicos, siempre de lejos, sin embargo, ahora que me está afectando directamente, es una situación terrible. Estoy desesperado, es muy desgastante. Tengo que tomar acciones para salvaguardar a mi hija y a su madre. Es muy triste y duele mucho, pero no me puedo quedar con los brazos cruzados, tengo que actuar y resolver esto”, explica.

Járkov —la ciudad en la que residen Margarita y su madre— es clave para el Kremlin porque supondría el control de la frontera noreste de Ucrania y por ende está bajo el asedio de las tropas rusas desde la semana pasada: solo en las últimas 24 horas, los ataques en Járkov han dejado 21 muertos, según las cifras del Servicio Ucranio de Emergencias. Esta es la primera vez que los militares rusos atacan vía aérea el centro de esta población. Anteriormente, el gobernador regional, Oleg Sinegubov, había informado de bombardeos en las zonas residenciales.

El pasado 28 de febrero, un avión 737 de las Fuerzas Armadas mexicanas aterrizó en Bucarest, capital de Rumania, uno de los países aledaños a la zona de conflicto. Se espera que esta aeronave pueda repatriar a la mayor cantidad de connacionales posible. También se baraja la posibilidad de facilitar el regreso a ciudadanos de otros países latinoamericanos que han escapado de la invasión rusa. Previo al estallido del conflicto la semana pasada, se había registrado la presencia de al menos 225 ciudadanos mexicanos en territorio ucranio. De acuerdo con la Cancillería, hay grupos de mexicanos que ya han logrado instalarse en Polonia y en Rumania.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país

Más información

Archivado En