Estados Unidos condena a 10 años a un excomandante de la policía federal mexicano
Iván Reyes Arzate, colaborador del exsecretario de Seguridad Genaro García Luna, se declaró en octubre culpable de haber colaborado con el narco mientras simulaba un combate al crimen organizado con la DEA
Un juez federal de Estados Unidos ha condenado a 10 años de prisión al excomandante de la policía federal mexicana, Iván Reyes Arzate. El exagente, apodado La Reina, confesó en octubre haber colaborado con el narcotráfico mientras simulaba —e incluso recibía condecoraciones internacionales— combatir al crimen organizado junto a la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA). Arzate trabajó un tiempo bajo las órdenes del entonces secretario de Seguridad Genaro García Luna, procesado y pendiente de juicio por corrupción y crimen organizado. La sentencia ha incluido que se sumen los dos...
Un juez federal de Estados Unidos ha condenado a 10 años de prisión al excomandante de la policía federal mexicana, Iván Reyes Arzate. El exagente, apodado La Reina, confesó en octubre haber colaborado con el narcotráfico mientras simulaba —e incluso recibía condecoraciones internacionales— combatir al crimen organizado junto a la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA). Arzate trabajó un tiempo bajo las órdenes del entonces secretario de Seguridad Genaro García Luna, procesado y pendiente de juicio por corrupción y crimen organizado. La sentencia ha incluido que se sumen los dos años que lleva ya en prisión por su proceso, de manera que enfrentará solo ocho más entre rejas.
En el juicio de este miércoles se ha desvelado que Reyes recibió al menos tres millones de dólares a cambio de informar sobre las investigaciones conjuntas estadounidenses y mexicanas a un grupo llamado El Seguimiento 39, asociado con el Cartel de Sinaloa. En octubre, él mismo reconoció un soborno de 290.000. La inculpación del expolicía abrió entonces la puerta a una colaboración con los fiscales y complica aún más el futuro García Luna, el exsecretario de Seguridad y señor de la guerra contra las drogas durante el Gobierno de Felipe Calderón (de 2006 a 2012). El juicio contra García Luna está previsto que comience en octubre de este año, después de meses de aplazamientos por la pandemia.
Aunque la posible colaboración de Reyes con la justicia estadounidense para agregar evidencias en el caso de García Luna no la han confirmado las autoridades, la pena a la que ha sido sentenciada levanta las sospechas sobre un posible acuerdo. Diez años de prisión está muy por debajo de las penas que se establecen para este tipo de delitos de narcotráfico y en su caso, agravados por su cargo en la policía: las condenas habituales rondan entre los 21 y 27 años de cárcel.
El juez federal que ha sentenciado a Reyes, Brian Cogan, es el mismo que trata el de García Luna y también el que condenó a cadena perpetua en 2019 a Joaquín El Chapo Guzmán en lo que la prensa denominó “el juicio del siglo”. En ese mismo juzgado de Nueva York fue donde sonó públicamente el nombre de García Luna por primera vez durante el proceso contra El Chapo. El hermano de Ismael El Mayo Zambada —el histórico líder de Sinaloa—, Jesús El Rey Zambada, socio de Guzmán, declaró en una audiencia en febrero del 2018 que el Cartel de Sinaloa había sobornado con pagos millonarios a García Luna al menos en dos ocasiones. Detenido en diciembre de 2019 en Texas, el zar antidrogas de Calderón está acusado de ser el brazo del Gobierno que facilitó al cartel más poderoso del mundo operar con impunidad en México, incluyendo los cargos de distribución y posesión de cocaína, además de declaraciones falsas ante agentes del Servicio de Aduanas e Inmigración.
Reyes formaba parte desde 2003 de la Unidad de Investigaciones Especiales de la Policía Federal, el área dedicada a combatir al crimen organizado en estrecha colaboración con los agentes de la DEA, la agencia antidrogas estadounidense. En 2008, Reyes fue ascendido a responsable del departamento, convirtiéndose así en uno de los hombres de máxima confianza de García Luna, que había sido nombrado dos años antes secretario de Seguridad por Calderón para encabezar una estrategia contra al narcotráfico que pasaba por la salida masiva de los militares de los cuarteles para patrullar las calles mexicanas.
Reyes Arzate lleva preso en Estados Unidos desde 2017. Fue sentenciado en 2018 a tres años de cárcel por otro juzgado de Chicago por obstrucción a la justicia. Pero en enero del año pasado, cuando estaba a punto de cumplir su condena, la corte de Nueva York volvió a acusarlo de más cargos relacionados con narcotráfico y atrajo su caso.“Mientras Reyes dirigía la unidad especial de la Policía federal mexicana y trabajaba conjuntamente con los agentes de la DEA, se estaba reuniendo también con los líderes de los carteles”, rezaba la nota del Departamento de Justicia.
Con la sentencia de Reyes, la justicia estadounidense lo ha considerado un traidor de la Santísima Trinidad del combate al narco: presuntamente conspiró contra la Agencia antinarcóticos de Estados Unidos (DEA), el FBI y el ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas, por sus siglas en inglés). “Al aceptar miles de dólares de sobornos a cambio de información, Reyes Arzate forjó una alianza con los traficantes de droga y traicionó, no solo al pueblo de México, sino a los agentes estadounidenses con los que trabajaba poniendo en riesgo sus vidas”, apuntaba el fiscal Breon Peace.
En una carta que leyó frente al juez, Reyes Arzate se definió como “un hombre que no huye de sus responsabilidades” y resaltó que “se vino a entregar pese a que otros le recomendaban que no lo hiciera”. El fiscal Ryan Harris, presente en la audiencia, se quejó de la dificultad de trabajar con policías locales en países tomados por el narcotráfico: “Es muy fácil que acepten sobornos de los cárteles”.
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