Detenido Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, el antiguo líder priista y zar de la basura en Ciudad de México
Una orden de captura perseguía al cacique desde el pasado marzo por trata de personas con fines de explotación sexual
El antiguo dirigente priista de la Ciudad de México, también conocido como el zar de la basura, ha pasado la noche arrestado. Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, uno de los grandes caciques de la capital mexicana, ha sido detenido bajo acusaciones de trata de personas con fines de explotación sexual, según la Fiscalía de la Ciudad. En marzo, justo cuando planeaba su regreso a la política en el PRI, donde sigue extendiendo tentáculos, un juez frustró sus planes dictando una orden de busca y captura contra él. Los agentes lo arrestaron la noche de este miércoles en la alcaldía de Tlalpan.
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El antiguo dirigente priista de la Ciudad de México, también conocido como el zar de la basura, ha pasado la noche arrestado. Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, uno de los grandes caciques de la capital mexicana, ha sido detenido bajo acusaciones de trata de personas con fines de explotación sexual, según la Fiscalía de la Ciudad. En marzo, justo cuando planeaba su regreso a la política en el PRI, donde sigue extendiendo tentáculos, un juez frustró sus planes dictando una orden de busca y captura contra él. Los agentes lo arrestaron la noche de este miércoles en la alcaldía de Tlalpan.
En 2003, el diario Reforma hizo la primera investigación contra él, en la que le desvelaba los manejos del entonces presidente del PRI en Ciudad de México. Contrataba a mujeres entre 18 y 32 años como azafatas y mantenía con ellas relaciones sexuales. Las reclutaba mediante anuncios periodísticos en los que requería “personal femenino que labore en oficinas gubernamentales, con disponibilidad de horario” y las obligaba a practicar sexo con él. En 2013, la periodista Carmen Aristegui completó las acusaciones en una rigurosa investigación. El escándalo lo apartó de la política, pero no de la basura. Y la justicia, más lenta aún, no lo acorraló hasta el pasado marzo.
Cuauhtémoc Gutiérrez nació en 1968, hijo de un mafioso que se hizo el rey de los pepenadores, los que recolectan y seleccionan las basuras en la Ciudad de México, un negocio lucrativo que suele manejarse en modo de cacicazgo. La ciudad genera más de 12.000 toneladas de basura diaria. Y algunas de las dependencias donde se reunían los recolectores de las basuras eran utilizadas por los dirigentes priistas para exponer sus programas políticos, o iban a los tiraderos a cielo abierto para dar mítines, prueba del poder que acumulaba Gutiérrez Moreno. En cada zona, un capitán de la red mafiosa recibía fajos de billetes de cada uno de los camiones que recolectaban los desechos, guardaba un 10% y a final de mes entregaba el resto a la Subdelegación de Obras y Servicios. Así lo constató Héctor Castillo, doctor en Sociología por la UNAM, quien hizo una exhaustiva investigación en este terreno, infiltrado en 1977 durante un tiempo como pepenador en uno de los camiones de la basura.
La familia Gutiérrez amasó una enorme fortuna con los desechos urbanos y el ahora detenido estudió Derecho y a los 14 años entró en el PRI, un partido que financiaba el padre, según los rumores que circulaban por la ciudad y que le hizo diputado por este partido. El hijo siguió todos los pasos de su progenitor, quien presumía de haber tenido 56 hijos. Fue asesinado por encargo de su compañera, Martha García: un sicario le asestó tres balazos. “Era un degenerado, mafioso y violador”, declaró la mujer en su día.
Como en la política y en la violencia sexual, el hijo también se hizo cargo del negocio de las basuras. Hasta que la justicia, finalmente, dio el paso definitivo. Todos los citadinos tienen en su cabeza la imagen de este hombre de cabello repeinado y perilla, una mole de kilos donde el saco no conseguía acomodarse del todo. Cuando los medios de comunicación sacaron a la luz lo que muchos ya sabían, negó todas las acusaciones: “Es un invento que hicieron ustedes desde hace como 12 años. Falso de toda falsedad”, dijo. El PRI de la época, sin embargo, ratificó su “compromiso con la legalidad” y reprobó “cualquier conducta que atente contra la libertad y la dignidad de las personas”.
En esta ocasión, los delitos de trata de personas en las modalidades de explotación sexual agravada en grado de tentativa, publicidad engañosa y asociación delictuosa, han acabado con él en las dependencias de la Fiscalía. Claudia Priscila N, colaboradora del exdirigente político está en prisión por la publicación de anuncios engañosos con ofertas de trabajo para mujeres en las oficinas del viejo partido institucional. Se les ofrecía entre 8.000 y 14.000 pesos mensuales por lo que luego se reveló que eran exigencias sexuales de toda clase. Las acusaciones y búsqueda policial alcanzaban a otros cuatro reclutadores de la red de prostitución orquestada en el interior del partido.
La investigación incluyó la congelación de las cuentas del acusado, a cargo de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) dirigida por el ahora dimitido Santiago Nieto. En la web de noticias de Carmen Aristegui se menciona la forma chulesca en que el otrora poderoso líder se dirigía a la presidenta de la comisión de justicia: “¿No sabe quién soy yo? Porque me está haciendo esperar”.
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