México recibe las primeras 200.000 dosis de la vacuna china de Sinovac
La Coronavac fue la última en sumarse al portafolio del país y se utilizará para avanzar en la inmunización de adultos mayores
Un nuevo embarque de vacunas contra el coronavirus ha llegado a México desde China. El país ha recibido este sábado por la mañana las primeras 200.000 dosis de Sinovac, la última opción que sumó el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador a su portafolio contra la pandemia. Las autoridades sanitari...
Un nuevo embarque de vacunas contra el coronavirus ha llegado a México desde China. El país ha recibido este sábado por la mañana las primeras 200.000 dosis de Sinovac, la última opción que sumó el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador a su portafolio contra la pandemia. Las autoridades sanitarias tienen previsto utilizar este lote para avanzar en la inmunizar de personas mayores de 60 años, tras arrancar con la campaña de vacunación masiva esta semana. “Es un proceso que empieza siempre con dotaciones pequeñas, pero que estaremos incrementando semana a semana hasta llegar a recibir millones de dosis de diferentes vacunas”, ha señalado Martha Delgado, subsecretaria de Asuntos Multilaterales.
La vacuna de Sinovac, que usa el nombre comercial de Coronavac, es la tercera que se aplicará en México, después de la llegada de dosis de Pfizer en diciembre y de los primeros viales de AstraZeneca el pasado domingo. Delgado dijo en entrevista con EL PAÍS la semana pasada que hay un contrato de intención de compra para 10 millones de dosis, firmado este año. “Somos el único país que cuenta con dos vacunas de China en su territorio”, ha agregado la funcionaria, en referencia al trato que también existe para la vacuna de CanSino, una de las principales apuestas de México al requerir de solo una aplicación. El país ya recibió un primer embarque hace dos semanas con la sustancia activa de CanSino, pero aún debe envasarse para empezar a distribuirse.
De todos los punteros en la carrera por la vacuna, la Coronavac es la que usa la tecnología más tradicional. Es una vacuna de virus inactivo, similar a la que se desarrolló en el pasado contra la polio o la hepatitis A. En este caso, los desarrolladores inyectaron el coronavirus en células de riñón de mono y lo trataron con químicos para que dejara de replicarse. Esos virus inactivos se inoculan al paciente para que empiece a generar anticuerpos contra la covid-19. Necesita dos aplicaciones. Estas características tienen implicaciones en la logística del reparto. No necesita, por ejemplo, de una red de ultracongelación para su distribución. La vacuna de Sinovac está pensada para aplicarse en una primera etapa en zonas urbanas marginadas, han dicho las autoridades.
La vacuna de Sinovac se aprobó para su uso de emergencia el pasado 9 de febrero, aunque el anuncio vino un día después. Se hizo al paralelo que la autorización que recibió CanSino, que hizo ensayos clínicos en México. La Coronavac se probó en Brasil, Indonesia, Turquía y Chile. La cooperación con el Gobierno de Sebastián Piñera fue clave para que llegara esta vacuna a México: desde enero hubo pláticas para compartir la información técnica que facilitara la aprobación de los reguladores sanitarios. El expediente chileno fue el mismo que utilizó la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
El principal problema que ha enfrentado la Coronavac ha sido las dudas sobre su efectividad contra el virus. En Turquía, datos preliminares le daban un 91,25% de eficacia. En Indonesia, en cambio, solo un 65,3%. En Brasil informaron primero de un 78% de efectividad, pero el pasado enero ese porcentaje bajó hasta un 50,4% después de incluir los datos de más participantes, apenas por encima del 50% que exige la OMS para las vacunas contra el coronavirus. “Mi principal preocupación es la efectividad”, señala Roselyn Lemus-Martin, doctora en Biología molecular y celular por la Universidad de Oxford, “está en el límite”.
“En el último año hemos sido testigos de la cooperación y la solidaridad entre ambos países frente a la covid-19”, ha dicho Zhu Qingqiao, el embajador chino, en la ceremonia de recepción, a pie de pista en el Aeropuerto Benito Juárez de la capital. China estableció desde abril pasado un puente aéreo con México para enviar materiales y equipo médico. Mientras el año pasado los envíos se centraban en ventiladores, el foco en 2021 se ha movido hacia las vacunas. Está previsto que 1,8 millones de vacunas de Sinovac se reciban en marzo, que se sumarán a otras dosis de CanSino. “Van a venir muchos retos y más oportunidades de cooperación con China”, ha dicho Delgado. Este fin de semana, el Gobierno también espera el primer embarque de la Sputnik V desde Rusia.
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