Raúl Padilla | Presidente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara

“La FIL iba a cerrar con déficit este año aunque la hubiéramos celebrado presencialmente”

El presidente de la mayor cita del libro en español calcula en 30 millones de pesos el golpe económico al trasladarse al formato digital este año

Raúl Padilla López, presidente de la FIL.Natalia Fregoso

Como el resto de eventos culturales de este año, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) se ha visto obligada a trasladar su programa al mundo virtual. La mayor cita editorial en español del mundo es un transatlántico que el año pasado convocó a más 800.000 visitantes, 800 autores de más de 35 países y casi 20.000 p...

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Como el resto de eventos culturales de este año, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) se ha visto obligada a trasladar su programa al mundo virtual. La mayor cita editorial en español del mundo es un transatlántico que el año pasado convocó a más 800.000 visitantes, 800 autores de más de 35 países y casi 20.000 profesionales del libro. Para su 34 edición —que se celebrará del 28 de noviembre al 2 de diciembre— convertirán su web y sus redes sociales en el nuevo escenario de sus actividades digitales, cuyo programa se presentará a finales de este mes. Sin los ingresos habituales de público, profesionales y alquiler de expositores, su presidente Raúl Padilla (Guadalajara, 66 años) reconoce que las pérdidas rondarán los 30 millones de pesos (alrededor de 1,5 millones de dólares), que esperan compensar ya el año que viene gracias a los beneficios obtenidos en ediciones anteriores. Su presidente y fundador confía también en “satisfacer las mínimas expectativas que se esperan de la FIL este año” y que sirva “básicamente de aliento para relanzar la feria en la próxima edición”.

Pregunta. ¿Qué significa tanto en términos editoriales como económicos el traslado al formato digital?

Respuesta. No va a ser lo mismo pero vamos a mantener lo esencial de nuestra programación. Es un hecho que no se van a dar las transacciones ni las ventas que suelen darse en nuestra feria, pero creo que estamos conservando lo esencial. Va a haber muchas presentaciones de novedades, va a continuar el programa académico y de ciencia, así como los encuentros entre profesionales, que ya se están registrando. Esto nos va a permitir que haya los suficientes movimientos en el ámbito de negocios a pesar de hacerlo solo de manera virtual.

P. ¿Tienen ya cifras de los profesionales registrados para poder comparar el volumen de inscritos en formato digital con respecto el año pasado? La feria de Fráncfort, por ejemplo, ha anunciado una caída importante para su edición de este año.

R. Sí cae porque obviamente por más bondades que tenga el formato virtual, no es lo mismo. Solemos tener más de 20.000 profesionales cada año. Para esta edición se han registrado de momento poco más de 3.000, que creemos que es una cantidad importante para ser un formato virtual. Va a haber agentes, distribuidores y editores que van a estar concurriendo en estas sesiones en las plataformas digitales y que van a permitir que se lleve a cabo la actividad esencial.

P. ¿Cuál su previsión para el impacto económico?

R. Ya estábamos resignados a que este año la feria iba a tener un déficit aunque lo hubiéramos llevado a cabo presencialmente. Van a ser unos 30 millones de pesos. Si lo hubiéramos llevado a cabo presencialmente hubiera sido de unos 14 o 16 millones [unos 750.000 dólares]. Hay costos que siguen fijos como la presencia de un número importante de escritores o los costos de mantener la operadora y personal que trabaja todo el año (unos 70 trabajadores) y que no podemos despedir. La feria es totalmente autofinanciable, se organiza con los recursos que generamos producto de la renta de los espacios, los patrocinios, los ingresos de entrada y las inscripciones de los profesionales. Desde la sexta edición, tenemos año tras año remanentes, que se destinaban a actividades de promoción. Esos remanentes, entre 12 y 16 millones cada año, se van a dedicar ahora a recuperar el déficit de esta edición.

P. ¿Cómo se han comportado los patrocinadores públicos estos dos años de fuerte ahorro en la Administración?

R. La feria opera con términos de mercado, pero tiene un número importante de patrocinios privados y auspicios públicos, que son apoyos gubernamentales, tanto a nivel federal, estatal y municipal. El federal ya sabíamos que no íbamos a contar con él porque esta administración está cortando todo. Pero mantenemos los auspicios locales y estatales. Y mantenemos varios de los patrocinios privados a pesar de que transitamos al formato digital.

P. Penguin Random House anunció en julio que no participaría en una cita presencial. ¿Participarán todas las editoriales en el formato virtual?

R. Estarán prácticamente todas, incluyendo Random House, que había cancelado por una decisión de su matriz, que canceló todas las ferias y presentaciones de libros de manera presencial. Pero varias editoriales internacionales se mantuvieron y lo sobresaliente es que la industria nacional que se mantuvo hasta el final. Vamos a satisfacer las mínimas expectativas que se esperan de la FIL, en esta ocasión de manera virtual, y esperamos que sirva básicamente de aliento para relanzar la feria en la próxima edición.

P. ¿Qué lecciones están sacando de esta crisis? Hay directores de otra ferias que han dicho que lo digital ha llegado para quedarse.

R. La FIL fue una pionera. A mediados de los noventa empezamos a tener eventos muy emblemáticos de manera digital, como la entrega del premio a Alberto Roa Bastos, que por problemas de salud no pudo viajar desde Paraguay. Pero el gran atractivo de nuestras feria es la presencia, los eventos y esa enorme exposición de títulos, más 450.000 en exhibición. El traslado al formato digital va a ser muy digno e incluso vamos a innovar en algunos formatos. Vamos a intentar que muestren el ambiente de la feria.

P. La Feria de Buenos Aires hizo una alianza con las editoriales locales para potenciar la venta de libros online.

R. Una de las inversiones más importantes de este año precisamente obedece a este propósito. Estamos trabajando con las editoriales para generar un sistema ágil para poder ofertar libros a los asistentes. Toda la oferta, que suele estar en la feria, estará en nuestra plataforma para que puedan adquirirla vía digital a través de las editoriales o compras físicas mediante sistemas de envío eficiente.


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