El oficialismo de Boric salva los muebles en las elecciones de gobernadores con triunfos en regiones claves
La izquierda y la centroizquierda se quedan con ocho de los 16 territorios, la derecha con seis y los independientes puros con dos, ambos arropados por las coaliciones del Gobierno chileno
El oficialismo de Gabriel Boric ha logrado sacar cuentas alegres este domingo tras la segunda vuelta de gobernadores, donde consiguió victorias en territorios clave, como Valparaíso y la Región Metropolitana de Santiago (RM), aunque el gobernador reelecto de la centroizquierda Claudio Orrego se presentó como independiente puro. De las 16 regiones, la izquierda y la centroizquierda se quedaron con ocho —seis de ellos independientes dentro del pacto—, y la derecha con seis. La oposición, de todas formas, consiguió sacudirse el pésimo resultado de los últimos comicios de este tipo, cuando en 2021 solo obtuvo un triunfo. El balotaje es una bocanada de aire para la Administración de izquierdas, que se vio superada por la derecha tradicional de Chile Vamos en las municipales de finales de octubre.
El Partido Republicano, de la derecha dura, que compitió en paralelo a Chile Vamos -el conglomerado de la derecha tradicional-, llevó 14 candidatos a gobernadores y no ganó en ningún territorio. Dos de ellos pasaron a segunda vuelta, pero perdieron. La Democracia Cristiana, un partido de la centroizquierda que no forma parte del oficialismo, pasó de tener cuatro gobernaciones a ninguna. Otra particularidad de estos comicios es que los 16 gobernadores electos son hombres.
A pesar de que cinco gobernadores fueron electos en la primera vuelta, más de un 90% de los electores estaban convocados a las urnas obligatoriamente, ya que los territorios en disputa concentraban a la mayoría de la población. Las más habitadas, la RM y Valparaíso, donde viven más de 10 millones de chilenos, un poco más de la mitad del total nacional, quedaron en manos del oficialismo. En Valparaíso arrasó el actual gobernador Rodrigo Mundaca (62%), del Frente Amplio de Boric, por sobre María José Hoffmann (37%), la exdirigenta de la Unión Demócrata Independiente (UDI), de la derecha tradicional. En la tercera región más poblada, la del Biobío, Sergio Giacaman, de la derecha tradicional, obtuvo una contundente victoria sobre el diputado Alejandro Navarro, por Regiones Verde Liberales, una opción de izquierda que no logró el apoyo de todo el oficialismo.
Con el triunfo de Claudio Orrego sobre el abogado y panelista del programa de televisión Sin Filtro, Francisco Orrego, arropado por la oposición, la gobernación quedó en manos de la centroizquierda y la alcaldía de Santiago en las de la derecha, con el exoficial de Carabineros y abogado, Mario Desbordes. Esta contienda se siguió con especial atención, no solo por los cinco millones de votos en juego en la capital chilena, sino que también enfrentaba dos estilos distintos de hacer política: la tradicional, representada por el ganador, y una disruptiva y confrontacional, encarnada en el perdedor. En su discurso de victoria, el gobernador reelecto remarcó: “Hoy ha ganado la moderación por sobre la polarización, la cooperación por sobre la confrontación y el diálogo por sobre el insulto. Tenemos que aprender a trabajar entre todos”.
El presidente Boric, que siguió los resultados con su comité político en La Moneda, ofreció un discurso a las afueras del palacio presidencial antes de las 21.00 horas, donde destacó que la ciudadanía eligió liderazgos “capaces de ofrecer respuestas concretas a sus problemas fundadas en la experiencia y en el trabajo en terreno”. “Ganó el diálogo como forma de hacer avanzar las regiones y perdió la política de la agresividad, de la polarización y de los discursos de odio”, añadió.
Un sector de la derecha intentó instalar la idea de esta elección era un plebiscito al Gobierno de Boric, lo que en parte de la oposición no era del todo aceptado porque si les iba mal, se podía interpretar como un espaldarazo a la actual Administración. La izquierda, que arrasó cuatro años atrás en las votaciones regionales, consiguió en esta elección de gobernadores salvar los muebles, luego de que en las municipales del 26 y 27 de octubre los chilenos se inclinaran por Chile Vamos, la coalición de la derecha tradicional, (122 alcaldes electos), respecto del oficialismo de izquierdas (111). Los resultados de las elecciones de medio término son un termómetro clave para medir la fuerza de los partidos políticos en la antesala de las elecciones parlamentarias y presidenciales de fines de 2025.
Una de las conclusiones de los analistas sobre los cargos electos en los comicios locales es que el camino a La Moneda para el periodo 2026-2030 está abierto para ambos sectores, a pesar de que la figura de la derecha tradicional, la alcaldesa de la UDI Evelyn Matthei, encabeza todos los sondeos hace más de un año y la izquierda no ha definido su candidatura y los nombres que menciona la ciudadanía de manera espontánea en las encuestas no superan los tres puntos.