Teresa Paneque, astrónoma: “Mi ídolo en la ciencia no es Marie Curie. Son mis profesoras”
La científica se ha hecho de un nombre en Chile por su misión de acercar la astronomía a las personas y, en especial, a los niños. En julio será una de las invitadas que acompañarán al presidente Boric en su gira por Europa
Para Teresa Paneque (26 años, Madrid) astrónoma y divulgadora científica chilena, la diferencia horaria entre Chile y Países Bajos —el país europeo le lleva seis horas por delante al sudamericano— le acomoda. Así ella, estudiante de doctorado en la Universidad de Leiden, puede complementar sus investigaciones sobre el proceso de formación de los planetas con la creación de contenido para sus redes sociales que acumulan 337.000 seguidores en Instagram (@terepaneque) y videos que suman más de 600.000 reproducciones en TikTok. Sus mañanas y tardes son de estudios, las noches para grabar videos, responder mensajes y conceder entrevistas.
Es un ritmo de locos por el que ella navega y, por cierto, disfruta: “Yo creo que no es tan saludable. Me gustaría tener un ritmo normal, pero al mismo tiempo sé que me gusta hacer cosas de distintas áreas”. Acaba de terminar su tesis y espera que en septiembre ya pueda ser doctora. En unos meses comienza sus estudios de posdoctorado en la Universidad de Michigan: se ganó la beca 51 Pegasi b Fellowship, siendo la primera chilena en adjudicársela. Le ofrecieron también otras dos: la NASA Hubble Fellowship y la Jansky Fellowship.
En Chile se ha hecho de un nombre por su trabajo de acercar la astronomía a las personas y, especialmente, a los niños. En sus videos se le puede ver, siempre sonriente, respondiendo preguntas sobre los misterios del universo: qué ocurre en los agujeros negros, por qué las auroras boreales son de esos colores, los secretos de Júpiter. Ha escrito tres libros de su serie El universo según Carlota (Editorial Planeta), donde la protagonista, en principio sin mucho interés por conocer lo que ocurre más allá del planeta Tierra, incursiona y queda fascinada con el espacio. “Carlota es una niña que es artista y no tiene una pasión de ser astrónoma. De hecho, en el primer libro es alguien que detesta las ciencias, pero que le ocurren cosas que hace que vaya aprendiendo sobre temas astronómicos (...) Tenemos que dejar de pensar que la ciencia es solamente para cierto tipo de niño o niña, para cierto tipo de perfil que quiere ser científico o científica. La ciencia es para cualquier persona y eso es lo que demuestra Carlota”. Ahora está escribiendo su cuarto libro de la saga que espera publicar en octubre. “Siempre he dicho que Carlota es de lo que estoy más orgullosa”, comenta la autora que ha vendido más de 25.000 ejemplares.
Por su activismo, en noviembre de 2023 se convirtió en la primera mujer en ser embajadora de Unicef en Chile. Junto a la organización lanzó recientemente Abecedario Astronómico, un libro para niños que explica conceptos del espacio. También el Gobierno chileno ha puesto sus ojos sobre ella: será una de las 40 personas que acompañarán al presidente Gabriel Boric en su gira por Europa en julio, donde visitará el Observatorio Austral Europeo (ESO, por sus siglas en inglés) en Alemania, donde Paneque pasó cuatro años de su doctorado. “Al ver que tantos de los invitados proceden del mundo de la academia, se nota claramente que hay un foco científico tecnológico y un interés por el desarrollo de la ciencia en el país”, asegura.
La aparición pública de la investigadora llegó por un hecho que se considera desafortunado para los astrónomos: no pudo viajar al norte chileno para ver en primera fila el eclipse solar del año 2019. Los medios de comunicación necesitaban con urgencia especialistas en los estudios de televisión y radio para que comentaran el fenómeno astronómico. Ella estaba cursando sus estudios de magíster en la Universidad de Chile cuando le ofrecieron ir a una entrevista. Ahí comenzó lo que ella llama “una serie de olas”, que no han parado hasta el día de hoy. “El día del eclipse salí de mi casa a las seis de la mañana y volví a la una de la mañana del día siguiente, en entrevistas todo el día. A la gente le gustó escucharme y decidí abrir una cuenta en redes sociales”. La cuenta en Instagram la creó a finales de 2019 y en plena pandemia ya tenía 20.000 seguidores. A finales de 2020 la contactaron para escribir su primer libro de Carlota. Entre medio, se fue a Europa a estudiar su doctorado. En 2021 quiso probar TikTok y su contenido se viralizó. Le siguieron una multitud de apariciones en la prensa chilena. Una ola tras otra ola.
Convertirse en un referente en el área, dice, se lo toma, sobre todo, con mucha responsabilidad: “Yo no creo en este concepto de que soy una influencer de la astronomía (...) Yo hago esto porque tengo una visión política de lo que significa democratizar las ciencias, de la importancia de garantizar el acceso a la educación, al pensamiento crítico, de que la gente se cuestione, de que pueda responder sus preguntas. Las redes sociales son un pequeño peldaño del que me hago responsable”, comenta la astrónoma.
Aunque ella apunta a que aún no forma parte de la historia de la astronomía chilena porque no ha terminado su formación, se muestra orgullosa de pertenecer a este campo en el país sudamericano, con tantas figuras de renombre como José Maza, María Teresa Ruiz y Mario Hamuy: “Chile es un país profundamente astronómico y la astronomía es una ciencia muy privilegiada dentro de Chile. Hemos hecho buen uso de ese 10% de la capacidad de observación de los centros en el norte del país. Además, hemos desarrollado no solamente investigación, sino que también proyectos de divulgación, de conexión con el medio”. Dice ver expandirse ese grupo en un principio pequeño de científicos dedicados a esta área: “Hace 60 años que el Observatorio Europeo Austral (ESO) comenzó su relación con Chile y empezó la construcción de los macro observatorios en el norte de nuestro país (...) El acceso que nos permiten nuestras condiciones naturales ha permitido que esta sociedad chilena de astronomía crezca”, apunta Paneque. También dice sentirse orgullosa del camino de vuelta a casa que están haciendo muchos astrónomos chilenos: “Es bonito cómo investigadores chilenos vuelven al país porque sienten que es un lugar donde pueden desarrollar su ciencia”.
Enfatiza en la importancia de tener referentes mujeres: “Uno ingresa y crece en este mundo sintiendo que solamente los mejores van a ser exitosos y los exitosos van a ser hombres”. Y recalca el valor de que estos modelos a seguir sean de carne y hueso: “Mi ídolo en la ciencia no es Marie Curie, yo creo que ella es genial, pero no tiene nada en común conmigo, ni en su historia ni en sus investigaciones. Pero mis profesoras, con las que puedo hablar y con las que trabajo, son las que me inspiran. Cuando no tenemos figuras de mujeres sobre las cuales inspirarnos de forma realista construimos esa imagen de superwoman súper inalcanzable”.
Las ciencias le vienen en la sangre. Su padre, de nacionalidad cubana, es bioquímico y su madre, chilena, química farmacéutica. Mientras ellos estudiaban sus estudios de postgrado en España nació Teresa y sus dos hermanos menores, actuales jugadores de la selección nacional chilena de hockey patín. Hasta los nueve años vivió en Escocia, desde donde pudo experimentar un sistema educativo exitoso: “Pude darme cuenta de que la educación pública funciona y que los impuestos y la reinversión en educación hacen que las sociedades crezcan. Yo quiero eso para Chile, que no haya una diferencia por el lugar donde naciste y las oportunidades que vas a tener”. Cuando la familia regresó a Chile, la astrónoma se sentía fuera de lugar y solamente quería volver a Europa. Ahora, se declara una amante de Chile y espera que tras los cinco años en Estados Unidos pueda establecerse en el país sudamericano y seguir sus estudios de los planetas desde acá: “Yo no solo vuelvo a Chile porque es mi país, sino porque puedo hacer mi ciencia a nivel mundial desde Chile”.
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