Los momentos de pánico de los pasajeros del avión de Latam que se sacudió en Nueva Zelanda: “Vi volar a un bebé”

Algunos de los ocupantes del accidentado vuelo de la ruta Sídney-Auckland-Santiago llegaron a Chile y entregaron su testimonio sobre el incidente técnico que dejó a 13 personas hospitalizadas

Un paramédico camina entre pasajeros del vuelo LA800, luego de aterrizar en Auckland (Nueva Zelanda), el 11 de marzo.Brian Adam Jokat (via REUTERS)

Pánico e incertidumbre. Esas fueron algunas de las sensaciones descritas por los pasajeros del vuelo LA800 de la ruta Sídney-Auckland-Santiago de la aerolínea chileno-brasileña Latam, que durante el pasado lunes sufrió un incidente técnico un poco antes de llegar a su escala a Nueva Zelanda, el que dej...

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Pánico e incertidumbre. Esas fueron algunas de las sensaciones descritas por los pasajeros del vuelo LA800 de la ruta Sídney-Auckland-Santiago de la aerolínea chileno-brasileña Latam, que durante el pasado lunes sufrió un incidente técnico un poco antes de llegar a su escala a Nueva Zelanda, el que dejó a 13 personas hospitalizadas. Algunos de los ocupantes de la aeronave llegaron el martes a Chile, y entregaron su testimonio sobre la fuerte sacudida que golpeó a las cabinas.

Verónica Martínez, una de la pasajeras que iba en el accidentado vuelo, describió el fuerte movimiento que percibió en el interior, el que descolocó a quienes se encontraban en sus asientos. “No hubo turbulencias, nada. De repente se apagó todo y [el avión] se fue de bruces, como una montaña rusa, y después subió”, ha dicho la chilena a la prensa local durante su arribo al Aeropuerto de Santiago.

La viajera también detalló la situación del resto de los pasajeros, que resultaron con diversas lesiones. “La gente que no iba con cinturón, que venía saliendo del baño, las mismas azafatas que andaban. Lo que más me impresionó fue que una señora detrás mío iba con un bebé, y yo vi volar el bebé. Fue terrible”, describió Martínez.

El daño causado al techo de la cabina del avión de Latam, el 11 de marzo.Brian Adam Jokat (Reuters)

El relato de la chilena coincide con el de otros ocupantes como el canadiense Brian Jokat, que detalló como uno de sus compañeros de vuelo terminó golpeado contra la parte superior de la aeronave debido al brusco movimiento. “No hubo turbulencias previas, simplemente navegamos sin problemas durante todo el camino. Me había quedado dormido y afortunadamente tenía puesto el cinturón de seguridad y, de repente, el avión cayó (...) Pensé que estaba soñando. Abrí los ojos y él estaba en el techo del avión boca arriba, mirándome. Era como El Exorcista”, dijo a la cadena de radio neozelandesa RNZ.

Los pasajeros que llegaron a Santiago de Chile fueron parte del vuelo reprogramado por Latam para cubrir el trayecto desde Auckland hacia Santiago. La compañía ofreció el alojamiento y la alimentación para los usuarios que debieron postergar su planificación debido al incidente.

Los equipos de emergencia trataron a unos cincuenta pasajeros en el aeropuerto, según personal sanitario del hospital neozelandés St John. De ellos, 13 personas —10 pasajeros y tres tripulantes— fueron enviadas a un hospital para revisar su estado de salud. Los afectados más graves eran cuatro ciudadanos australianos; dos brasileños; dos neozelandeses; un francés y un chileno. La compañía aérea ha reportado que la mayoría de los heridos ha sido dado de alta y que solo un pasajero y una tripulante sufren lesiones que requieren un cuidado adicional, pero sin riesgo vital.

El incidente es investigado por la Comisión de Investigación de Accidentes de Transporte, que ya ha incautado la grabadora de voz de la cabina y la grabadora de datos del Boeing 787-9 Dreamliner. La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), el organismo estatal a cargo de la supervisión de los viajes aéreos en el territorio chileno, ha anunciado que dos representantes calificados viajarán al país oceánico para participar de las indagaciones. Latam ha asegurado que colaborará con los investigadores para conocer las causas de la inesperada sacudida.

El avión que protagonizó este hecho fue fabricado por la empresa estadounidense Boeing, una compañía que está enfrentando una delicada crisis debido a los repetidos accidentes sufridos por sus aparatos. Un informe publicado a finales de febrero por los reguladores de Estados Unidos ha puesto en cuestión la “cultura de la seguridad” de la multinacional.

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