El Gobierno de Boric intenta contener las críticas del Partido Comunista por su discurso en la despedida de Piñera
El ‘mea culpa’ del mandatario en el funeral de Estado sobre algunas de las querellas presentadas por su sector en contra de la entonces Administración de derechas, tras el estallido social de 2019, tensiona la coalición gubernamental
El presidente Gabriel Boric ha avivado fuego amigo desde que, en el discurso de despedida a su antecesor Sebastián Piñera (2010-2014, 2018-2022), fallecido la semana pasada, sostuvo que como oposición a su Administración, tras el estallido social de 2019, ...
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El presidente Gabriel Boric ha avivado fuego amigo desde que, en el discurso de despedida a su antecesor Sebastián Piñera (2010-2014, 2018-2022), fallecido la semana pasada, sostuvo que como oposición a su Administración, tras el estallido social de 2019, “las querellas y las recriminaciones fueron en ocasiones más allá de lo justo y razonable”. También que, pese a discrepar a veces con sus acciones, siempre utilizó los mecanismos de la democracia y la Constitución. Media docena de parlamentarios del Partido Comunista, que forma parte importante del Ejecutivo, se desmarcaron de sus declaraciones llegando a decir que era “una forma de negacionismo”. Desde La Moneda han intentado poner paños fríos. La portavoz de Gobierno, Camila Vallejo, comunista, descartó este lunes que Boric haya desconocido y negado lo ocurrido en materia de violaciones a los derechos humanos. La derecha, por su parte, le pidió al que “haga carne sus palabras” en el funeral y retire las querellas criminales presentadas contra Piñera.
El tono del mensaje de Boric en el edificio del exCongreso Nacional durante la despedida a Piñera distó de las acusaciones que hizo, por ejemplo, durante la campaña presidencial. “Señor Piñera, está avisado: se le va a perseguir por las graves violaciones a los derechos humanos cometidas bajo su mandato”, sostuvo en un debate a mediados de 2021. Pero con el tiempo, desde que el mandatario de izquierdas llegó a La Moneda, la relación entre ambos líderes se tornó más colaborativa, al punto que un día antes de la muerte del político y empresario sostuvieron una conversación telefónica sobre los mega incendios en la región de Valparaíso.
La primera reacción en contra de los dichos de Boric en el velorio de Piñera provino de la abogada de derechos humanos y vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Carmen Hertz. “Lo que fue mucho más allá de lo ‘justo y razonable’ fue haber sido el responsable político institucional de las graves y generalizadas violaciones de los derechos fundamentales durante la revuelta popular (...). Pretender que el expresidente Piñera utilizó ‘siempre, siempre, los mecanismos institucionales y democráticos’ es una forma de negacionismo. Como sociedad no podemos amparar la impunidad y la falta de reparación a las víctimas”, escribió el viernes en su cuenta de X. El líder del PC, Lautaro Carmona, aseguró: “El presidente Piñera tuvo una responsabilidad indesmentible en esa situación. Tanto por las medidas concretas que ordenó, tanto porque declaró que en Chile había ‘una guerra’. Esas violaciones a los derechos humanos no pueden, ni deben, quedar impunes”.
Desde entonces las críticas de autoridades comunistas se han multiplicado en diferentes tonos. Los partidos de la izquierda tradicional que componen la coalición de Gobierno, sin embargo, han salido a defender las declaraciones de Boric. “Veo una constante en algunos parlamentarios del Partido Comunista de ir contra la línea política del presidente Boric y eso me preocupa”, afirmó a La Tercera la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic.
Durante el Gobierno de Piñera la oposición presentó una docena de querellas contra el entonces mandatario y algunos de sus ministros por delitos de lesa humanidad, lesiones graves y torturas en el marco del estallido social, entre otras acciones gubernamentales como el manejo de la pandemia. Una de ellas la interpuso en 2020 la abogada Javiera Toro, actual ministra de Desarrollo Social de Boric, quien este lunes ha dicho que renunció al patrocinio de la acción legal tras ser nominada en el Gabinete.
En el comité político ampliado del oficialismo celebrado este lunes discutieron el tema e intentaron dar un mensaje de unión a la salida, tras varios días de declaraciones cruzadas. Vodanovic sostuvo: “Hay opiniones discordantes de algunos sectores, pero no hay quiebre del oficialismo. Por el contrario, todos estamos de acuerdo en relevar la actitud de Estado que ha tenido el presidente en un funeral de Estado de un expresidente. Y no hay duda de la posición del presidente respecto de los derechos humanos, de su defensa, promoción y resguardo a la memoria tal como ha sido durante todo este Gobierno”.
Luego Vodanovic, senadora y abogada, intentó reinterpretar los dichos por Boric. “La palabra querella tiene varios significados. Y el significado en que la señaló el presidente es más bien el de disputa, de discordia y no en el sentido procesal”. Diego Vela, presidente del Revolución Democrática, partido de Frente Amplio al que pertenece el mandatario, dijo que los dichos de mandatario sobre Piñera fueron “en el sentido de hacer un análisis de lo que fueron las recriminaciones y la discordia que se generó”.
Vallejo, la portavoz del Gobierno, ocupó los mismos términos para contener la polémica y aseguró que cuando el presidente habló de querellas, tenía que ver con los incordios. Juan Andrés Lagos, integrante de la comisión política del PC, sostuvo: “Hubo una reacción frente a una frase que el propio Gobierno ha aclarado que no tiene ninguna relación con relativizar los temas de violación a los derechos humanos. Eso lo ha hecho la derecha”, afirmó.
Sobre la solicitud extendida por la Unión Demócrata Independiente (UDI), partido de la derecha tradicional, de llevar sus palabras “a hechos concretos” y retirar las querellas contra Piñera, los asistentes al comité político respondieron que ni el mandatario ni el Gobierno interpusieron las acciones legales, de manera que el llamamiento “no tiene ningún sentido ni jurídico ni político”.
No es primera que hay tensión dentro de las fuerzas políticas que son parte de la alianza oficialista. En julio del año pasado, el Partido Comunista tensionó las cuerdas con el Ejecutivo, cuando exigió a Boric la renuncia del escritor Patricio Fernández a su cargo como coordinador de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, tras acusarlo de “relativizar” los hechos en una entrevista. Fernández dimitió, y rechazó las imputaciones.
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