Lula manda un mensaje a la UE: “Sin coraje de la política, no será posible cerrar un acuerdo”
Los jefes de Estado del Mercosur chocan por Venezuela y por diferencias internas en una cumbre deslucida por la ausencia de Von der Leyen
Brasil tenía todo listo para firmar el histórico acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea este 20 de diciembre. El escenario era idílico: el hotel Belmond, el más lujoso de Foz do Iguaçu, con las impresionantes Cataratas de Iguazú de fondo. La UE dejó plantados a los países sudamericanos en el último minuto y lo que iba a ser una fiesta se transformó en una cumbre de Mercosur deslucida. Los jefes de Estado de la región están decepcionados y han endurecido el tono contra la UE. “Sin voluntad y coraje de la política, no será posible cerrar un acuerdo que arrastramos desde hace 26 años”, dijo Luiz Inácio Lula da Silva en el discurso de apertura.
La desilusión con Europa y el pedido para acelerar los tratados con otros países —como Emiratos Árabes Unidos, Canadá, Vietnam e Indonesia— fueron la gran coincidencia de un bloque con múltiples diferencias internas. La más visible, la postura sobre Venezuela. Brasil y Uruguay se opusieron a una intervención militar estadounidense; Argentina se alineó con Donald Trump y aplaudió la presión que ejerce contra Nicolás Maduro. Este mismo sábado, Estados Unidos interceptó otro buque petrolero venezolano en aguas internacionales.
“Estamos como el novio, esperando que la novia se presente”, lamentó el presidente de Paraguay, Santiago Peña, en referencia a la firma del acuerdo que crearía la mayor zona de libre comercio del mundo, con 700 millones de consumidores.
El presidente brasileño, anfitrión del encuentro, advirtió que el mundo “está ávido” por negociar con una región que es la mayor productora del mundo de alimentos. Los países que integran el Mercosur —Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay— tienen además importantes reservas de petróleo, gas y minerales críticos que codician China, Estados Unidos y Europa. “El tiempo de la oportunidad económica es siempre breve y no puede subordinarse al tiempo de la burocracia y la política”, dijo el argentino Javier Milei.
La titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no se presentó a la cita porque Bruselas pidió in extremis más tiempo, al menos hasta enero, para convencer a Italia y tener los votos suficientes para firmar. Sí llegaron hasta esta ciudad fronteriza los presidentes de Argentina, Milei; Paraguay, Peña; y Uruguay, Yamandú Orsi. También viajó el jefe de Estado de Panamá, José Raúl Mulino, en calidad de país asociado.
“Catástrofe humanitaria”
El mayor choque interno tuvo que ver con Venezuela. Lula aseguró que una intervención militar “sería una catástrofe humanitaria”. Orsi lo secundó y pidió que una “restauración pacífica del orden institucional y democrático de Venezuela” se realice “de forma pacífica”.
Milei cree que la diplomacia ha fracasado en frenar “la dictadura atroz e inhumana del narcoterrorista Nicolás Maduro”. “El tiempo de tener un acercamiento tímido se ha agotado. Argentina saluda la presión de Estados Unidos y Donald Trump para liberar al pueblo latinoamericano”, declaró.
El presidente argentino arremetió también con dureza contra Mercosur por desoír sus pedidos para una transformación integral que permita negociaciones bilaterales por fuera. “La nueva Sudamérica llega desde el futuro. Está en este bloque decidir si va a moverse con este viento de cola o aferrarse al mástil del pasado contra este cambio que los países necesitan y exigen”, subrayó. El líder ultraderechista criticó que el Mercosur no ha logrado gran parte de los objetivos con los que fue creado: “No hay mercado común, no hay libre circulación efectiva, no hay coordinación macroeconómica, no hay armonización significativa real, no hay apertura suficiente al mundo. Sí hay una burocracia sobredimensionada e ineficaz”, remató.
Las diferencias de discurso entre Lula y Milei se acentúan en el trato personal. En la foto de familia, el mandatario argentino pasó por detrás del anfitrión sin dirigirle la palabra y dejó espacio para que Peña quedase entre ellos dos. Más tarde, intercambiaron tan solo un frío saludo.
El presidente brasileño afirmó que en el mundo actual parece más fácil construir muros que puentes, pero incluso dentro de Mercosur esa construcción multilateral encuentra trabas. Lula inauguró el viernes un puente que conecta Brasil con Paraguay; Peña lo inauguró este sábado. El nombre elegido, Puente de la Integración, contrasta con las trabas existentes a la libre circulación de personas y mercancías en el interior del espacio común. El propio transcurrir de la cumbre mostró una organización caótica: el país anfitrión solo transmitió en abierto el discurso de Lula. Paraguay optó por emitir el mensaje presidencial a través de las redes sociales y Uruguay y Argentina los difundieron grabados al terminar.
Todos los integrantes del Mercosur coinciden en que juntos son más fuertes que en solitario, pero la impaciencia ante la falta de resultados se impone. Argentina negocia en soledad un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Uruguay ha comenzado el proceso de adhesión al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP). El bloque tiene pendiente encontrar una respuesta a estos desafíos sin romperse.