La ‘pax cambiaria’ se tambalea en Argentina pese al torniquete monetario de Milei
El peso se devalúa casi un 2% el día que en el que entra en vigor un nuevo aumento de los encajes bancarios
El mercado cambiario se ha convertido en una olla a presión para el Gobierno de Javier Milei a las puertas de las elecciones legislativas. La moneda se devaluó este lunes casi un 2%, hasta los 1.385 pesos por dólar, y sumó tensión a la estrategia oficial para mantener estable la cotización. La ruptura de la pax cambiaria en un país como Argentina, ...
El mercado cambiario se ha convertido en una olla a presión para el Gobierno de Javier Milei a las puertas de las elecciones legislativas. La moneda se devaluó este lunes casi un 2%, hasta los 1.385 pesos por dólar, y sumó tensión a la estrategia oficial para mantener estable la cotización. La ruptura de la pax cambiaria en un país como Argentina, que identifica las devaluaciones de su moneda nacional con turbulencias económicas, pone en riesgo la curva descendiente de la inflación que el Ejecutivo ultraderechista presenta como su gran baza electoral.
El ministro de Economía, Luis Caputo, repite como un mantra que “Todo Marcha Acorde al Plan (TMAP)” y culpa al kirchnerismo de una inestabilidad financiera que promete pasajera. Pero las últimas medidas lanzadas para sostener el valor de la moneda nacional lo ponen en duda y hacen presagiar un frenazo brusco de la economía en el peor momento para el Gobierno, acorralado por un escándalo por una presunta red para el cobro de sobornos en las compras públicas de la Agencia de discapacidad desde lo más alto del poder.
Desde la firma del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para recibir un préstamo de 20.000 millones de dólares, el pasado abril, el Gobierno anunció la libre flotación del peso en un sistema de bandas de entre 1.000 pesos por dólar y 1.400, con progresivos ajustes mensuales. Detalló que solo iba a intervenir en caso de que perforase el mínimo o el máximo de esas franjas. Cuando el peso comenzó a devaluarse, a principios de julio, el equipo económico liderado por Caputo actuó sobre el mercado de dólar futuro, que se mueve según las expectativas del mercado sobre el precio que tendrá la moneda en los próximos meses. Sin embargo, en las últimas dos semanas salió también a vender dólares del Tesoro en el mercado cambiario, tal y como revelaron las consultoras Vectorial y 1816 y fuentes oficiales confirmaron al diario La Nación.
En paralelo, el Gobierno ha intensificado el torniquete monetario con el que busca sacar pesos de circulación y evitar su conversión a dólares. Este lunes entró en vigor el aumento de los encajes bancarios hasta el 53,5% —el nivel más alto de las últimas tres décadas— que obliga a los bancos a inmovilizar más de la mitad de sus depósitos. Se trata de una tasa récord en la región, que es más del doble que la de Brasil (21%), la de Paraguay (18%) y Uruguay (15%) y es hasta siete veces más alta que el de Chile (7%). Esa medida se complementa con un nuevo control diario sobre las posiciones en pesos de los bancos y con la convalidación de tasas de interés de hasta el 69%, casi el doble que la inflación interanual.
Aunque los banqueros evitan criticar al Gobierno en público, lo hacen en privado, descontentos por el creciente control que impone a sus operaciones un Gobierno que se define como liberal.
Algunas consecuencias del apretón monetario han sido casi inmediatas: los créditos que conceden los bancos han caído y las dificultades para acceder a financiamiento comienzan a frenar tanto el consumo privado como, en el caso de las empresas, la producción. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, negó este lunes que la economía vaya a entrar en recesión, pero admitió el riesgo de que se produzca un parón respecto al crecimiento de la primera mitad del año. “En estos meses puede caer un poco el consumo, producto de que las tasas de interés son altas y la gente no se quiere endeudar”, dijo en declaraciones a Radio Rivadavia.
Sangría de dólares
Las tasas elevadas provocan además un aumento del gasto que debe destinarse al pago de los intereses, lo que pone en riesgo el superávit fiscal.
La falta de reservas internacionales vuelve a Argentina más vulnerable frente a maniobras financieras especulativas y crecen las voces de economistas que se cuestionan si el Gobierno no se precipitó al levantar el cepo cambiario para las personas el pasado abril. En julio, los argentinos compraron 5.644 dólares para ahorros, pagar viajes al extranjero o gastos con tarjeta en otros países, según datos del Banco Central. En siete meses, las compras de dólares superan los 19.000 millones, una cifra casi igual al ingreso de divisas por parte del sector agroexportador.
Con inversiones extranjeras menores a las esperadas tras la aprobación de un generoso régimen de incentivos fiscales y el riesgo país por encima de 800 puntos, el horizonte luce más complicado que meses atrás.
Caputo evita cualquier autocrítica. Tras haber apuntado hacia los bancos, ahora culpa de los problemas financieros a lo que llama “riesgo kuka”, es decir, el miedo de los inversores a que el kirchnerismo obtenga un buen resultado en las elecciones legislativas. Antes de la cita nacional del 26 de octubre, la atención está puesta en las elecciones de este domingo en la provincia de Buenos Aires, que concentra al 37% de la población del país. Gane o pierda, se da por hecho que la política económica pegará un volantazo tras las elecciones. La duda es si habrá un adelanto de la esperada corrección cambiaria.