Cristina Kirchner declara como víctima de intento de magnicidio y carga contra los jueces
La expresidenta de Argentina denuncia que la justicia no avanza sobre los autores intelectuales del atentado fallido que sufrió hace casi dos años
Cristina Kirchner volvió este miércoles a sentarse ante un tribunal federal en Buenos Aires. No lo hizo como acusada de presunta corrupción, sino como víctima. La expresidenta de Argentina (2007-2015) declaró como testigo del intento de asesinato de hace dos años, cuando un hombre gatilló a centímetros de su cabeza un arma de la que no salió la bala. Habló ante los tres acusados del magnicidio fallido: el portador del arma, Fernando Sabag Montiel; su pareja de entonces, Brenda Uliarte; y Nicolás Carrizo, que oficiaba de jefe de la pareja en un proyecto de venta callejera de golosinas. Y se quejó en cuatro oportunidades de que la investigación se haya concentrado en los autores materiales del atentado y no incluya a “los intelectuales y financiadores”.
La expresidente impulsa desde el inicio de la investigación la idea de que los tres jóvenes acusados no actuaron por iniciativa propia. Ve detrás de ellos una “pata política” que los jueces rechazaron durante la etapa de intrucción por falta de evidencia. “No se investigó y no están sentados esos responsables en este juicio”, dijo. La sala donde se realizó la audiencia estaba atiborrada esta mañana. Kirchner llegó a los tribiuales federales arropada por un centenar de seguidores, la mayoría embanderados bajo las siglas de La Cámpora, la agrupación kirchnerista que encabeza su hijo, Máximo. Se acercaron también exdirigentes de su Gobierno, como el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y exministros de su Gabinete.
El 1 de septiembre de 2022 por la noche, Sabag Montiel se mezcló entre la gente que cada noche se reunía frente a la casa de Kirchner en el barrio porteño de Recoleta. Acaba de ser condenada a seis años de cárcel por corrupción y sus seguidores habían tomado como rutina apoyarla en la calle. Sabag Montiel aprovechó el tumulto, sacó un arma y gatilló dos veces a pocos centímetros de la cabeza de Kirchner. Las balas no salieron porque el atacante había olvidado cargarlas en la recámara. Kirchner no se dio cuenta en el momento de lo que había sucedido y siguió saludando a sus seguidores como de costumbre. Este miércoles, ratificó que fue más tarde que vio por televisión el video que mostraba con claridad lo cerca que había estado de la muerte. El atacante no fue detenido por la custodia de la expresidenta, sino por simpatizantes que estaban en ese mometo en el lugar. De los celulares de sus seguidores salieron además lo videos que luego se utilizaron como prueba.
La investigación determinó que el magnicidio había sido planeado por Sabag Montiel, su novia y el jefe de ambos. Los tres declararon en el juicio que lo habían hecho por odio hacia Kirchner, a la que acusaban de sus penurias económicas. Kirchner y sus abogados nunca se dieron por satisfechos con esa explicación y exigieron que se abriese una investigación paralela que diese con los autores materiales. Incluso destacaron un presunto “clima de odio”, instigado desde los medios de comunicación contra ella. Durante su testimonio calificó de “malísima” la instrucción de la jueza María Eugenia Capuchetti, pero fue más allá y achacó la responsabilidad de los resultados de la investigación “al partido judicial”, como llama a los magistrados del fuero federal que considera sus enemigos.
Kirchner lamentó también que no se hubiese investigado el ataque con una persepctiva de género, lo que agravaría las penas de los acusados. Fue en ese momento de su testimonio que se refirió a la denuncia por violencia de género que Fabiola Yáñez presentó contra su marido, el expresidente peronista Alberto Fernández. Comparó la foto que muestra en el expediente a la exprimera dama con un ojo morado con la que años atrás puso una revista política en su apertura, pero con su rostro. “Con un ojo negro me sacaron, miren qué contexto actual. Como verán, siempre todo se repite”, dijo mirando a los jueces y con la portada en alto.
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