José Alperovich: la Justicia argentina condena a 16 años a un exgobernador por violar a su sobrina

El tribunal dicta la inmediata detención de Alperovich, uno los políticos más poderosos y ricos del norte de Argentina

José Alperovich, en una rueda de prensa en agosto de 2011.Presidencia

El exgobernador provincial José Alperovich, uno de los políticos más influyentes y ricos del norte de Argentina, salió detenido de los tribunales de Buenos Aires rumbo a una cárcel federal. Un juez lo condenó este martes a 16 años y seis meses de cárcel por violar a su sobrina segunda y lo inhabilitó de por vida para ejercer cargos públicos. El juez consideró culpable a Alperovich, de 69 años, de reiterados abusos sexuales contra la mujer a quien había contratado como asistente personal cuando era senador y ordenó su prisión preventiva. Hasta el momento, el ex gobernador se había mantenido en libertad y contaba sólo con una prohibición de salida del país.

El juez Juan Ramos Padilla dictó la pena solicitada por la fiscalía, que había pedido poner fin a la impunidad del hombre que gobernó la provincia de Tucumán durante doce años por el peronismo, entre 2003 y 2015. “Alperovich no la quería para trabajar con él. La quería para la cama. El concepto es primitivo. Manda el señor feudal. Al gran mandón no se le discute. Se hace lo que quiere”, dijo el fiscal Sandro Abraldes en su alegato final. “Este juicio es un juicio sobre la impunidad del poder. Ella estaba en un escenario de sometimiento. En una situación de cautividad”, agregó Abraldes.

Alperovich sostuvo siempre su inocencia y acusó a la víctima de mentir para destrozar su carrera política. “Este es un juicio inventado, armado, donde claramente les voy a explicar que hubo un móvil económico y político, de eso no tengo dudas”, se defendió el exgobernador una semana atrás. Este martes tuvo la oportunidad de pronunciar sus últimas palabras frente al juez, pero declinó hacerlo. Horas más tarde escuchó el veredicto de culpabilidad rodeado por sus cuatro hijos, quienes lo acompañaron durante todo el juicio.

“Fue un mensaje muy importante en contra de la impunidad”, declaró la portavoz de la denunciante, Milagro Mariona, tras conocerse el fallo.

Según la denuncia, los primeros abusos sexuales tuvieron lugar en la vivienda de Alperovich en Buenos Aires a finales de 2017, poco después de que la denunciante empezase a trabajar como asistente del entonces senador. La situación empeoró con el correr de los meses y en territorio tucumano, durante el primer trimestre de 2018.

La víctima tardó más de un año en romper el silencio sobre el infierno que había atravesado. “No quería que me besara. Lo hacía igual. No quería que me manoseara. Lo hacía igual. No quería que me penetrara. Lo hacía igual”, decía la carta pública con la que denunció a su tío por abuso sexual a finales de 2019.

La denuncia pública obligó a Alperovich a dar un paso al costado como senador y sacó a la luz situaciones de acoso que habían sufrido varias mujeres con él. Ocurrieron en los años en los que se sentía intocable porque hacía y deshacía a su antojo en Tucumán. El caudillo tenía un enorme poder político y también económico: los bienes familiares incluyen más de 60 inmuebles, una concesionaria de autos y empresas constructoras, agrícolas y financieras.

Su imperio comenzó a tambalearse a partir de 2019. Cuatro exaltos cargos de su gobierno fueron condenados ese año por encubrir el feminicidio de Paulina Lebbos, ocurrido en 2006, cuando Alperovich hacía tres años que era gobernador. Meses después, la carta de su sobrina segunda abrió una grieta en la impunidad que este martes terminó por demolerlo.

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