La diva pop argentina Lali Espósito, la bestia negra de Milei

El presidente acusa a la cantante de ser “un parásito que vivió chupando la teta del Estado” por cobrar fondos públicos por recitales gratuitos

Lali Espósito, en el hotel Hard Rock de Madrid (España), el julio de 2023.Claudio Álvarez

El presidente de Argentina, Javier Milei, encabeza un ataque coordinado por televisión, radio e Internet contra la diva pop Mariana Lali Espósito. Al igual que el estadounidense Donald Trump con Taylor Swift, Milei ha elegido a la popular cantante a...

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El presidente de Argentina, Javier Milei, encabeza un ataque coordinado por televisión, radio e Internet contra la diva pop Mariana Lali Espósito. Al igual que el estadounidense Donald Trump con Taylor Swift, Milei ha elegido a la popular cantante argentina como su bestia negra en el campo artístico. Lali no es la única estrella del país que se ha posicionado contra Milei ni la más crítica con él, pero encarna todo lo que Milei detesta: es progresista, feminista, defensora del aborto legal y de los derechos de las minorías sexuales. Desde un plató televisivo, el mandatario criticó el miércoles por la noche que reciba fondos públicos por sus espectáculos y la rebautizó como “Lali Depósito”, un apodo viperino replicado con rapidez por el ejército de seguidores mileístas en las redes. Este jueves, Milei subió el tono: la llamó “parásito”, la acusó de hacer playback y retuiteó (para después borrar) memes hechos con inteligencia artificial en los que Lali aparece con una bolsa llena de dólares huyendo de niños famélicos.

“¿Quién empezó con esto? ¿Yo? Ella empezó. Si te gusta el durazno, bancate la pelusa”, declaró el presidente a Radio La Red. “Si querés agredir tenés que estar limpio, si vos sos un parásito que vivió chupando la teta del Estado, y si tus opiniones están en línea a un espacio político que te pagó las presentaciones, sos un mecanismo de propaganda, no sos un artista”, arremetió Milei contra Lali en la entrevista radiofónica.

El presidente hace referencia a la postura política anti-Milei mantenida por Lali desde que el economista ultraliberal fue el más votado en las elecciones primarias del pasado agosto. “Qué peligroso. Qué triste”, escribió la cantante al conocerse los resultados electorales. Esas cuatro palabras desencadenaron un terremoto de ira libertaria en sus redes sociales, con réplicas cada vez que Lali se expresa políticamente.

El dardo más recurrente es acusarla de cobrar fondos estatales por conciertos celebrados en ciudades de todo el país, una práctica común no solo en Argentina sino en todo el mundo. Gobiernos locales, provinciales y nacionales suelen financiar los espectáculos que se ofrecen de forma gratuita en espacios públicos.

En las redes, partidarios de Lali han señalado que la novia de Milei, la imitadora Fátima Florez, también ha cobrado fondos estatales por sus actuaciones en festivales públicos. En un hilo de Twitter puede verse a Florez en el festival del poncho de la provincia de Catamarca y propaganda de presentaciones en Tucumán, Neuquén y Córdoba, entre otras.

“Que si digo, que si bebo, que si vivo del Estado”

Este fin de semana, con su metro y medio de estatura, Lali salió como un huracán al escenario del Cosquín Rock. Era su primera actuación en este icónico festival veraniego de Argentina y al interpretar el hit Quiénes son realizó un pequeño cambio de letra para burlarse de los ataques recibidos desde el oficialismo: “Que si fumo, que si vivo, que si digo / que si bebo, que si vivo del Estado —en vez de ‘que si a tantas he besado´— / Talk talk talk, pura mierda, bebé”. Poco después, arengó a su público a impedir que les saquen “la unión que genera la música, el arte y la cultura” y dedicó su canción K.O. a “los mentirosos, los giles, las malas personas, los que no valoran, los antipatria”.

En el mismo festival, otro artista, Dillom, entonó con rabia “A Caputo en la plaza lo tienen que matar”, en referencia al ministro de Economía, Luis Caputo. La frase le valió una denuncia judicial por incitación a la violencia y amenaza agravada, pero ni una palabra de Milei, ofuscado por Lali.

Lali se inició en la televisión con solo 10 años. A los 32, es una de las cantantes más exitosas de Argentina, pero se crio en el sur humilde de Buenos Aires. Iba a los cástings en autobús, sin agencia ni representante, hasta que triunfó en las telenovelas para adolescentes de Cris Morena como Floricienta y Teen Angels y de allí saltó a la música pop.

En un largo texto que publicó este jueves en la red X (antes Twitter), la cantante recordó a sus casi ocho millones de seguidores que tiene 22 años de carrera y que no necesita del Estado para vivir. “Siento que la asimetría de poder entre Ud. y los que ataca por pensar distinto y la información falsa vuelve a su discurso injusto y violento”, le dijo a Milei.

Cortina de humo

Decenas de artistas y celebridades salieron a defender a Lali en público este jueves. “Apoyamos a nuestra compañera Lali ante el hostigamiento de parte del presidente. La violencia institucional hacia representantes culturales y referentes sociales busca silenciar las voces que se alzan contra la misoginia, el hambre y el ajuste”, denunció el colectivo Actrices argentinas en un comunicado. Su novio, el periodista Pedro Rosemblat, optó por la ironía: “Te entiendo, hermano. Yo también estoy obsesionado con Lali y hago las mismas boludeces que vos. Miro todo lo que hace, estoy atento a lo que dice, me preguntan sobre cualquier cosa y les hablo de ella”. Para Rosemblat, las constantes agresiones de Milei contradicen el mantra liberal que repite en cada discurso —”El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión”— lo que es una señal inequívoca de que “no es liberal sino un reaccionario más”.

Las voces en contra llegaron incluso desde el oficialismo, como en el caso de la diputada Carolina Píparo: “Personalizar y atacar a una artista desde el poder del Estado es asimétrico. No es por ahí”. El gobernador de Córdoba, la provincia donde se celebra el Cosquín Rock, aseguró que Milei “tiene una obsesión de hacer listas negras con los músicos” y sostuvo que la campaña de desprestigio busca “distraer la atención” de los problemas reales de Argentina. El país sudamericano tiene la inflación más alta del mundo —254,2% interanual— pese a atravesar una dura recesión económica. Según el Fondo Monetario Internacional, el PIB argentino retrocederá este año un 2,8%.

Al asumir la Presidencia, hace dos meses, Milei liberó precios que el kirchnerismo mantenía hasta cierto punto regulados, como el de los alimentos —que acumulan un aumento del 300% en un año—, y retiró subsidios al transporte público y a servicios como gas, luz y agua. Ambas medidas han puesto contra las cuerdas a la menguante clase media argentina, muy golpeada tras sucesivos años de pérdida de poder adquisitivo. Las críticas a Lali distraen más que ayudar a apagar los múltiples focos de un país en llamas.

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