Los votantes de Milei se preparan para pagar el precio de sus recetas económicas: “Va a ser sufrido, pero saldremos enteros”
Los argentinos aguardan la reacción de los mercados a la victoria del candidato liberal de la extrema derecha cuado reabran este martes tras la jornada festiva
Rosa Lobasso, que tiene 55 años y trabaja como “acompañante terapéutica”, estuvo anoche entre la multitud escuchando el primer discurso de Javier Milei, de 53 años, tras arrasar en las presidenciales de Argentina. Este lunes está de vuelta, a ver si logra verlo de nuevo. Por ahora, misión fracasada, solo ha conseguido vislumbrar a la hermanísima, ...
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Rosa Lobasso, que tiene 55 años y trabaja como “acompañante terapéutica”, estuvo anoche entre la multitud escuchando el primer discurso de Javier Milei, de 53 años, tras arrasar en las presidenciales de Argentina. Este lunes está de vuelta, a ver si logra verlo de nuevo. Por ahora, misión fracasada, solo ha conseguido vislumbrar a la hermanísima, Karina Milei, crucial para la victoria. Seguirá esperando a su ídolo a las puertas del hotel Sheraton Libertador, en el centro de Buenos Aires, donde el economista liberal de extrema derecha tiene la sede de su campaña. Militante activa en la campaña presidencial de Milei, Lobasso está convencida de que se avecinan días mejores a medio plazo, pero cree que antes habrá una etapa dolorosa, que ella y sus compatriotas notarán los radicales cambios en el bolsillo “Va a ser sufrido más de un día, pero saldremos enteros, con ganas”, proclama.
Esta antigua votante de la derecha clásica conservadora describe así la diferencia entre el presidente electo y el expresidente Mauricio Macri: “¿Querés que te lo diga en castellano? ¡Huevos! Otra manera de enfrentar las cosas, ya dijo [Milei] que no va a ser gradual”.
Como este lunes es festivo en Argentina porque se celebra el día de la Soberanía, los bancos, la Bolsa… están cerrados. De manera que solo el martes se podrá medir el impacto de la victoria de este candidato que propone medidas tan radicales como eliminar el Banco Central y dolarizar como ingredientes centrales de su receta para normalizar una economía que lleva décadas de crisis en crisis.
A pocas calles del hotel de Milei queda la calle Florida, epicentro del cambio irregular de dólares. Irregular pero tolerado por todos y bien conocido por cualquier turista. Es el primer lugar que muchos visitan, antes que el teatro Colón, la plaza de Mayo o el estadio de la Bombonera, para abastecerse de pesos a precio dólar Blue, que lo llaman aquí: 950 pesos por un dólar. El cambio oficial es casi tres veces menos, 369 pesos. Juliette, de 35 años, es lo que los locales llaman un arbolito, una de esas personas que, a la voz de “cambio, dólar, casa de cambio”, busca clientela entre los transeúntes. Espera que el martes, cuando abra la Bolsa, no haya movimientos bruscos para no ahuyentar ni a los que compran ni a los que venden divisas. Pero asegura no tener ni idea de lo que pueda ocurrir. Aquí la incertidumbre respecto a la economía es parte de la vida cotidiana.
Las primeras reacciones del mercado a la elección de Milei, un outsider de la política cortado por el patrón de Donald Trump y de Jair Bolsonaro, han llegado este lunes desde Nueva York. En Wall Street se han disparado las acciones argentinas, sobre todos las de la petrolera estatal YPF, que el próximo presidente ha confirmado que pretende privatizar.
Cualquier adolescente argentino sabe más de los vaivenes de la economía, de tipos de cambio, de condiciones de los prestamos del FMI, que muchos adultos europeos. Ignacio Giménez, 26 años, recepcionista de un hotel, cuenta que él es parte de esos millones de argentinos que en los últimos años han sido “evangelizados en el liberalismo” por economistas, como Milei, que triunfaban como tertulianos en la televisión. Cruza la calle Florida con dos amigos de la misma edad: Gianni Pistore, programador, y Álvaro Bazán, técnico mecánico. Los tres votaron por Milei. Y sí, ellos también están sorprendidos de que ganara con semejante holgura (casi 12 puntos).
Tienen clara la receta para sanar la economía: unificar el tipo de cambio, recortar todo lo superfluo del gasto público —”salarios de funcionarios, no gasto social”, dicen—, flexibilizar el mercado de trabajo, desgravar los productos, recaudar más… desregular en general. No está nada claro que esa cuenta cuadre pero ellos están muy confiados. “Sabemos que son cambios radicales, que todos vamos a sufrir el ajuste, que va a ser duro, pero es para alcanzar un bien mayor”, dice el programador Pistore. Y advierten de que si Milei se desvía de la senda prometida, se lo harán saber. Acaban de llegar a la capital para asistir mañana al concierto de Roger Waters. Hace ya meses que compraron la entrada, 36.000 pesos cada una (36 dólares al cambio ilegal, casi 100 al cambio oficial). La pagaron en seis cuotas para amortiguar el impacto.