La justicia argentina condena a perpetua al asesino de la adolescente Lucía Pérez, símbolo de la lucha contra los feminicidios
Matías Farias es declarado culpable de abuso sexual, suministro de estupefacientes y homicidio cinco años después de haber sido absuelto en la misma causa
En octubre de 2016, la argentina Lucía Pérez tenía 16 años cuando fue declarada muerta en una sala de primeros auxilios de Mar del Plata. Más de seis años después, la Justicia ha condenado a Matías Farías, de 29 años, a cadena perpetua por suministrarle estupefacientes, violarla y matarla. Juan Pablo Offidani, de 48 años, ha recibido una pena de ocho años de cárcel —que sumados a una condena previa acumula un total de 15— por considerarlo partícipe secundario penalmente responsable del delito de “abuso s...
En octubre de 2016, la argentina Lucía Pérez tenía 16 años cuando fue declarada muerta en una sala de primeros auxilios de Mar del Plata. Más de seis años después, la Justicia ha condenado a Matías Farías, de 29 años, a cadena perpetua por suministrarle estupefacientes, violarla y matarla. Juan Pablo Offidani, de 48 años, ha recibido una pena de ocho años de cárcel —que sumados a una condena previa acumula un total de 15— por considerarlo partícipe secundario penalmente responsable del delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el suministro de estupefacientes”.
La sentencia condenatoria fue recibida con aplausos por decenas de personas que se habían congregado frente al Tribunal Oral Criminal 2 de la ciudad de Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires. “Con esta perpetua que conseguimos para Farías hoy todo cambió. Hasta ayer no sabíamos ni si se iba a hacer o no esta audiencia, si iba a haber o no esta sentencia. Ahora, ningún narco, ningún dealer, le va a romper el culo a ninguna piba más como le hicieron a Lucía”, dijo la madre de la víctima, Marta Montero, al salir del tribunal.
“A Lucía la destrozaron, la destruyeron internamente. La violaron hasta 15 minutos antes de su muerte. La violaron hasta que su cuerpo terminó muriéndose”, agregó Montero al borde de las lágrimas, tras agradecer el acompañamiento de organizaciones feministas y de derechos humanos.
El caso de Lucía Pérez se convirtió en uno de los símbolos de la lucha contra los feminicidios en Argentina, pero el primer proceso judicial estuvo plagado de irregularidades. Pocos días después de su muerte, la fiscal a cargo informó a los medios que la adolescente había muerto empalada, una acusación que luego los peritos desmintieron e hizo que la apartasen de la causa. En 2018, los jueces, en una sentencia muy cuestionada, absolvieron a los acusados por el feminicidio al considerar que el motivo de la muerte de Pérez fue “intoxicación por sobredosis” y que no hubo abuso sino una relación sexual consentida. Farías y Offidani fueron condenados, en cambio, por venta de drogas. El fallo provocó una gran indignación social y fue apelado.
En 2020, un tribunal de segunda instancia anuló la sentencia y ordenó que se realizara un nuevo juicio oral por considerar que los magistrados “indebidamente se aplicaron en el análisis de la vida íntima de la víctima anterior al hecho, sin contextualizar los hechos desde una perspectiva de género”.
En los fundamentos de la sentencia anulada, los magistrados hicieron referencia a las experiencias sexuales previas de la víctima, su condición de consumidora de estupefacientes y sus inasistencias escolares, entre otros elementos, para dar por válida la versión de consentimiento esgrimida por los imputados.
En el fallo conocido este jueves, los magistrados pidieron al Ministerio Público Fiscal que investigue “la posible presencia de terceras personas” en el domicilio de Farías que puedan haber ocultado pruebas claves en la escena del crimen.
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