Mueren las 61 personas a bordo de un avión brasileño al estrellarse en una ciudad cerca de São Paulo
La aeronave viajaba desde la ciudad de Cascavel con destino al aeropuerto internacional de Guarulhos
Un avión brasileño con 61 personas a bordo, incluidos cuatro tripulantes, ha caído en picado este viernes sobre una zona residencial de la ciudad de Vinhedo. No hay supervivientes, según una nota oficial del Ayuntamiento de una ciudad vecina, Valinhos. La aeronave, de la compañía Voepass, despegó de Cascavel, en el Estado de Paraná, y volaba con destino al aeropuerto internacional de Guarulhos, en las afueras de São Paulo. El presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, también ha dado por muertos a todos los ocupantes de la nave al pedir un minuto de silencio en el acto en el que participaba cuando ha sido informado de la tragedia. Es el accidente aéreo más grave ocurrido en Brasil en los últimos cinco años. Horas después, la compañía Voepass ha reducido los muertos de 62 a 61 y ha divulgado la lista de los 57 pasajeros.
Los bomberos han desplazado siete equipos a la zona del accidente. En la aeronave viajaban 57 pasajeros y cuatro tripulantes, según ha informado la compañía aérea. Por el momento no hay ninguna información sobre las causas del desplome de la aeronave. Ha sido realmente brusco, pues el avión se ha desplomado 3.300 metros en un minuto, según Flight Aware, que monitorea vuelos en tiempo real, citado por Folha de S. Paulo. Se ha estrellado media hora antes de la hora prevista para el aterrizaje. Vinhedo, escenario del suceso, queda a 70 kilómetros al norte de São Paulo.
El bimotor ha dañado un chalé donde viven dos personas mayores que no han sufrido daños físicos. Ninguna otra vivienda se ha visto directamente afectada. “Oímos un ruido muy fuerte encima de la casa. Pensé que iba a aterrizar un helicóptero en el tejado”, ha contado a Folha la empleada doméstica Rosana de Oliveira. “Cuando mire al cielo, vi un avión que caía como una hoja de papel. Era desesperante, empecé a gritar y a pedir socorro. Llamamos a los bomberos”, ha añadido. Vecinos de Vinhedo han relatado la impotencia y el miedo a sufrir el impacto de la aeronave.
Los hospitales de las ciudades cercanas han sido puestos en alerta. El avión estrellado es un bimotor modelo ATR 72. La caída ha ocurrido a las 13.25 hora local. Las autoridades han informado de que el incendio causado por la caída, que ocurrió en una zona residencial, ya ha sido sofocado.
El presidente Lula, que está de viaje en el Estado sureño de Santa Catarina, ha interrumpido el discurso que estaba dando con estas palabras: “Tengo que darles muy malas noticias. Me gustaría que todos se pusieran de pie para que podamos guardar un minuto de silencio porque acaba de estrellarse un avión. Parece que todos han muerto. Me gustaría pedir un minuto de silencio por las víctimas”.
“Salvó mi vida”, contaba emocionado por su parte un pasajero al que no permitieron embarcar al vuelo siniestrado por llegar tarde. Por redes sociales circulan imágenes grabadas por los vecinos que fueron testigos del desplome del avión y también del incendio causado por el impacto. El Gobierno paulistano ha movilizado a forenses para realizar las tareas de identificación de los cadáveres.
Los gobernadores de Paraná y de São Paulo, origen y destino de la aeronave siniestrada, estaban juntos en un acto público lejos de sus respectivos estados y ambos han emprendido el regreso.
Un coronel de la Policía Militar desplazado al lugar del suceso ha explicado a la prensa desde allí que la prioridad es preparar el lugar para que los investigadores puedan analizarlo y después recuperar los cadáveres. “Será una tarea compleja”, ha añadido. El Cenipa (Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos), que depende de la Fuerza Aérea Brasileña, ya ha enviado inspectores a la zona. La caja negra ha sido localizada unas horas después.
Voepass es la cuarta compañía aérea con mayor cuota de mercado en Brasil, está especializada en vuelos regionales. El director de la Agencia Brasileña de Seguridad en el Vuelo, el ingeniero aeronáutico Celos Faria de Souza, ha explicado en una entrevista con Globo que, a tenor de lo que muestran las imágenes, una de sus hipótesis es que el avión acumuló hielo en las alas y por algún motivo el sistema de descongelamiento no funcionó y eso ocasionó la pérdida de estabilidad. En Brasil ahora es invierno y el avión partió de la zona más fría del país. La Agencia Nacional de Aviación Civil ha confirmado que el bimotor tenía la documentación en regla.
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