Detenidos cuatro militares por asesinar a una soldado en un cuartel de Ecuador

Las fuerzas armadas aseguraron en un primer momento que Aidita Pamela Ati, de 25 años, murió “ahogada en licor” después de una fiesta, pero una autopsia ha revelado que fue estrangulada en su habitación

Aidita Pamela Ati en una imagen difundida en redes sociales.

El asesinato de una soldado en el interior de un cuartel ha causado conmoción en Ecuador. Una subteniente de 25 años y con dos años en el ejército, Aidita Pamela Ati, murió el pasado sábado en el interior de las instalaciones de la Brigada de Selva 19, que está en la provincia amazónica de Napo. La institución militar publicó en redes sociales que la causa del fallecimiento, de acuerdo al reporte inicial, era “por asfixia por una obstrucción de vía aérea mientras dormía”. El padre de la subteniente se presentó al día siguiente y el comandante lo recibió en su oficina y le explicó lo siguiente: “Hubo una fiesta no autorizada y llevaron a mi hija a la habitación donde dormía y había amanecido muerta, ahogada en licor”.

El informe de un forense ha desmontado esa versión de los hechos: Aidita Pamela Ati murió por asfixia mecánica por sofocación. Es decir, que fue estrangulada, asesinada. Por el momento, cuatro militares han sido procesados por la Fiscalía por ser sospechosos de la muerte de la joven, que ya ha sido calificada como un feminicidio. La Policía de Investigaciones tomó la versión de 18 militares que participaron en la supuesta fiesta. Según el parte policial, que recogió la versión de los testigos e implicados, pasada la medianoche del sábado esos cuatro militares llevaron a la subteniente a su habitación y ya no se supo más de ella hasta la mañana siguiente, cuando una compañera encontró su cuerpo.

Cuando la familia se trasladó lo más rápido posible desde Quito a Napo, el cuerpo de Aidita Pamela había sido trasladado a otra ciudad para realizarle la autopsia. “Para hacer eso, yo debía haber autorizado y nunca lo hice”, se quejó Luis Ati en una rueda de prensa este lunes. Además, según el informe pericial que le entregaron, el cuerpo de la militar fue encontrado a las 6.40, pero a la familia recién la llamaron a las nueve de la mañana. “¡Con qué militares estamos hablando! ¡Quiénes nos están defendiendo, si ellos están matando a nuestras hijas!”, dijo con indignación el padre en el velorio de su hija, rodeado de familiares con carteles con consignas de Justicia para Aidita, Ni una menos, y proclamdas contra las Fuerzas Armadas, a la que exigen transparencia y justicia.

Aidita Pamela Ati iba a cumplir dos años en el servicio militar y era parte del comando de apoyo logístico del Ejército de Ecuador. El Ministerio Público solicitó prisión preventiva contra los cuatro militares por temor a que se fuguen o que alteren la escena del crimen; sin embargo, la jueza que conoció el caso les otorgó otras medidas sustitutivas para que se defiendan en libertad. Las Fuerzas Armadas anunciaron que también investigarán de forma administrativa a los oficiales implicados en el crimen, aunque las contradicciones de versiones generan dudas y dolor a los familiares que exigen justicia.

Un caso similar también tocó a la Policía en septiembre de 2022. La abogada María Belén Bernal entró a las instalaciones de la Escuela de la Policía en las afueras de Quito a ver a su esposo, el teniente de policía. Eso fue lo último que se supo de ella. Después de once días y ante la exigencia de su madre de saber qué sucedió con su hija, el cuerpo de Bernal fue hallado en un cerro a las espaldas del centro policial. Cáceres huyó del país horas después de reportar a su esposa como desaparecida. El 30 de diciembre de 2022 fue localizado en Colombia y ahora cumple una condena de 34 años de prisión por el femicidio de su esposa.

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