Martín Torrijos: “Panamá se juega en esta elección el inicio del pacto de impunidad”
El expresidente es el rival que más se acerca en las encuestas a José Raúl Mulino, el sustituto del inhabilitado Ricardo Martinelli
Martín Torrijos (Chitré, 60 años), que ya gobernó Panamá entre 2004 y 2009, vuelve a buscar la Presidencia en las elecciones de este domingo. Pero ahora lo hace por el minoritario Partido Popular (PP), alejado del histórico Partido Revolucionario Democrático (PRD) que fundó su padre, el general Omar Torrijos, el gobernante que en 1977 firmó con el entonces presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, el tratado que devolvió al país la soberanía sobre el canal.
El líder de las encuestas es José Raúl Mulino, el sustituto del condenado e inhabilitado expresidente ...
Martín Torrijos (Chitré, 60 años), que ya gobernó Panamá entre 2004 y 2009, vuelve a buscar la Presidencia en las elecciones de este domingo. Pero ahora lo hace por el minoritario Partido Popular (PP), alejado del histórico Partido Revolucionario Democrático (PRD) que fundó su padre, el general Omar Torrijos, el gobernante que en 1977 firmó con el entonces presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, el tratado que devolvió al país la soberanía sobre el canal.
El líder de las encuestas es José Raúl Mulino, el sustituto del condenado e inhabilitado expresidente Ricardo Martinelli, una candidatura avalada apenas este viernes por la Corte Suprema de Justicia, que desestimó una demanda de inconstitucionalidad. Torrijos, sin embargo, se muestra optimista. “Siento que va a haber sorpresas”, apunta apelando a los antecedentes más inmediatos en esta entrevista con EL PAÍS, concedida a pocas horas de los comicios.
Pregunta. Entre la etiqueta de expresidente y la de candidato, ¿con cual se siente más cómodo?
Respuesta. Me gusta la de candidato, porque me volví a encontrar. El compromiso de entrar para transformar el país, para luchar, para iniciar nuevamente una batalla, te lo da la candidatura. El rol de expresidente de la República es otro tema.
P. ¿Qué se juega Panamá en esta elección?
R. Todo. Panamá se juega el inicio del pacto de impunidad, de que ‘yo te protejo, tú me proteges’, o la retoma del país. Hablamos de justicia social, de un país que funcione. Este país no está funcionando. Eso es lo que está en juego. La retoma o la pérdida del país.
P. Las últimas encuestas ponen por delante a su principal contrincante, José Raúl Mulino. ¿Si resulta ganador en las urnas, reconocerá esa victoria?
R. Claro, al final de cuentas, no hay dudas. El compromiso democrático es esto. Pero siento que va a haber sorpresas, que lo que se refleja en las encuestas no es lo que está sucediendo. Y van dos elecciones donde el resultado ha sido muy contrario a lo que expresaban las encuestas.
P. ¿Considera que esa designacón debió haber sido declarada inconstitucional?
R. Independientemente del criterio jurídico, lo que no debió haber sido es que el proceso demorara tanto como llegar a dos días de la elección. Tenía suficiente tiempo, tanto el Tribunal Electoral como la Corte Suprema de Justicia, para resolver los problemas jurídicos y no dejar que se mezclaran con los tiempos electorales.
P. Si usted gana, sabe que gobernar no va a ser fácil, como se ha visto en esta campaña. ¿Cómo lidiaría con los sectores que aún respaldan al expresidente Ricardo Martinelli?
R. Después de la elección tiene que haber un reseteo de la política en este país. Martinelli, desde que salió de la Presidencia, ha secuestrado la agenda política y mediática del país en función de sus procesos electorales. Hay que poner al país en función de sus problemas. Y uno de ellos es Martinelli. Ahora tenemos que pasar la página de la justicia, y tiene que operar. Por otro lado, tenemos que sentarnos a mirar cómo unificamos al país para resolver las graves crisis que estamos viviendo en todo sentido, económico y social. Hay una urgencia de ciudadanos que no tienen sus demandas básicas satisfechas.
P. ¿Cómo se explica que Martinelli mantenga altos niveles de popularidad a pesar de estar condenado por corrupción?
R. Hoy escuché una expresión que no había escuchado: es la ilusión del bolsillo. Es el recuerdo de una época, efectivamente, después de haber hecho las reformas en mi Gobierno, de abundancia. De un mayor grado de oportunidades para el país. Se fue toda en infraestructura. No estoy diciendo que sean malas, pero todas las infraestructuras que se hicieron entonces están bañadas en un manto de corrupción. Junto al deterioro que se dio en los dos gobiernos subsiguientes, hay una gran desilusión y un gran demanda de mejorar la condición de vida de los panameños en una sociedad muy, muy desigual. Entre la abundancia y la desigualdad, nublan todo el resto de las razones por las cuales Martinelli no debería estar dentro de la política.
P. Ha dicho que la ampliación del canal unió a Panamá, y que se propone unir de nuevo al país. ¿Cual proyecto sería el motivo de unidad si consiguiera un nuevo mandato?
R. La solución de una crisis agravada nos obliga a ponernos de acuerdo. Panamá tiene que tomar todas las acciones para garantizar que va a ser la potencia logística regionalmente. No solo el canal, todo el país tiene que ser un centro logístico. No hay otro país en la región que tenga las características de Panamá, con tanta cercanía entre el Océano Atlántico y el Pacífico. Nosotros podemos tener dos o tres canales secos a muy poca distancia, con lo cual nadie competiría.
P. ¿Cómo se plantea enfrentar la crisis hídrica que afecta también al canal de Panamá?
P. La crisis hídrica que tenemos ahora es producto de no haber tomado decisiones a tiempo. Hay agua suficiente para garantizar el consumo humano y el funcionamiento del canal. Hay que ampliar la cuenca, con esa ampliación garantizamos agua por muchísimos años más y un mayor flujo de tránsito por el canal pensando hacia el futuro.
P. ¿Que representa el canal para la identidad nacional panameña?
R. Mucho. Es el esfuerzo que nos unió durante un siglo para pelear la recuperación de nuestra soberanía. Es lo que hoy, con el canal ampliado, nos da la posibilidad de lograr un mayor desarrollo, un mayor bienestar para los panameños. Ahora tenemos que traer todos los negocios relacionados con logística a este país, no solo pasar barcos y cargas.
P. ¿Se propone concluir el cierre de la mina de cobre de Minera Panamá, a pesar del impacto económico que eso supone para el país?
R. Ya hay una decisión, avalada por la Corte Suprema de Justicia y por la voluntad de los panameños, con lo cual eso es un hecho.
P. ¿Cierra la puerta a que Panamá tenga futuros desarrollos mineros?
R. Así está. Ya está establecido que Panamá no tendrá minería metálica de cielo abierto.
P. ¿Qué hacer para atender la emergencia humanitaria en que se ha convertido el flujo migratorio en el Tapón del Darién?
R. Ningún país puede pensar que solo y unilateralmente va a resolver el problema migratorio. Hace falta un enfoque regional. Hay que garantizarle a los migrantes todos sus derechos, y eso obliga a que se vea en una perspectiva regional que hasta ahora no se ha hecho.
P. ¿A quién se trataría de acercar dentro de la región para fortalecer la gobernabilidad que tanta falta hace?
R. Nosotros tenemos la obligación de tener una buena relación con los vecinos. Es fundamental la relación con Colombia, Costa Rica y Centroamérica. Ese papel que Panamá ha jugado en otros momentos, de ser que el que genera confianza y alguna forma u otra de consenso dentro de la política internacional, es importante en los próximos años.
P. ¿Panamá se está volviendo ingobernable?
R. Después de esta elección, si no resolvemos los problemas, sí.
Siga toda la información de El PAÍS América en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.